Con una larga noche acompañada de diversos ruidos y malestares estomacales para ambos habitantes de esa habitación, el día finalmente de partida finamente llego para ellos.
-Me duelen... las entrañas... -Susurro el Entrenador sentado en el comedor mientras veía como el antiácido se deshacía en el vaso de agua. –Condenas y deliciosas galletas... -Quejo para tomar el vaso y de varios tragos beberlo todo.
-Lo siento Cielo, no creí que les fueran a caer mal las galletas que hice con tanto amor y cariño! –Disculpo su Madre mientras acariciaba los cabellos de su hijo, en un intento de aplacar ese dolor.
-Nos hiciste comer el equivalente a dos cajas grandes de galletas, incluso Lux se enfermó.
El Pokémon estaba echado en el suelo, lanzando gruñidos de malestar mientras bebía de una tasa también antiácidos.
-Lo siento, pero qué se va a hacer? no puedes culpar a tu Madre por querer consentirte y mimarte mucho. Ya les di algo con lo que seguro se sentirán mejor en poco tiempo, y también les prepare un almuerzo a ambos por si les da hambre en el camino, ya que desayunaron tan poco...
-No quiero abusar de mi estómago.
-De acuerdo. De igual manera, no quiero que estén todo el día sin comer, de acuerdo?
-Descuida, en poco tiempo estaremos bien y con apetito.
-Perfecto!
-Repasemos. Dónde dejaste los documentos de la casa?
-En el primer cajón de mi mesita de noche.
-Bien. Tú identificación?
-Está en mi monedero, sé que no debo perderlo Cielo no te preocupes, si la policía me llegara a conseguir sin eso estaría en problemas.
-Es parte de lo que Arceus nos dejó, cada quien ya tiene sus identificaciones, pero no sé si estemos en el sistemas de registro del país, hasta no saberlo, lo mejor es mantener un perfil muy bajo.
-Soy una tranquila ama de casa, cuyo hijo se acaba de ir en un viaje para volverse un entrenador Pokémon, todos los documentos de mi hogar están al día.
-Lo tienes bien claro. Ya es hora de partir.
-Prométanme que tendrán mucho cuidado, y que no harán locuras. No se mucho aun de este mundo, pero por lo que vi, las cosas se pueden poner peligrosas si no tiene cuidado ninguno de los dos.
-Estaremos Bien Mamá, Lux y yo nos cuidaremos las espaldas, me asegurare de estar en contacto contigo, puede que en algún momento te envié mas Pokémon a casa, así que quiero que estés atenta, y recuerdes como usar la maquina para transportar a los Pokémon.
-Lo se Cielo. No te preocupes por eso.
Allen dirigió su mirada a la coneja junto a ellos y se agacho para verla de frente.
-Te encargo en que cuides de Mamá, puedes hacer eso por mí? –Pregunto el Entrenador para que ella asintiera y gruñera en respuesta. –Gracias. –Sonrió al acariciar un poco sus orejas. -Bien ya nos vamos.
-Un momento. No le vas a dar un abrazo a tu Madre?
-Cierto.
Rápidamente el joven se levantó y abrazo a su Madre con uno de sus brazos para la indignación de ella.
-Qué fue eso?
-Un abrazo.
-Allen Kurokiba. No pase 29 horas de mi vida pujando para que salieras de mi cuerpo, solo para ese abrazo mediocre. Ahora ven aquí, y dale un abrazo a tu Madre!
Sonriendo a esas palabras, el Entrenador se acercó a ella para abrazarla con fuerza y cariño.
-Thehehe este si es un abrazo Cielo. Ten mucho cuidado sí, no te preocupes por mí, recuerda, Mamá sabe cuidarse sola.
-Lo sé, nos veremos pronto. –Despidió el Muchacho. –Vámonos Lux, tenemos mucho terreno que cubrir a pie.
