Allen enseguida llamo a Kanna y le pidió regresar al hotel donde se hospedaban, que por suerte quedo lejos de toda la conmoción y la destrucción ocurrida esa noche.
Con todo ya en más calma, pudo ocuparse de lo que consiguió hace poco tiempo.
-Parece que el daño ya está muy avanzado en ella, aunque no sabemos con exactitud qué tan elevados estarían sus poderes, sus cambios físicos son más que notorios, eso es seguro, y su personalidad por lo que pude ver, también cambio drásticamente... nunca creí que viera un Pokémon actuar de esa manera, tanta sed de sangre y gozo por la destrucción.
Allen se encontraba revisando a la Pokémon afectada acostada en su cama con cuidado y precaución.
-No veo marcas de operación en su cuerpo, dónde está la gema?
Tras buscar un poco, miro la pieza que salía de su pecho, toda la sangre que antes tenía se había secado, dejando opaco el color de esta.
-Se la implantaron en su pieza...
Había una parte cóncava donde resaltaba una gema un poco más gruesa que el resto del cristal.
-Es posible que esta Gardevoir ya esté en sus últimas, veamos que puedo notar en la gema.
Con una de sus hojas, hizo algo de fuerza para que la gema saliera volando de su lugar dejando una pequeña zanja en el cristal de corazón de la corrompida Pokémon.
-Está vacía, toda el aura que resguardaba, está dentro de ella ahora, y no es de extrañar dada su apariencia.
Al ver a la Pokémon con su visión de aura, noto enseguida los cambios en el aura misma. Comparada con la de Kanna, su aura era mucho más oscura, siniestra he inestable.
-Ya no le queda mucho.
-(Eso crees?)
Una profunda y ya muy conocida voz resonó en su cabeza.
-Arceus.
-(Usa tu aura en ella Muchacho, si de verdad quieres ayudarla.)
-Mi aura?
-(Así es, haz visto de lo que eres capaz con ella, Tu aura es diferente, si hay alguien que puede hacer algo, eres tú.)
-Nada perdemos con intentarlo.
Con la comunicación perdida, Allen miro a la durmiente Pokémon en su cama para enseguida hacer aparecer aura en su mano en forma de una llama que avanzo hasta su dedo índice.
-Esperemos funcione.
Toco la punta del cristal con su dedo, y enseguida el brillo de su aura lo cubrió por completo durante unos instantes antes de desaparecer, sin dejar ningún cambio.
-Tal vez ya era muy tarde?
Sin ver reacción ni en su estado ni en su aura, solo dejo a la Pokémon reposar allí mientras se quitaba parte del traje y avanzaba hasta la ventana para ver y escuchar un poco del ajetreo que aun venia de afuera, las patrullas y ambulancias se podían escuchar perfectamente aparte de los bomberos y la clara luminiscencia y humo provenientes del fuego.
Tras unos minutos, los ojos de la Pokémon se abrieron de golpe, y como un ser de ultratumba se levantó sobre la cama, para posar sus ojos sobre el Entrenador distraído mirando por la ventana.
Una gran sonrisa se formó en su cara, para en completo silencio ponerse de pie, y avanzar hasta estar detrás del chico.
-Ya despertaste, eso es bueno. Creí que había tardado demasiado. –Comento el Muchacho sin verla siquiera.
La Pokémon se sorprendió al escuchar eso, y más cuando Allen se giró para verla, fue en el momento que ella vio los ojos color plata posarse sobre ella, pero antes de que siquiera ella pudiera hacer algo, una gran hoja verde apareció a la altura de su cuello, y un gran puño llameante la esperaba al frente.
-Chicos tranquilos, está mejor, ya no siento esa perturbación en ella.
Su aura seguía algo oscura, pero no estaba turbia, fluía con tranquilidad, como con sus Pokémon.
-(Entrenador qué hará con ella?) –Pregunto Kanna notablemente preocupada por la seguridad de Allen.
-No lo sé, no es seguro dejarla libre y no sé qué tanto cambio hubo en ella.
-(Es grosero hablar de los demás a su espalda.) –Interrumpió una voz bastante femenina y ligeramente escalofriante.
Al escuchar esa voz diferente en su cabeza, no pudo evitar mirar a la Pokémon que estaba fuertemente retenida por sus compañeros.
-Con que puedes hablar.
