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Hola, Upper East Siders, soy Gossip Girl. Y les tengo una noticia.
Una de mis muchas fuentes, Melanie91, nos envía esto:
"Vista en la estación central... maletas en mano: Serena van der Woodsen".
¿No fue hace un año que la chica desapareció misteriosamente hacia, dicen, un "internado"? Y ahora de repente, está de vuelta.
¿No me creen? Véanlo ustedes mismos. Por suerte, Melanie91 envió pruebas.
Gracias por la foto, Mel.
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Y al igual de rápido que se fueron, las obligaciones regresaron. A mi pesar.
Esa tarde estaba en una fiesta que los Waldorf planificaron, como todos los años, para el inicio de clases. Era bastante aburrida, pero ya es tradición, así que debo honrar con mi presencia. Y tampoco se hace mucho más que chismear y compartir propósitos de año como copas de champán.
Mientras comía algunos canapés, observaba a Howard Archibald hablando con mi padre y otros hombres sobre nuestros planes universitarios. Nate estaba parado ahí, siendo parte. Yo prefería mantenerme distante de esas charlas, y no generarme disgustos intencionalmente. Aún no sé exactamente qué es lo que quiero para mi vida, pero al menos tengo seguro que no se parece en nada a lo que mis padres esperan.
— Todos los días pido que Ashley curse en una de la liga Ivy —escuché a mi papá.
Ugh, siempre tan exagerado sobre mi futuro. En cambio, mi mamá, no se preocupa demasiado. Solamente seguía las palabras de su esposo. Jamás tuvo grandes aspiraciones conmigo, y no la culpo, no soy la viva imagen de un futuro prometedor. O por lo menos no del que ella considera. A pesar de que no me va mal en la escuela y me gusta la lectura, nunca quise seguir por un camino formal como la abogacía, contabilidad u otro tipo de profesión que impliquen años y años de estudio. Siempre me vi a mí misma como una persona curiosa y activa desde otra perspectiva, desde el ahora.
— Bueno, nosotros somos hombres de Darmouth —comentó el señor Archibald.
— Sí, papá siempre habla muy bien de Darmouth —continuó Nate—. Pero quisiera ver el Oeste. No sé, tal vez USC, UCLA...
— Su madre no quiere ni oírlo —lo interrumpió sonriendo—. Darmouth ya es muy lejos para ella.
— Sí, bueno, Darmouth obviamente es mi primera opción —concluyó desganado.
Sentía un poco de pena por la constante autoridad de su padre. Debía ser siempre tan correcta su actitud, aunque eso significara no seguir sus pasiones. Supongo que simplemente no quiere causar problemas, pero termina siendo contraproducente. Y eso es exactamente lo contrario a lo que yo hago, bueno o malo.
Después de aburrirme escuchando un rato más, caminé hasta un sofá donde se encontraba Chuck y dos súbditas de Blair. Resoplé mientras me sentaba junto a mi mejor amigo, soltando otra queja:
— No soporto estar aquí. Preferiría jugar al dígalo con mímica con mi abuela. Que por cierto, es ciega —Chuck rió.
— No seas tan dramática.
Nate pasó frente a nosotros, con una expresión confusa mientras era empujado por Blair desde el otro lado. Huh...
— Nathaniel, con Ashley saldremos a recibir un poco de aire fresco —hizo un ademán de cigarrillo—. ¿Te interesa?
— ¿Cuándo vuelva?
— Si es que vuelve —se apresuró agregar Blair, jalándolo de la mano.
Poco después desaparecieron por el pasillo. Chuck me miró expectante ante esa acción, ya que ambos sabíamos lo que iba a pasar. Finalmente. Pero lo ignoré y empecé a levantarme, no tengo energía para sus suciedades. Y al parecer vamos a fumar.
— Por Dios, no creerán lo que hay en Gossip Girl —comentó Is sorprendida—. Vieron a Serena bajando del tren en la estación central.
¿Serena está de vuelta? Muy peligroso.