La mujer los vio a ambos partir desde la puerta mientras se recostaba en esta y sonreía con tranquilidad.
-Hacia mucho que no lo veía tan animado. Sé que darás tu mejor esfuerzo en esto hijo, en lo que sea que vayas a hacer, siempre tendrás el apoyo incondicional de tu Madre, tú puedes hacerlo, tienes la chispa para hacer lo que sea. –Hablo para si misma viendo a su único hijo partir en un viaje que cambiaría el destino de todos para siempre.
Ya alejado de su casa, Allen tenía claro a donde debía ir, lo que no sabía era cuanto tiempo le tomaría llegar a ese lugar, pero eso no lo distraía para nada de sus objetivos y el cómo debería llevarlos a cabo, a su lado, su gran Luxray quien caminaba parejamente con él, mirando todo el paisaje con calma y atención, atento a cualquier Pokémon salvaje que pudiera intentar atacarlos, cosa que simplemente no paso, debido a su mera presencia.
Avanzada ya más de media hora desde su partida, Allen decidió que era buen momento para probar el invento que había terminado el día anterior.
-Oye Lux, quiero que me ayudes a probar unas cosas que hice.
Al escucharlo el Luxray poso su atención en él, deteniendo su avance en lo que veía como el Entrenador sacaba algo de su mochila.
-Son estos. –Mostro el muchacho dejando a su vista unos grandes y gruesos brazaletes plateados. –Estos son unos brazaletes de gravedad. Básicamente al ponértelos y activarlos generan fuerza para atraer tus patas al suelo, al ponértelos y caminar y estar con ellos, eso ayudara a desarrollar la musculatura en tus patas, así como aumenta considerablemente su velocidad.
Ante la explicación de su Entrenador, el Pokémon miro los brazaletes para extender una de sus patas al muchacho para que pudiera colocárselo, y así fue con sus 4 patas mirando ambos como le quedaban.
-Lucen bastante bien, pero no resaltan, eso es lo importante. Te son incomodos Lux? –Pregunto recibiendo una negativa del Pokémon. –Los voy a encender, al 5% de poder, a ver como los sientes.
El muchacho tomo su teléfono y activo la aplicación desde allí, enseguida las luces de los brazaletes se activaron y empezaron a ejercer su fuerza gravitatoria alrededor de la patas del Pokémon. Quien enseguida lo sintió abriendo sus ojos en sorpresa.
-Cómo se sienten, es mucho peso? –Pregunto Allen para que su Pokémon negara mientras movía todas sus patas adaptándose a esa nueva sensación en ellas, hasta dar unos cuantos pasos y unos brincos. –Parece que no.
En cuestión de minutos el Pokémon se adaptó perfectamente a esas nuevas pesas, para junto a su Entrenador seguir con su camino a Pueblo AromaFlor.
Con unas 3 horas de caminata tranquila, y con el sol sobre ellos, decidieron parar a la sombra para descansar un poco y comer el almuerzo que su Madre les había preparado.
-A ver que nos preparó... espero no exagerara de nuevo, pero creo que eso es mucho pedir considerando lo pesada que es la caja.
Al abrirla, confirmo sus sospechas al ver la cantidad de comida que había en ella.
-Acaso quiere que engordemos o algo así? –Bromeo para agarrar uno de los tantos emparedados que resguardaba la caja, y pasarle unos a su Pokémon sobre la tapa. –Comamos algo y guardemos para después.
A la sombra de los árboles, ambos podrían ver el gran sendero del que venían y el largo tramo que les faltaba.
-Está muy despejado... incluso para ser un día tranquilo, esta demasiado despejado Lux. Debería de encontrarse más entrenadores pasando por aquí, o aunque sea vehículos.
Lux por su parte, tenía su atención en otra cosa, algo que se movía por las cercanías, y que sus ojos le permitían saber muy bien de que se trataba. Y Allen se percató de eso.