-(Por qué razón no podría?)
-No sé qué tanto daño te pudo haber hecho esa gema al nivel sociológico o cognitivo, pero dada tu elocuencia, me doy cuenta de que al menos en tu nivel de inteligencia y motricidad no hay daño aparente.)
-(Eso no lo sabemos.)
Sus ojos brillaron y del cinturón del chico una de sus PokéBalls levito.
-(Eres un humano interesante, en verdad muy interesante, por eso, me quedare contigo, hasta saber más de ti Fufufufu...)
Rápidamente atrajo la esfera hasta ella para que esta la tocara, absorbiéndola en su interior, antes de caer al suelo.
-Bueno... eso soluciona el problema, pero desata muchos más.
-(Ya lo creo Entrenador... al menos ya no está suelta, así que no hay peligro de que pueda lastimar a nadie.)
-La dejaremos allí adentro por un buen tiempo, ella es capaz de matar por puro placer. La próxima vez que salga, debemos estar en un ambiente donde podamos tratar con ella y su poder.
-(Es lo mejor.)
-De esta manera, estaremos seguros de que no dañara a alguien más, lo hicieron muy bien todos. Fue una noche algo agitada y de verdad muy inesperada, pero pudimos adaptarnos a la situación, se ganaron un descanso, Mañana debemos movernos nuevamente.
Todos asintieron, para relajarse. Allen los dejo en la habitación para ir a darse una ducha rápida, para salir secándose el cabello, hasta escuchar el sonido de la puerta.
-Quién será?
Al abrir la puerta se encontró con una mucama, esta venía con algo de preocupación en su rostro.
-Disculpe que lo moleste, pero quería saber si ha tenido algún inconveniente, o problema debido a lo que paso afuera?
-Lo siento, recién me vengo despertando, qué sucedió?
-No lo sabe, parece que un gran grupo de Pokémon raros atacaron la ciudad y lastimaron a muchas personas, por suerte, no llegaron aquí.
-Es un gran alivio entonces.
-Ya lo creo, en todo caso, disculpe las molestias.
-Descuide, es su deber.
-Muchas gracias por su comprensión.
La chica se fue, y Allen cerró la puerta para caminar hasta su cama.
-Apenas son las 11:15 es temprano, y debido al alboroto, todos están despiertos, espero que Korrina no haya hecho nada peligroso.
Conociéndola, sabía que no se quedaría tranquila sabiendo que su Ciudad estaba en problemas.
-Mañana tendré que ir a verla antes de irnos, no se desvelen. –Comento al momento de bostezar. –Que descansen.
Allen se acomodó en su cama, sabiendo que debía dejar espacio para sus Pokémon también, para prontamente dormirse debido al cansancio.
-(Chicos, ustedes la vieron, qué tan peligrosa es esa... Gardevoir.) –Pregunto Kanna mirando la PokéBall sobre la mesa.
-Mato a varias personas y Pokémon según parece, de verdad creí que atacaría a Allen. –Explico Yggdrasil.
-Yo igual, menos mal actuamos rápido, antes de que pudiera causar mucho más daño.
-(Pero creen que sea buena idea, que se haya atrapado a si misma?)
-Dentro de esa PokéBall, no podrá lastimar a nadie, y Allen podrá mantenerla vigilada, hasta saber qué hacer con ella, es un peligro para todos dejarla suelta, es mejor que este allí.
-(Me preocupa, que intente hacerle algo.)
-No creo que lo haga, no permitiremos que lo haga, pero bien, es suficiente de eso, ya es algo para después. Dime Vela, cómo te sientes? según se, Allen les dejo un encargo difícil.
-Bueno... no sabía por qué nos pidió eso, pero luego Kanna me lo explico, aunque me siento mal por esos Pokémon que dejamos atrás.
-(Ya no se podía hacer nada por ellos, créeme que nuestro Entrenador es quien más sufre por eso.)
-Puedo imaginarlo, para él fue muy difícil, el no poder hacer nada, lo pude sentir en su voz y mirada.
-(Ya estas empezando a conocerlo mejor, eso es bueno, mañana será un día ajetreado, lo mejor será que todos descansemos, no sabemos que es lo que nos espera ahora, y debemos estar lo mejor preparados posible.)
-Ya la escucharon, a dormir todos.
