4.07: Guerra en casa de los Rose

Start from the beginning
                                    

— No tengo objeción a poner orden en el reino —dijo Chuck—. Que comiencen las negociaciones.

Los cuatro no sentamos en la mesa circular. Mientras Serena estaba del lado derecho de Blair, yo me acomodé del lado derecho de Chuck, dejándolos a ellos en diagonal. La taquígrafa tomó lugar en otra mesa cercana, para poder escuchar y escribir todo.

— Si me das The Standard las noches de semana, te doy el Carlyle para toda la temporada navideña —sugirió Chuck.

— Hecho —aceptó Blair—. Pero quiero un apéndice que diga que no puedes acostarte con anfitrionas de los restaurantes que frecuento.

Él sonrió de lado.

Los minutos pasaban, las negociaciones seguían y lo único que mi cabeza retenía era el sonido de las teclas de la máquina de la taquígrafa. Estaba al borde de dormirme por lo aburrido que era escucharlos discutir sobre tantas estupideces, y al mirar la expresión consternada de Serena, podía decir lo mismo sobre ella. ¿Por qué tuve que proponer esto?

— No puedes tener la Semana de la Moda en París y Milán —dijo Chuck—. Debes elegir.

— Nunca —negó Blair—. Pero te doy el Art Basel en Miami y Suiza —sonrió.

Bostecé, tachando los ítems de mi libreta.

— Bien, pasamos al Artículo 47: Clubs de striptease en otros condados —leyó Serena.

— Conferencia —pidió Blair.

Los tres la observamos interrogantes, pero ella le dedicó una mueca a Serena para que la siguiera, así que ambas se levantaron. Cuando se alejaron, miré a Charles al mismo tiempo que él lo hacía, con igual desconcierto... ¿de verdad Blair quiere discutir sobre su aparición en clubs nudistas? Esto se estaba volviendo cada vez más eterno.

— ¿Cómo está tu novio? —me preguntó.

— Trabajando. Sabes, existen personas con ocupaciones más importantes que decidir la visita de su ex a un striptease.

Él rió.

— Mírale el lado positivo: si acepta, podremos ir juntos —bromeó.

Viré los ojos, bebiendo de mi copa de agua. Iba a necesitar algo más fuerte si esta situación se alargaba.

Por suerte, pocos minutos después las chicas volvieron a la mesa. En su lugar, Blair agarró su botella de agua, y muy, muy lentamente, comenzó a servirla en su copa. Lo estaba haciendo apropósito, tratando de enloquecernos con el suspenso. Y lo estaba logrando. Con solo mirar la mandíbula de Chuck podía notar la tensión por la disputa.

Luego de levantar la copa, saborear el agua y suspirar... Blair se dignó a hablar:

— Cedo los clubs de striptease.

Nosotros festejamos.

— Eso concluye el tratado —dije cerrando mi libreta.

— De hecho, hay otro punto que quiero negociar —comentó Blair—. En privado. Los abogados pueden irse.

Ni Serena ni yo cuestionamos algo al respecto mientras nos levantábamos. Luego de tomar mi bolso, le acaricié el brazo a Chuck antes de rodear la mesa para largarme. Aunque ni me miró, tan concentrado en Blair como estaba.

══════════════════════
Parece que las hojas no son las únicas que cambian de color este otoño.
══════════════════════

Dan me había escrito diciendo que quería verme antes de que me fuera a trabajar. Como estaba apurada, le autoricé la entrada a mi apartamento. Mientras tanto, en mi habitación terminaba de preparar mi atuendo para la fiesta de Blair, ya que luego no tendría tiempo para hacerlo.

Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now