-Viste a algo o a alguien? –Pregunto recibiendo un asentimiento en respuesta. –Tal vez fuimos nosotros los que salimos muy tarde... los Entrenadores pueden que san madrugadores, tomando en cuenta las distancias que deben recorrer para llegar a sus destinos. No pueden darse el lujos de dormir demás.
Un crujido cerca de ellos los distrajo de su conversa, solo para ambos ver como de los arbustos cercanos un pequeño Pokémon aparecía y se acercaba temeroso a ellos.
-Un Growlithe... -Reconoció el Muchacho al ver al pequeño Pokémon que había aparecido.
Growlithe el Pokémon Perrito. Es leal a su Entrenador, lo defenderá lanzando gruñidos mordiscos a sus enemigos. Cuenta con un olfato muy desarrollado, si encuentra un olor, nunca lo olvidara.
-Así que eso dice de ti. –Susurro Allen al ver la PokéDex de su teléfono. –Debe tener hambre, seguro el olor de la comida lo atrajo.
Rápidamente noto el estado deplorable del Pokémon, este estaba sucio y se veía bastante desnutrido para lo que debería ser un Growlithe sano.
-Ten come esto. –Le hablo con cuidado extendiendo un gran emparedado. –Tranquilo, no te haremos daño.
Con algo de temor ante la intensa mirada del Luxray, el Pokémon se aproximó a Allen y con rapidez tomo el pan para alejarse un poco de ellos.
-Es muy desconfiado... incluso para ser salvaje... puede que alguien lo haya abandonado?
Esa pregunta rondo su mente mientras lo miraba comer, un Pokémon normalmente salvaje, no estaría tan maltratado como lo estaba ese pequeño.
Rápidamente el tipo fuego devoro con ganas ese emparedado hasta no dejar ni las migajas de este. Allen al ver eso, le facilito algo de agua en una taza pequeña, para que el Growlithe se acercara a beber de ella con ganas.
-(Si quiero que confié en mí, debo empezar de apoco.)
Mientras el Pokémon bebía, Allen acerco con cuidado su mano hasta la cabeza de este, al sentir eso cerca, el Pokémon alzo la vista y se encogió temeroso y temblando, lo que le dio a confirmar a Allen sus sospechas.
-Tranquilo... tranquilo, nadie aquí te lastimara. –Hablo calmadamente al tiempo de colocar sus manos entere las orejas del Pokémon para acariciarlo con cuidado. –Eso es... ves, no te are ningún daño.
Allen debía hacerle saber que no era una amenaza para el si quería su confianza, si el pequeño huía en ese estado, quien sabe que podría de ser de el en el futuro.
El Pokémon comió y bebió hasta sentirse satisfecho, y al estar todo ese tiempo bajo las cuidadosas caricias del amable Entrenador, se quedó mirándolo con interés.
-Escucha pequeño, acabo de iniciar mi viaje como Entrenador Pokémon. Te gustaría acompañarnos a Lux y a mí?
El pequeño Growlithe miro al muchacho y luego al Luxray que lo acompañaba, el tipo eléctrico le regreso la mirada y asintió tranquilamente.
El tipo fuego ladro al entrenador y vio como este saco una PokéBall de entre sus ropas, y sin más, el pequeñín la toco para ser absorbido por esta.
-No sé qué cosas te hayan pasado, pero conmigo no ser así, te lo demostrare.
Luego de un poco más de descanso, ambos, Luxray y Entrenador continuaron su camino para llegar al Pueblo que estaba en su ruta.
Los Pokémon salvajes que se podían ver por la zona, no se acercaban debido a la seria y algo atemorizante mirada que el Luxray tenía en todo momento, a pesar de que esa será su cara de tranquilidad.
-Lux cómo van los brazaletes, no te sientes cansado? –Pregunto recibiendo un gruñido en negativa de su compañero. –Eres bastante fuerte en ese caso, el equivalente al 5% son alrededor de unos 10 Kg. Y de verdad no aparecieran que te molestaran en absoluto.