Con cada uno ya en su lugar, prontamente todo quedo en calma, al menos en esa habitación, ya que en la ciudad, aun se escuchaban las distintas sirenas yendo, de aquí para allá.
La pesada noche avanzo, hasta que la mañana llego y tomo su lugar, trayendo consigo, una inquietante calma para los habitantes de la ciudad, quienes tardarían su tiempo en recuperarse de todo lo que paso.
Ya Allen y compañía se encontraban despiertos, mirando las noticias mientras desayunaban en el cuarto del hotel.
-Anoche en Ciudad Yantra se dio un grave acontecimiento, que afecto de gran manera a todos. Unos Pokémon de apariencia extraña, empezaron a atacar la ciudad y sus ciudadanos dañándolos gravemente, para estos momentos, se estiman más de 100 personas fallecidas y más de 300 heridas por lo ocurrido anoche, varias partes de la ciudad fueron completamente destruidas por los ataques ocasionados. La policía encontró a los causantes de todo esto, pero ninguno se atrevió a hablar, los Pokémon que crearon esto, se cree, están relacionados con lo ocurrido en el laboratorio de Ciudad Novarte, en las siguientes imágenes pueden ver como estos Pokémon han sido cambiados a lo que sería su forma normal.
Mostraron varias fotografías de los distintos Pokémon que habían aparecido por todo el lugar.
-Algunos de estos Pokémon tenían mucha más fuerza de la habitual, varios de ellos, hicieron mucho daño a varias estructuras, sin siquiera esforzarse mucho, los oficiales se tardaron mucho en lograr contenerlos, actualmente todos esos Pokémon están bajo control gracias a las autoridades, aunque muchos de ellos han decaído de manera abrupta, y varios de ellos ya han fallecido debido a ello.
-Pero no todas son malas noticias, según nos informan, se vieron varias sombras moverse por la ciudad deteniendo a esos Pokémon, poniendo a todos a salvo, aquí es donde entra la pregunta, habrá sido Zen-Aku, o esta ciudad tendrá algún protector secreto?
Enseguida escucho eso, Allen apago el televisor.
-Logro lo que quería, dar a conocer lo que hizo. Eso me dice mucho de a que me enfrento. –Susurro al hacer unas cuantas especulaciones e hipótesis en su cabeza. –Chicos prepárense, ya casi vamos de salida.
Todos asintieron para terminar de comer, Allen pensó en sacar a la nueva integrante, pero luego de lo ocurrido, lo reconsidero.
Ya con todo listo, Allen pago y agradeció el servicio del hotel, para ponerse en marcha.
En su camino al Gimnasio, pudo apreciar de primera mano todo lo que la noche oculto, el daño y la destrucción generada por los Corruptos liberados la noche anterior.
-(Cuánto daño pueden causar... si logran hacerle eso a un Pokémon Legendario, no habrá quien se salve de la destrucción.)
La imagen de toda la Región siendo destruida paso por su mente antes de hacer el cambio a la motocicleta y acelerar.
Prontamente llego a su destino para estacionarse en un lugar.
-Espero este bien.
Justo cuando se disponía a entrar al edificio, una presencia llegó a su rango.
-Allen? –Llamo una voz que él conocía.
-Korrina?
-Cómo estás? estás bien? qué hiciste anoche? –Pregunto la chica al acercarse a él rápidamente.
-Dormí toda la noche, eso venía a preguntarte, qué fue lo que paso?
-Fue horrible, un montón de Pokémon raros atacaron la ciudad, mi abuelo y yo ayudamos como pudimos, pero en verdad eran muy fuertes.
-Eso vi en las noticias, debí haber hecho algo.
-Estabas cansado, tenías que descansar, por suerte los lograron detener antes de que pasara a peores, pero muchas personas y Pokémon resultaron seriamente lastimada, el hospital y el centro Pokémon están llenos.
-Fue difícil entonces.
-Muchos creen que el vigilante, tuvo que ver.
-Eso dicen?
-Muchos afirman a ver visto una silueta correr por los techos, además de que las autoridades encontraron otro de esos laboratorios igual a los de Ciudad Novarte.
-Ya veo, solo vine a ver si estabas bien, cuando me entere de lo ocurrido, supe que no estarías quieta.
-No me paso nada tranquilo, pero la Ciudad si sufrió graves daños.