— Qué bueno, las cosas están realmente aburridas aquí —contesté indiferente.
Bebí de un sorbo lo que restaba de la copa de Chuck. Él me sonrió de lado, para luego encaminarnos juntos hacia el elevador. Y agradecí su sugerencia cuando nos alejamos por fin de todo esa multitud de falsedad.
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Más te vale asegurar a Nate, B.
El tiempo corre.
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Después de unos minutos perdiendo el tiempo volvimos a entrar, siendo recibidos por un tumulto de gente en la entrada. Y es al parecer que todos en la habitación se dedicaron a poner su atención en el mismo lugar, lo que despertó mi curiosidad y provocó que también me acercara.
— ¡Ashley! —unos brazos me rodearon rápidamente—. ¡Qué gusto verte!
A penas fui capaz de notar la melena rubia que caía por mis hombros. Serena me sorprendió con esa acción, así que me quedé quieta mientras sucedía, mirando los rostros confundidos a mi alrededor. Ya sabía que estaba de regreso, pero no creí que su primera parada sería venir aquí. No después de lo que sucedió.
— Lo mismo digo... ¿Me perdí de algo?
Obviamente lo hice. El ambiente estaba tenso, podría cortar el aire con una tijera.
— No, pero no puedo quedarme. Tengo que irme a otro lado. No me siento bien, pero quise saludar —sonrió falsamente—. Los veo mañana en la escuela.
Salió del penthouse, dejando a todos con más preguntas que respuestas. Después de irse hace meses sin aviso, repitiendo historia... Hablame de impacto.
— La escuela —murmuró Blair—. Regresó para quedarse.
— ¿No sabías que venía? —le preguntó Kati.
— Claro que sí... Solo quería que fuera sorpresa —contestó seria.
Alcé una ceja. Obviamente no sabía, como tampoco supo que se iría. Ninguno de nosotros lo hacía. La diferencia es que yo sí sabía porqué se había ido, o al menos tenía una idea. Pero no era mi responsabilidad informarlo... Aunque la verdad se iba a revelar pronto, y no estoy segura si van a poder recuperarse de tal erupción.
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Se dice que S abandonó la fiesta de B en menos de noventa segundos. Y ni siquiera tomó un limoncello.
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Nueva mañana. Estaba junto a mi madre en la limusina, rumbo a la escuela, finalmente las clases iban a comenzar. Era el único día del año que me acompañaba, se había vuelto una especie de tradición.
— ¿Estás emocionada por el primer día de clases? —preguntó, mostrando su evidente emoción.
— Digamos que no —respondí, con la mirada en el teléfono.
Estaba hablando con Chuck. Supuestamente Nate lo había obligado a viajar en transporte público por una apuesta. No quise indagar demasiado.
— Cambia esa actitud —suspiró—. Y deja ese maldito teléfono —lo tomó rápidamente.
— ¡Ey! —se lo quité—. Solo soy sincera. Siempre me dijiste que sea honesta, ¿no?
— Bueno, este es tu penúltimo año, así que espero que te comportes de forma honesta —alzó las cejas—. Sabes lo importante que es que termines bien la escuela.
— Seré un fantasma —entrecerré los ojos.
No intentó entablar otra conversación en el resto del viaje y realmente agradecí eso. A pesar de todo, mi madre no era una mala madre. Y mi padre tampoco, aunque no coincidamos tanto. Ser hija única provoca que toda la atención recaiga en una sola persona: tú, entonces todas tus acciones son vistas por una super lupa. Y también genera que cada importante movimiento que vayas a realizar sea planeado con mucha expectativa. Eres mimado con la misma intensidad que eres reprendido. Hay más presión que motivación
El auto se detuvo, haciéndonos mirar a ambas por la ventana, notando que ya habíamos llegado. Tomé mi abrigo antes de alcanzar la manija de la puerta.
— Qué tengas un lindo día —se inclinó a darme un beso en la mejilla, quedándose un rato de más.
— Lo dudo —salí del auto, haciéndola ladear la cabeza en advertencia—. Pero, gracias de todos modos —sonreí, subiendo los pulgares.