Su tranquila caminata en algún momento se vio perturbada, por lo que llevaban todo el día sin ver. Entrenadores.
-Vaya pero si es el novato del que todo el mundo está hablando. El chico que le gano a Roco en su primer intento. –Comento uno de los presentes en el grupo.
-Eso dice lo fuerte que son sus Pokémon.
-Claro que lo son, solo mira a ese Luxray.
-Oye chico, te gustaría tener un combate? –Pregunto uno de los presentes con genuino interés.
Habiendo hecho caso omiso a casi toda la conversación, el escuchar la palabra combate, Allen enseguida dirigió la mirada s u compañero.
-Qué opinas, quieres quemar algo de energías?
El felino gruño y dejo salir notable electricidad en lo que su melena se erizaba.
-Aceptamos.
-Perfecto! –Celebro el chico al tomar la PokéBall de su cinturón.
Rápidamente tomaron distancia para poder dar espacio a sus Pokémon.
-Lux liberare la fuerza de los brazaletes para que te muevas con normalidad. –Aclaro a su Pokémon, recibiendo un asentimiento.
-Grotle yo te elijo!
Al campo salió el gran Pokémon salió gruñendo su nombre y mirando a quien sería su oponente.
-(Un Grotle... un tipo hierba de nuevo. sería bueno ver cuáles son las limitaciones de Growlithe, pero no sé si se tenga la suficiente confianza como para enfrentar a frente a frente a un Grotle. Sera mejor entrenarlo despacio y con Pokémon muchos más débiles y fáciles de enfrentar, así crecerá de mejor manera, Lux deberá hacerse cargo.) Vamos a ver que tanto se te aligero el paso Lux.
-Bien empezaremos nosotros. Grotle usa bola de energía!
Rápidamente el Pokémon cargo su ataque, y la disparo apuntando directamente a Luxray.
-Lux.
Viéndola venir muy claramente, el Pokémon de desvaneció de su posición reapareciendo un poco más la derecha del errado ataque.
-Pero qué!? Cómo hizo eso? –Pregunto el Entrenador rival bastante sorprendido. –Es rápido. Grotle intentemos otra cosa, usa embestida!
El gran Pokémon comenzó a embestir hacia el Luxray, quien lo miraba sin perder detalle alguno de su cuerpo en aproximación, hasta simplemente desvanecerse en el último momento reapareciendo lejos del Pokémon.
-Lux ya te acostumbraste?
El tipo eléctrico miraba sus patas con atención para luego dar un par de brincos, seguidos de asentir.
-Bien. Probemos esa velocidad. Colmillo Ígneo.
A una velocidad notablemente alta, lux comenzó su carrera mientras sus fauces se llenaban de unas intensas llamas.
-Grotle esquívalo!
El tipo planta apenas si alcance a reaccionar antes de tener al Luxray encima encajando sus dientes en su espalda en un explosivo ataque de fuego.
-Es muy rápido, Grotle sacúdetelo!
-Lux Salta.
Siguiendo las indicaciones, apoyo sus cuatro patas en la espalda de su oponente para dar un gran salto lejos de él.
-Ahora veo cómo es que ese Luxray le gano al Onix de Roco...
-Tu Grotle tiene una muy buena defensa, debió resistir bien contra Rampardos, me equivoco?
-Tienes razón, gracias a Grotle pude ganar la medalla, su evolución fue los que nos dio la victoria ese día.
-Entiendo... sabes lo que pasa cuando un Turtwig evoluciona?
-Se hace más poderoso?
-Sí, pero, su evolución a un Pokémon más grande y robusto tiene un precio... su velocidad.
-Su velocidad?
-No te diste cuenta? Cuando tu Pokémon evoluciono, dejo su velocidad de lado para tener mucha más defensa y vitalidad, por eso resiste más ataques pero es más lento al moverse. De no ser por su defensa, el ataque de mi Luxray ya lo hubiese debilitado.