-Es algo que con el tiempo se repararan, pero las vidas que se perdieron, esas sí que son irremplazables.
-Lo sé...
-Pero que eso no te deprima. Hiciste lo que pudiste, como Líder de Gimnasio, debes ser fuerte por la ciudad.
-Gracias Allen, es verdad, no debo dejar que eso me desmorone.
-Ese es el ánimo.
-Ya te vas?
-Supongo que sí, tú debes ayudar a la Ciudad como puedas, yo solo te quitaría tiempo.
-Pero...
-Volveré en cuanto todo este más calmado, debes estar centrada en esto.
-... Está bien, pero debes volver pronto, quiero una revancha contra ti.
-Seguro, ten mucho cuidado.
-Igual tú.
-Hasta pronto.
El joven avanzo de regreso a su vehículo para subirse, antes de despedirse de la chica con la mano y acelerar finalmente.
Ya con la ciudad un poco atrás paro para sacar una de sus PokéBalls.
-Bien Kanna, llévanos de regreso a Luminalia, no quiero tener que hacer todo ese viaje en moto.
-(Enseguida entrenador.)
Con la fachada puesta de que solo llevaba su Motocicleta, se transportó enseguida a la ciudad, para quedar en los alrededores de esta.
-Gracias Kanna.
-(Para servirle.)
-Daré una vuelta por los alrededores, antes de ir a la siguiente Ciudad.
-(Perfecto, si me necesita solo llámeme.)
Regresándola nuevamente a su esfera, Allen arranco para para moverse por la ciudad.
-(Aprovechare para comprar algunas cosas ya que estoy aquí.)
Siendo la capital, su variedad de productos le felicitaría la búsqueda al Entrenador, que después de parar en varios lugares ya tenía todo lo que necesitaba para esos momentos, pero debido al gran tamaño de la ciudad, le tomo bastante tiempo, llegado así la tarde a los cielos.
-Listo, en serio que necesitaba otro cambio de ropa. Esa tienda me gusto, tiene mi estilo de ropa, y me sirve para lo que hago.
Entre sus prendas, compro una gran gabardina blanca como la nieve con muchos detalles azules y plateados, esta era similar a la que su madre le diseño durante su viaje por Sinnoh, solo que con otros colores, y que el diseño era un poco más rebuscado.
-Además tienen buena tecnología aquí, creo que podré hacer unas cuantas mejoras a mi mascara y al casco.
Con varias bolsas en sus manos camino por la calle, ya que estaciono algo lejos para poder ver entre las distintas tiendas, hasta que noto una gran multitud reunida.
-(Qué pasara?)
Sin siquiera acercarse, solo cerro y reabrió los ojos para ver todo con su aura, en el centro de la multitud, se encontraba una silueta femenina hablando con varios reporteros.
-Señorita Diantha, qué puede decirnos con respecto a lo que ocurrido en Ciudad Novarte y en Ciudad Yantra?
-Aun no estoy al tanto de toda la situación, pero creo que nuestros oficiales podrán dar con la razón de todo esto.
-Hay muchos comentarios sobre una Gardevoir que ha estado entregando fugitivos a la justicia, qué sabe de eso?
-La verdad me da mucha alegría, el saber, que hay Pokémon con ese sentido de la justicia, incluso mi Gardevoir estaba impresionada al enterarse de eso. Muchos podría creer que se trata de la mía, y quiero aclarar que no es así, tanto ella como yo no hemos tenido nada que ver con los acontecimientos que han sucedido últimamente, aunque eso no quita el hecho que en cuanto la ocasión se dé, sin durarlo ni un poco ayudaremos en todo lo posible.
-Y sobre el supuesto encapuchado del que tanto hablan?
-Definitivamente él tiene que ver con todo lo que esta pasado, pero aún no sabemos de qué manera lo está haciendo, porque en mi opinión, esa valiente Gardevoir, debe tener un gran Entrenador que la entreno de esa manera.
Ante el comentario nuestro joven solo sonrió un poco y se colocó la capucha de su chaqueta seguido de lograr ver a la mujer fijamente a través de toda la multitud.
Ella a pesar de la gran cantidad de personas, sintió la mirada intensa de alguien y al buscar con la suya, los ojos de ambos se cruzaron fugazmente, dejando en ella una gran intriga y curiosidad.
-Ahora si me disculpan.