Una vez que cerré la puerta, me detuve unos momentos enfretando las escaleras. Y es que una escuela en el Upper East Side es más que una escuela. Aquí vamos otro año...
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Justo en los escalones del Met: Una lucha de poder entre S y B. ¿Creyó S que podía volver y que las cosas serían igual que antes? ¿Creía B que S caería sin dar pelea? ¿O pueden estas dos bellezas reconciliarse?
Nada le gusta más a Gossip Girl que una pelea de chicas. Y esta podría ser una clásica.
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Cuando llegó el ansiado break me reuní con los chicos en el Central Park, para pasar el rato caminando. Y tambien fumando. Chuck lo llamaba: reanimador de media mañana.
— Esto está muy bien —comentó, después de darle una calada al cigarillo.
— Voy a necesitarlo, la mamá de Blair se irá de la casa —contó Nate afligido.
— ¿Sí? Pues tal vez debería robarle Viagra a mi papá —bromeó con malicia.
Nate no reaccionó, simplemente siguió caminando con una mueca de preocupación. ¿Qué le sucede ahora?
— ¿O Paxil a mi mamá? —agregué, frunciendo el ceño.
Chuck rió y me golpeó el hombro, haciendome carcajear con complicidad. En serio era divertido ver la seriedad del rubio.
— ¡Nathaniel, por fin vas a tener sexo con tu novia! —Chuck planteó—. Y parecería tu ejecución.
— No, yo estoy bien —respondió, sin una pizca de convicción en su voz.
— Habla con nosotros, Archi. Tú y Blair han salido por mucho tiempo, ¿y de repente hay un problema? —cuestioné sin comprender.
— No hay problema. Solo que... ¿Han sentido que nuestras vidas han sido planeadas por otros? —se detuvo, haciéndonos dejar de caminar también—. ¿Y que vamos a terminar como nuestros padres? ¿Qué no tenemos derecho a elegir y a ser felices?
Con que esa era su inquietud. Y sí, puede verse a kilómetros de distancia que lo que dice no es solo un sentimiento, sino su realidad. Basta con escuchar hablar a sus padres para saberlo.
— Esa es una teoría aterradora —contesté alzando las cejas—. Tal vez tengas que enfrentarlos para que escuchen tu voz. Sino terminarás como una marioneta...
— Tranquilos, Sócrates —Chuck nos miró con desaprobación—. A lo que tenemos derecho es al dinero. A una casa en los Hamptons o a un problema de drogas. Pero la felicidad no parece estar en el menú.
— Qué mensaje alentador —bromeé, volviendo a caminar y obligándolos a que también lo hagan.
— Simplemente soy sincero. Y lo único que puedo recomendar, es fumar y sellar el trato con Blair. Porque tiene derecho a ese traserito —le palmeó el hombro.
— ¿Quién dice "sellar el trato"? —pregunté disgustada.
Ambos rieron, haciéndome virar los ojos. A veces me cuestiono ser amiga de hombres.
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Vistas en el Hotel Palace: S y B hablan de corazón a corazón.
¿Por qué tanta sed, S? Tal vez ganaste con B, por ahora, pero aún creemos que estás ocultado algo.
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Nate, Blair, Chuck y yo viajamos en la limusina Bass, con cigarrillos y champán incluidos. Nos dirigimos a la tan esperada fiesta "Kiss on the Lips", la primera del ciclo. Pero no es todo perfecto, al parecer anoche Blair se enteró que Nate la engañó con Serena, y lo peor es que decidió perdonarlo. Me daba un poco de lastima, pero, ¿quién era yo para opinar sobre relaciones?
Lo negativo es que no ocultan el malestar para nada, así que todo el ambiente huele a traición. No soporto la tensión constante. Por eso no hay que involucrarse románticamente con amigos. O con alguien, a decir verdad.
Ya dentro, la fiesta era bastante entretenida y podía olvidarme de eso. La música era buena, y al llegar mi quinto trago, ya me encontraba en mi zona de confort. Me gustaba divertirme, para eso venía. Si quiero sentirme miserable, me quedaré en mi casa.