-Y qué tiene que ver eso ahora?
-Aun como Entrenador no te adaptas a ese cambio ni el tampoco. Debes olvidarte de su velocidad y centrarte en su defensa, si no, pasara lo siguiente. Lux colmillo Ígneo!
Nuevamente Lux despego en su ataque arremetiendo contra el Grotle en un ataque directo a gran velocidad que termino en una explosión de llamas. Al despajarse la nube de humo que se creó. Grotle yacía inconsciente en el suelo.
-Lo notas ahora? debes mejorar tu forma de combatir, de lo contrario Grotle no podrá seguir creciendo y tú tampoco.
Dichas esas palabras, Allen se acercó a su Pokémon y acaricio la melena de este.
-Buen trabajo.
-Cómo sabias todo esto? –Pregunto el chico al acercarse a su Grotle.
-En el momento que atacaste lo supe. Bola de energía es un buen movimiento, pero si lo lanzas estando quieto las posibilidades de que acierte son mínimas. Él aún se adapta a su nuevo cuerpo, pero tú lo confundes al pedirle cosas que ya no puede hacer como antes, no le puedes decir a un Grotle que esquive ágilmente un ataque, debes decirle que se prepare y lo resista.
-Entiendo... Grotle... lo siento mucho amigo, no me di cuenta de esto...
El gran Pokémon preocupado por su compañero, se levantó como pudo y se acercó a él para frotarse con cariño.
-Eres el mejor compañero del mundo. Muchas gracias por hacerme notar mi error.
-No fue nada, es mejor ahora que más adelante. Solo debes adaptarte a lo que él puede hacer.
-Lo entiendo, eso hare.
En lo que Allen y su Luxray se alejaban, una de las chicas lo llamo.
-Oye disculpa, pero si vas al Pueblo AromaFlor, puedes ir con nosotros.
Ambos, entrenador y Pokémon se detuvieron al mismo tiempo y se vieron simultáneamente las caras.
-El camino puede que sea más entretenido y rápido si vamos con ellos que crees?
El Pokémon asintió y gruño a eso.
-De acuerdo, los acompañaremos.
Teniendo presente que aún era mucho lo que desconocía, viajar con ese grupo le podría dar las respuestas que buscaban, y con eso en mente, comenzó su caminata junto a ellos, pero mientras los demás conversaban, la mente de Allen estaba en otra parte.
-(Como debería iniciar el entrenamiento del pequeño Growlithe. No puedo ir muy deprisa con él, primero es hacer que confié en Lux y en mí, sin presionarlo mucho, hasta que se sienta cómodo. Papá siempre decía que gota a gota, el vaso se llena.)
La chica que lo invito al grupo, al ver lo absorto que estaba, trato de acercarse para romper un poco el hielo.
-Oye? De dónde sacaste a ese Luxray tuyo?
-... Hmmm lo siento estaba pensando. De dónde saque a Lux? Bueno se podría decir que lo convencí de viajar conmigo.
-Convencer?
-Sí, lo encontré en los bosques antes de llegar a Ciudad Jubileo, hable con él y le pedí que viajara conmigo.
-Vaya... no creí que eso se podría.
-Son seres inteligentes, tanto como para saber cuándo una persona les dice la verdad, Lux vino conmigo porque así lo quiso él.
-Entiendo. También le diste un nombre. Por qué?
-Se podría decir que es la costumbre. Siempre lo he hecho. Siento que de esa manera nos hacemos un poco más cercanos, al tener una manera especial de llamarlo, él entiende que es con el quien hablo.
-Eres bastante listo. No se me había ocurrido verlo de esa manera.
-Conocer a tus Pokémon en lo primero que debes hacer, así sabrás en que debes mejorar tanto tu como ellos.
-En ese caso, crees que podrías ayudarme con uno de mis Pokémon, lo atrape no hace mucho y parece que no le caigo muy bien.