Avanzado entre la multitud rápidamente llegó al lugar donde vio al chico solo para no ver a nadie allí.
-Habrá sido mi imaginación? –Se preguntó al tatar de reconocer ese nuevo y extraño sentimiento y sensación.
Mientras eso ocurría, Allen la miraba ya subido en su motocicleta y su casco colocado.
-(Diantha... de dónde me suena ese nombre, seguramente es alguien importante aquí en Kalos... pero no hay tiempo para eso. Los chicos se han esforzado estos días, mejor me aseguro de que están bien todos.)
Con eso en mente, puso su marcha al Centro Pokémon de la ciudad, donde después de aparcarse cerca de la entrada, entro al lugar con la capucha puesta junto a sus lentes.
-Buenas tardes, en qué puedo ayudarlo?
-Mis Pokémon han estado entrenando mucho últimamente, quiero estar seguro de que su salud está bien.
-Oh por supuesto, yo me hare cargo de ellos.
-Muchas gracias.
-Descuide, es mi trabajo.
Al entregarle las PokéBalls a la enfermera Joy, solo se guardó una, la cual era perteneciente a la nueva Gardevoir que había adquirido recientemente.
-Por casualidad tiene habitaciones disponibles?
-Claro por supuesto, si quieres una puede tomar la 4F.
-Gracias.
-Aquí tienes tu llave.
Con las llaves en sus manos, avanzó por el pasillo hasta encontrar la habitación correspondiente.
-Haa... ya es tarde para salir a carretera, lo mejor será enfrentar el camino mañana con más energías, además de que los chicos se merecen un buen descanso.
Tras relajarse un rato, dejo las compras sobre su cama, para acomodarlas después, antes de salir de nuevo.
-La revisión ya termino, todos tus Pokémon están en perfectas condiciones.
-Me alegra saberlo.
-Veo que los cuidas mucho, eso dice mucho de ti.
-Solo hago lo que se deba hacer.
-Ojala todos fueran así, pero no te quito más tiempo.
-Gracias por todo.
Dejo a la Enfermera para ir a hacer una video-llamada a casa, tardando muy poco en caer.
-Hola Cielo que bueno verte, dónde estás ahora?
-Ciudad Luminalia, es la capital.
-Oh debe ser muy grande.
-La verdad si, espero traerte pronto, hay muchos lugares de aquí que quiero enseñarte.
-Lo esperare ansiosa. Cielo vi lo que paso anoche, es a eso a lo que te enfrentas?
-Así es, la verdad a mí también me tomo por sorpresa, pero pude reaccionar rápido gracias a Nina y a mis Pokémon.
-Ella me conto lo ocurrido, debes tener cuido por favor.
-Lo sé, voy a enviarte hoy a dos miembros a casa para que descansen un poco y se acostumbren.
-A quiénes?
-Ya lo veras.
Puso las esferas en el transportador para enviarlas instantáneamente a su casa, donde su Madre las tomo.
-Ya las tengo, a ver a quienes enviaste.
Lanzo ambas PokéBalls, para que de estas salieras las 2 tipos fuego, que ella ya había visto anteriormente.
-Oh mira que monas son!
-Cuida muy bien de ellas, Vela, ella es mi Madre te cuidara muy bien a ti y a tu pequeña ella te presentara a los demás.
Asintiendo a las palabras de su Entrenador miro a la mujer cerca de ella para sonreír.
-Aún falta para acabar esto Má, pero espero terminar pronto.
-Lo sé, tómatelo con calma, solo se cuidadoso.
-De acuerdo, y Nina?
-Está bañándose.
-Ya veo, ya hablare con ella después, bien, me voy yendo, hay algunas cosas que quiero ver en la Ciudad aun.
-Nos vemos.
-Salúdame a todos.
-Claro.
Con la llamada finalizada, Allen se dio un gran estirón antes de decidir dejar el Centro Pokémon y dar una vuelta por los alrededores.
-Por más linda y perfecta que sea, esta ciudad debe tener su lado oscuro, veamos que puedo encontrar si busco yo mismo.
Con muchos lugares que ver, varias horas pasaron para nuestro entrenador, en su pequeña cacería hasta encontrar un lugar que para sus instintos, y habilidades, le daría exactamente lo que estaba buscando.
