Sí, Nate ha tenido relación con su padre desde que lo trasladaron a la cárcel de Staten Island hace unos meses, por lo que escuché. Supongo que finalmente hicieron las paces. Y me alegra saber que su relación se ha reconstruido, pero no por eso puede esperar lo mismo de su madre. Ambos han pasado por mucho, pero ella ha hecho demasiado por su padre en el pasado, y dado los resultados, no me parece loco que no quiera perdonarlo.

Elijo no entrometerme, de todos modos. No tengo un motivo para hacerlo, y no creo que Nate, en este preciso instante, sepa apreciar cualquier cosa que le diga.

— Entiendo —contesté—. Y lo lamento mucho.

— Gracias, Ash... De hecho, no —sacudió la cabeza—. Gracias no. Tu consejo fue horrible.

Reí en respuesta, no puedo luchar contra eso.

Y justo en ese momento, mi teléfono sonó en mi bolsillo, así que lo tomé.

Llamada entrante: Mamá.

— Lo siento, espera —pedí alejándome unos pasos—. Hola, mamá —atendí—. Todavía no pasé por Lady M, pero no te preocupes, no olvidaré el tiramisú que tanto adora papá.

Cariño, odio decirte esto por teléfono, pero acabo de hablar con Lily... Serena está en el hospital —contó abatida. Mis ojos se abrieron con asombro—. No le digas a nadie. Prefiere mantenerlo entre los cercanos por ahora.

— ¿Todo está bien? —bajé mi voz, viendo como Nate me observaba a distancia.

Esperemos que sí, no sabemos mucho aún. Está en el Hospital Santa Margarita.

— Bien. Avísale que iré pronto.

De acuerdo.

Terminé la llamada, acercándome nuevamente a la mansión Archibald.

— ¿Ocurre algo? —cuestionó Nate con curiosidad.

No se sentía bien ocultárselo, pero Lily lo había pedido e iba a respetarlo.

— Era mi madre. Tengo que irme.

— Bien, gracias por detenerte para ver cómo estaba —esbozó una media sonrisa—. Espero que tengas un lindo día.

— Igualmente. Y no dudes en hablarme si necesitas hablar... mucha suerte.

Lo saludé con un gesto antes de dirigirme a la avenida para conseguir un taxi.

•••

Llegué en pocos minutos. Me adentré al hospital para buscar a alguien que fuera capaz de darme alguna respuesta. Primero me choqué con Dan a pocos metros de la puerta, que estaba igual de perdido que yo, así que nos dirigimos hacia la recepción. Ahí encontramos a Blair, sola y con una expresión similar a la nuestra.

— ¿Serena está bien? —pregunté cuando la alcanzamos.

— ¿Qué pasó? —cuestionó Dan.

— Tuvo una sobredosis en un motel barato de Queens, sola... ¿Por qué no nos buscó antes? —preguntó mirándome—. Es decir, no importa qué tan enojadas estuviéramos, sabe que estamos para ella... No sé qué haría si algo le llegara a pasar.

Eso era tan cierto que me asustaba.

— ¿Qué dijeron los médicos? —indagué, tratando de no perder más la calma.

— Rufus y Lily están esperando para hablar con ellos —murmuró. A mí lado, Dan negó con la cabeza—: ¿Qué? —le preguntó Blair.

— ¿Drogas en un motel barato? —frunció el ceño—. Esa no parece Serena.

Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now