-Adelante.
La chica tomo una de sus PokéBalls y de ella apareció otro tipo plata, esta vez siendo un Cherrim en su forma nocturna.
-Un Cherrim eh? –Susurro Allen para sí mimo al agacharse y ver de cerca y el como ella se escondía detrás de sus pétalos. –A simple vista algo no va bien con ella.
-Tiene algo mal?
-No creo que este enferma, tiene un buen color, y se ve que tiene energías, pero el que no cambiara a su forma matinal, es un poco raro, aún es temprano, apenas son como las 2 PM, debería poder tener u otra forma con tranquilidad.
-Eso significa?
Con cuidado Allen acerco sus manos a ella y le hizo una seña para que se acercara, la Pokémon al no sentir malas intenciones se acercó y Allen la levanto con cuidado, para con sus dedos levantar un poco sus pétalos dando así con el problema.
-Conque eso era.
-Viste algo?
-Esto será una pregunta algo rara, pero necesito que seas sincera. Cuánta fuerza tienes en tus brazos?
-Eh? ... pues fue pícher y jardinera central del equipo femenino de Béisbol hasta hace unas pocas semanas. Por qué?
-Bueno... por lo que puedo ver aquí, tal parece que cuando lanzaste la PokéBall para atraparla lo hiciste con tanta fuerza que le hiciste un feo chichón en la frente. Y eso la tiene algo avergonzada y enojada. Por eso no se deja ver.
La afirmación que el Muchacho le dijo, coloro tanto a la chica que su cara podría ser comparada con los colores de su Cherrim.
-Yo... LO SIENTO MUCHO! –Chillo la chica al tomar a su Pokémon para abrazarla con algo de cuidado. –No fui consciente de eso y simplemente lance como siempre lo hago, no creí que te lastimaría tanto al hacerlo, lo siento mucho Cherrim, no lo sabía!
Viendo eso. Allen y Lux solo pusieron dejar salir un suspiro seguido de ambos sonreír un poco.
Ya con la Pokémon llevando unas pequeñas gasas con una pomada para la hinchazón, parecía que ella y su Entrenadora se habían reconciliado.
Con un poco más de camino, finalmente su destino se podía ver en la distancia.
-Ya casi llegamos... que hermosa vista, miren cuantas flores!
Con grandes y hermosos campos llenos de distintas y coloridas flores, el pueblo AromaFlor daba honor a su nombre, con las diferentes y cálidas fragancias que rodeaban a todo el lugar, seguido de los Pokémon tipo insecto que revoloteaban el lugar.
-Vaya... nunca había visto tantas flores silvestres en un lugar.
-Verdad que es muy hermoso?
-Sí que lo es.
-Es tu primera vez viajando verdad?
-Se nota mucho.
-Para todos lo es, o al menos solos.
-Mejor sigamos, aun con la hermosa vista, el sol no está teniendo piedad.
-Lux debemos traer a Mamá para que ella misma pueda ver esto.
Con eso anotado. Su camino los llevo hasta el Centro Pokémon local, donde enseguida Allen pidió una habitación, para descansar y prepararse para el día siguiente. Actualmente es encontraba revisando algunas cosas en el pequeño escritorio al lado de su cama.
-De acuerdo. Según me explicaron los demás entrenadores. Cada vez que se gana un combate, automáticamente se deposita una cantidad dependiendo de qué tan extensa o prologada sea la batalla, parece ser que cuando se registran las medallas al Entrenador, eso aumenta el pago que se recibe al vencerlo. Entonces entre más medallas, más dinero se puede conseguir, todo eso se hace mediante las PokéDex, o en mi caso mi Teléfono, que también se usa como tarjeta de Débito. Lo mejor será tener más cuidado con él desde ahora.
Hablando para sí mismo, Allen vio a su Luxray descansar cómodamente en la alfombra disfrutando del aire acondicionado.