-Creo que si entro aquí encontrare lo que busco. –Susurro al ver un pasillo entre los edificios de una cuadra, el solo lugar daba señales de que era peligroso entrar allí, y mucho más entrar solo. –A ver que encontramos.
Con solo entrar y dar unos cuantos pasos, el lugar despertó en su subconsciente una escena que estaba soldada en su memoria y seguramente lo estaría siempre. El lugar donde el presencio la muerte de su Padre.
La respiración de Allen se aceleró de golpe y por varios segundos mientras el mismo trataba de suprimir esos recuerdos y conseguir su calma otra vez. Cosa que le tomo varios minutos conseguir, y aun así, los fuerte recuerdos en su mente le dejaron una jaqueca persistente.
-Y tenía que ser justo ahora... -Susurro al momento de colocarse la capucha y seguir su camino, mientras su mirada estaba más que todo colocada en el suelo por el que caminaba, un suelo sucio, lleno de charcos, logo, basura, y demás cosas arrinconadas.
Solo bastaron unos minutos de caminata para que alguien apareciera en los radares de Allen, ese alguien estaba frente a él, apoyado en una pared en lo que era un cruce en "T" que Allen debía tomar si quería seguir caminando.
Al alzar la vista de refilo Allen se encontró con quien estaba frente a él, Una chica que con cara de pocos amigos, que sostenía en su mano izquierda una tubería algo vieja, y sus ojos afilados y ligeramente vacíos, estaban posados completamente en él, como si fuera un intruso, o una presa en el territorio de una cazadora.
Ignorándola, Allen siguió su camino y al ver sus opciones, izquierda o derecha, decidió tomar el camino de la derecha para seguir con su excursión.
Al ver dentro de la oscura capucha del muchacho se pudo ver claramente como sus ojos lentamente fueron perdiendo su color azul y en cambio empezaban a brillar como 2 lunas plateadas. Puesto en silencio detrás de él, la chica de recién lo venía siguiendo con cautela, y así fue, hasta que Allen decidió dejarse encajonar en un callejón.
-Si te vas ahora, me hare el de la vista gorda, y las cosas no terminaran mal.
-... Las cosas terminaran mal, pero para ti, al menos que seas un niño listo y me entregues todo lo de valor que tengas, haz eso, y puede que no te golpee mucho. Fue una mala idea que entraras aquí solo.
-Oh si, vaya que lo fue. –Susurro el Muchacho al momento de girarse para encarar a su asaltante. –Pero presiento que en unos segundos empeorara.
-Tch.
Con tubo en mano, la chica se acercó rápido a Allen he intento darle un golpe de frente al estómago del Muchacho con el tubo, pero Allen desvió rápidamente todo el cilindro y con su mano izquierda tomo la muñeca de la chica para torcerla un poco aflojando su agarre sobre el hierro el cual fue empujado lejos de ellos.
-Las cosas están por ponerse mucho peor.
La chica solo pudo ver un puño que se dirigía a su cara con fuerza, pero su vida en la calle la ayudo a desarrollar sus reflejos por lo que consiguió detenerlo con su mano libre quedando ambos restringiendo el movimiento.
Unos segundos pasaron así antes de tomar distancia del otro para verse fijamente y que la chica tomara una posición de pelea callejera.
-No quieres hacer esto enserio. –Advirtió Allen simplemente lanzando la vista.
-No tengo otra opción.
Rápidamente ella se lanzó hacia él, para empezar a atacar con fuertes y rápidos puñetazos, los cuales Allen bloqueaba o esquivaba con relativa facilidad, hasta que la chica le metió una finta y alcanzo a rosarle la mejilla derecha con un derechazo.
-(Es buena.) –Pensó Allen por un momento antes de ver la clara abertura que la chica tenia. – (Pero aún le falta demasiado por aprender, se quedó mucho en el estilo de la calle.)
Con un violento rodillazo al vientre de la chica seguido de un codazo justo en las vértebras de la espalda, en segundos la derribo al suelo aun consciente pero algo desorientada.
-C-Como es que...
-Te dije, las cosas se iban a poner peor...
-Desgraciado...
-(Con solo verla sé que es alguien que ha vivido mucho en las calles por su cuenta, si permanezco cerca de ella, puede que encuentre algo de lo que ando buscando por aquí, algo de limpieza no le vendría nada mal a esta ciudad.)