— Háblame luego —un chico me susurró al oído, dándome su mejor sonrisa coqueta.
— No te olvidaría...
Bueno, eso no es necesariamente cierto, pero lo que no sabe no le hará daño. Le sonreí por última vez, antes de darme la vuelta y caminar hacia la barra.
— ¿Quién era ese? —me preguntó Chuck.
— No tengo la menor idea.
El chico se me acercó en la pista y bailamos, luego me dio su número porque fingí no recordar el mío. Iba a Spence, o Dalton... No tengo seguridad. Era apuesto, pero estaba tan desesperado que su belleza era eclipsada. Y ya conozco muchos egocéntricos como él, a quienes les importa más alardear que durmió conmigo que realmente dormir conmigo.
— Es bueno saber que empezaste —sonrió de lado.
— ¿Y cuando arrancas tú?
— Ahora... ¿Quién es la nueva? —le preguntó a Kati, mirando un lugar específico en la pista.
Yo también observé a quien le había puesto los ojos, llevándome cero sorpresas al ver su aspecto. Era rubia, de ojos claros, con un aire inocente. Se notaba que era más joven que nosotros, y más pura también. Nunca la había visto antes. Daba ternura.
— Jenny Humphrey, de primer año.
— Me gustan las novatas, son tan...
— ¿Frescas? —finalicé, haciéndolo reir.
— No hay nada sobre ella en Gossip Girl... Hasta que te conozca —murmuró Is.
Chuck se acomodó el traje, para luego empezar a caminar. Parecía un animal salvaje acechando a una presa.
— Ten cuidado, Charles, por favor.
Me miró sonriendo de reojo. Sé que a veces se vuelve muy pesado, y no quiero tener que defenderlo por estupideces.
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Parece que la pequeña J podría terminar con un nuevo chico y un boleto para el círculo interno. ¿O terminará C con otra víctima?
Les dije que me encantan las fiestas.
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Cuando salgo del baño noto a la fiesta apagada. ¿Ya se terminó? ¿Qué clase de evento social es este?
Caminé hasta la entrada, sin mucha opción, donde vi a Chuck y Blair mirando hacia afuera. Serena se metía a un taxi junto a un chico que no pude reconocer.
— ¿Serena estuvo aquí? ¿De qué me perdí por décima vez? —fruncí el ceño.
Blair viró los ojos mientras suspiraba.
— Sí, y más le vale que no regrese.
Alcé las cejas pidiendo explicaciones, pero ella decidió ignorame y volver adentro.
— ¿Y a ti? ¿Qué te pasó? —le pregunté a Chuck al ver su cara.
Parecía que iba a explotar de furia. Se refregaba el ojo con su bufanda, casi imposibilitándome ver el golpe que había en ese lugar. Casi.
— Pues yo espero que sí
— ¿Por qué hablan en códigos? —bufé cansada.
También hizo oídos sordos y regresó al salón. Genial, me había perdido la parte buena de la noche. Ahora solo quedaba irme a casa.
Mi auto esperaba a mitad de cuadra, así que caminé sin mucha opción. Cuando estaba por llegar, descubrí a Nate escondido en la esquina, bebiendo de una botella de cerveza. Me acerqué despacio, provocando que me mirara con igual sigilo.
— ¿Tú sí me vas a decir que rayos ocurrió, Archi?
— Solo si me acompañas —me estiró un brazo.
Lo tomé con vacilación, ya que su estado parecía que iba a darme más problemas que soluciones. Y así comenzamos a caminar, con pasos demasiado inestables de su parte. Algo me decía que no iba a enterarme de nada hoy.
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Vista: Serena haciendo salida heroica de la fiesta de B. Por desgracia para ella, hay escuela el lunes.
Además, Ashley reforzando una amistad que todos creíamos perdida. ¿Será el inicio de una nueva era en la vida de A?
Saben que me aman. Gossip Girl.
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