-Lo mejor será hacer una lista de precios, cuando vaya a la tienda y ver mi presupuesto actual, si Arceus transfirió el dinero de mi Madre a una cuenta local, seguramente pudo haber hecho lo mismo con mis ahorros. –Pensó al ver en su teléfono entre varias de las aplicaciones nuevas, hasta ver su estado de Monedero. –Tal como pensé... aquí está todo, más lo que he ganado de los últimos combates, que practico es, te dice cuando se abonó más a la cuenta, con fecha y hora exacta. Ahora se con cuanto cuento actualmente, ahora solo me falta hacer la lista de compras, lo más esencial es comprar pociones y demás medicinas para tener siempre a la mano, también PokéBalls, y unas cuantas provisiones de emergencia para cuando nos quedemos tiempo de más en la intemperie.
Con una lista bien estructurada y organizada de lo que debía comprar más el cuándo podría valer eso, Allen se relajó un poco en su silla para luego tomar la PokéBall del Growlithe.
-Dejémoslo salir un rato, así se acostumbrara a mi presencia y a la de Lux.
Con solo lanzar la esfera al aire, de esta salió una gran estela de luz que prontamente se convirtió en el pequeño Growlithe. Quien confundido, empezó a ver todo el lugar.
-Aquí pasaremos la noche tú, Lux y yo. –Explico el Entrenador para que el pequeño entendiera. Puedes relajarte y descansar. Justo allá está tu comida, adelante come tranquilamente, si tienes hambre.
Le señalo donde estaba un plato con su cena, algo dudoso el Pokémon de fuego se acercó a ella para olerla y seguidamente empezar a comerla.
-Hoy fue un día bastante caluroso, debemos darnos un baño. –Dijo Allen al oler su camiseta. –oh rayos, si definitivamente necesitamos un baño...
Luego de que los 3 comieron, Allen decidió bañarlos para luego bañarse él.
-Tienes mucho pelo Lux, increíble que no se te enrede ni nada, debe ser al momento de pelear, se erizan tanto que se vuelven como finos alambres de acero.
Pasando un cepillo por la gran melena de su Luxray, peinaba cuidadosamente su pelo mientras el Pokémon parecía bastante relajado.
-Y ya estás listo... se me fueron como 30 minutos solo peinándote, sin contar el tener que lavártelo, ahora ve a recostarte y no te ensucies.
El tipo eléctrico se levantó y salió por la puerta del baño, quedando Allen y el pequeño Growlithe.
Un poco más tranquilo, estuvo todo el rato mirando como su nuevo Entrenador cuidaba pacientemente del Pokémon más grande.
-Bien sigues tú, primero te daremos un buen baño con agua hirviendo, para sacarte esa suciedad y elevar tu temperatura interior, eso te hará sentía mucho mejor ya verás.
Siendo un tipo fuego, los Pokémon de ese tipo toleran el agua pero esta debe estar caliente, para que su cuerpo se mantenga así, por eso es común verlos en las aguas termales.
Tras tomarlo con mucho cariño lo metió en la bañera de agua caliente y lo acompaño por 10 minutos mientras notaba como mucha de la suciedad se aflojaba y el Pokémon se relajaba al sentir todo su cuerpo alentarse.
-Con eso será suficiente, ahora vamos a lo que sigue.
Lo limpio y le saco toda la suciedad con ayuda de un cepillo y mucho jabón, para luego de secarlo con una secadora, dejando ver a un Pokémon nuevo.
-Y estás listo. Te vez mucho mejor así. Ahora ve a descansar mientras me ocupo de mí mismo.
Finalmente luego de ducharse él, regreso a la habitación para ver que ambos se habían dormido.
-Jum, estabas más cansado de lo que aparentabas Lux, si te peso después de todo, descansen bien chicos, aún nos falta la parte más difícil del camino y esta vez los pondré a prueba.
Actualizado el 07/09/2021