Como si nada Allen desapareció de la escena dejando a la chica sola, quien a los pocos minutos recobro por completo todos sus sentidos y logro levantarse de ese frio y húmedo suelo.
-Uhg... ese tipo... en serio que sabía dónde golpear... -Quejo al sujetarse un poco el vientre y sentir el punzante dolor en su espalda. –Carajo que golpes me dio... me dejo fuera muy rápido... no le pude quitar nada... a este paso no poder pagar la deuda que tengo pendiente... se me está acercando la fecha límite.
Ya un poco más repuesta, la chica dejo el callejón para caminar un poco por esos fríos pacillos, y así se mantuvo por un rato hasta encontrarse con unas personas que en verdad no quería ver.
-Hey... el Jefe quiere verte.
-Qué? Pero si aún me quedan unos días.
-Parece que ya se cansó de esperar a que reúnas el dinero que le debes.
-Estaba muy de mal humor hoy, y seguro la des cobrará contigo.
-Ven con nosotros.
Sin poder decir nada, la chica comenzó a seguir alas sujetos por esos laberinticos pasillos hasta llegar a la entrada trasera de un Bar de caballeros. Donde después de tocar la puerta, unos sujetos abrieron una rendija para ver de quienes se trataba.
-Ya la encontramos, el Jefe la andaba buscando.
Sin decir nada, el fornido hombre abrió la puerta para que todos entraran, lo último que esa chica vio fue como el cielo se tornaba gris por las nubes de tormenta que se apoderaban de él.
Ya dentro del establecimiento, lo más destacable era la música que en este había, además de las chicas en escasa o ninguna ropa que iban de aquí para allá ya fuera contando billetes o con unos muchos enrollados en sus tangas y brasieres. Ignorando todo eso la Muchacha fue llevada hasta una lujosa oficina, donde dentro, un sujeto muy bien vestido revisaba unos cuantos documentos mientras fumaba un abanó con calma. La oficina estaba a muy baja luz, donde la mayor y principal venia de una lámpara que enfocaba principalmente el lujoso escritorio y la silla donde el hombre estaba.
-Jefe aquí la tiene. –Hablo uno de los hombres empujando a la chica hasta que ella también quedara en la luz.
-Aurora, Aurora, Aurora... mi hermosa Niña, que alegría meda verte de nuevo.
-Frank teníamos un trato. Creí que eras hombre de palabra.
-Lo soy. Pero, no pudo mantener un trato justo con alguien que no me ha dado una cantidad sustancial de todo lo que me debe.
-Las cosas están difíciles afuera, tú lo sabes.
-Ese no es mi problema Aurora. He sido muy permisivo contigo, porque básicamente te vi crecer entre mis muchachos, pero ya me debes mucho y la verdad por culpa de un maldito entrometido, el negocio que tenía en Sinnoh se me derrumbo y he perdido mucha plata, ahora una loca aparece y pretende acabar con la región con sus malditos engendros. –Quejo el hombre al ponerse de pie y poner sus brazos sobre la mesa mientras miraba fijamente a la chica. –Pero debido a las bajas me he visto en la obligación de ser más firme con la recolección de "mi" dinero, y eso te incluye a ti.
-No lo tengo... Necesito más tiempo.
-No tengo más tiempo. –reputo al avanzar por un lado de su escritorio hasta la chica, ella al verlo acercarse se tensó y trago fuerte sin despegar la vista del frente. –Hay dos modos que pagues esa deuda, trabajando aquí en el bar, donde puedo asegurar que en muy pocas semanas con ese cuerpo tuyo tendrás más que suficiente para pagarme. O. –Pauso al posarse detrás de ella y con cuidado posar sus manos sobre los hombros de la chica para acariciarlo con cuidado al momento de acercarse a su oreja. –Como lo hicieron ya varios, y es, con tu vida. Piensa muy bien en tu respuesta Aurora, y solo tú hasta ahora has tenido más que una sola opción así que eso demuestra el aprecio que te tengo.
La chica se mantuvo mirando a la mesa mientras en su cabeza trataba de buscar una respuesta adecuada a la situación en la que estaba actualmente.
Mientras eso ocurría afuera, ya la tormenta había empezado a arrojar su fuerte llovizna, rayos y truenos sobre la ciudad, y en la cima de un edificio podríamos ver a una figura negra mirar con detenimiento una puerta mientras sus ojos resplandecían.
-Y que dices, tic, tac, el tiempo es dinero Aurora. –Apresuro el Hombre al apoyarse de su escritorio frente a la chica. –Necesito saber tu respuesta.
-Yo... Yo... Lo hare... trabajare para ti en tu bar.
Al escuchar eso, el hombre sonrió con tranquilidad al escuchar eso, seguido de extender hacia la chica su mano para cerrar el trato. Ella la miro por unos momentos antes de insegura acercar la suya y cuando estaba a punto de tomarla, un fuerte ruido seco la detuvo.
-Que fue eso. Ustedes dos vayan a ver.
-Enseguida jefe.
Ambos hombre salieron, dejando solos al hombre y la chica, pero aun con la música que venía de afuera, ambos pudieron escuchar claramente los golpes, ruidos, y quejas que venían de afuera. De la nada varios golpes fuertes se escucharon contra la misma puerta hasta que de la nada la misma cayó pesadamente hacia adentro dejando ver la endeble silueta que estaba parada afuera, y el cómo sus ojos brillaban en esa oscuridad.
Con calma entro en la habitación arrastrando unas cosas las cuales arrojo a las luz, dejando ver a los 2 hombres que recién habían salido completamente golpeados he inconscientes, mientras en silencio miraba analíticamente a quienes tenia al frente.
-Así que si eres real... he escuchado de ti en las noticias, pero nunca creí que te vería de frente. –Hablo con calma el hombre mientras que secretamente tomaba un abre cartas y rápidamente lo ponía contra el cuello de la chica y se escondía detrás de ella. –Se cómo operas, y déjame decirte que no me dejare atrapar tan fácil, ahora te harás a un lado y me dejaras ir o le corto el cuello a la chica. Aurora no es nada personal.
-...
Sin palabra alguna por parte de la chica y el encapuchado, los que estaban bajo la luz, solo vieron como de la nada, sus ojos desaparecieron en esa lúgubre oscuridad dejando a ambos en una muy inquietante calma.
La única luz del lugar comenzó a fallar y parpadear, cada vez en periodos más largos, hasta que en unos de esos y sin preparación alguna la figura estaba encima de la chica mirándola fijamente a los ojos al punto que ella podía escuchar la respiración que se filtraba de la máscara.
-Vete de aquí. –Pidió la voz de ultra tumba al tiempo que ambos brazos retrocedían dejando ver las hojas que esto escondían, y como ambas estaban llenas de sangre.
La chica al ver eso tiempo por su vida, pero al no sentir dolor alguno, simplemente se hizo a un lado para ver como el hombre que la había usado como escudo de carne estaba cayendo al suelo mientras sangre salía de heridas hecha justo bajo de sus pulmones.
-Dije que te fueras.
Haciendo caso a la voz, la chica salió de allí a toda prisa, encontrándose en su camino, a todos los hombres que hace poco resguardaban ese lugar, unos inconscientes, los otros sin vida, su carrera solo acelero al ver eso hasta finalmente llegar a la puerta y finalmente salir topándose con la torrencial lluvia.
-Haaa... Haa... -Jadeo por las prisas, y esa sensación de miedo que aun estrujaba su corazón. –Soy... Soy libre...
Una sonrisa se dibujó en sus labios, pero esta fue muy breve, puesto enseguida pudo sentir algo frio atravesando su carne generándole un horrible dolor repentino.
-No tienes idea de cómo deseaba hacer esto... -Susurro desde atrás de ella una voz femenina al tiempo de retirar el cuchillo. –Siempre acaparaste la atención de Frank, pero ahora, solo será mío.
Atrás de la chica una de las bailarinas del Bar estaba sosteniendo un cuchillo lleno de su sangre.
-Suerte amando a un muerto... -Logro articular Aurora presa de su dolor.
-Qu_
Un golpe seco en la nuca de la bailarina la hizo caer como peso muerto antes de que una presencia la arrastrara y arrojara al interior del edifico.
Con una gran herida por la puñalada, aun así la chica camino todo lo que pudo antes de desplomarse en el suelo con su vista ya borrosa, siendo lo último que vio, una sombra negra que se acercaba a ella y con cuidado la levantaba d aquel frio y mojado suelo.
Actualizado el 18/01/22.