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Pasearon en un pequeño silencio, ambas con cada cosa en su mente.
Al fin habían logrado matarlo, Danzo estaba muerto. Sasuke había conseguido su venganza, recogieron los ojos de Shisui y ahora mismo Itachi se ocupaba de ellos, resguardándolos de todo mal.
Y cabía decir que, al menos, una de ellas había disfrutado el haber contribuido en su muerte.
Aunque no aseguraban y mucho menos sabían si había sido muy buena idea dejarlo después de todo aquello.
— Yo quería ver SasuNaru en directo, Ali...— Reprochó la salmón, con los mofletes hinchados.
— La verdad es que yo también, pero...— Suspiró— . Algo así había que dejar que se encargase él solo. Además, ya hemos quedado con Sasuke en que lo veremos dentro de unos días.
Maica hizo una mueca.
— Sí, pero aun así...
La azabache observó a su amiga y se la quedó observando, con una mirada algo maliciosa. Se cruzó de brazos y sonrió con picardía en cuanto la de cabello corto se dio cuenta.
— No será que te estás preocupando mucho por él, ¿O sí, Mai?— Espetó.
— ¿Qué? No— Respondió, sonriendo— . A ver, claro que me preocupo por él. Lo hemos dejado justamente cuando a aparecido Sakura y después vendrían los otros y...
— ¿Celosa?
— ¡Qué no!— La golpeó, haciéndose la enfadada. Pero era sólo una farsa— Hablo de que a ver si va a intentar matarlos y nosotras no vamos a poder estar ahí para evitarlo...
Yuki suspiró, cerrando los ojos con tranquilidad mientras sentía el frío en sus mejillas.
— Mai, Sasuke ha cambiado— Expresó, mirando hacia adelante en todo momento— . Sigue cayéndome mal, pero no lo puedo negar. Es así— Admitió, cruzándose de brazos— . Ahora él un poco diferente, está más tranquilo y con la guardia baja al tener a Itachi a su lado...Al sentirse estar en familia, sabiendo por fin la verdad de todo.
La ojimiel bajó la mirada al suelo, asintiendo lentamente.
— Sí...Tienes razón— Sonrió con suavidad— . Sasuke ya no parece ser esa clase de persona.
— Quizás también porque tu amor de acosadora da sus frutos— Expresó la ojiazul, alzando las manos en señal de paz y entrecerrando los ojos— . Nunca se sabe hasta donde puede llegar tu poder, Mai...
La nombrada se rió.
— ¡Qué idiota eres!— Volvió a pegar una carcajada. Pero después se puso orgullosa y mostró esa misma sonrisa— Pero claro que sí...¡Tú caíste, es cuestión de tiempo que él lo haga!
— Sí, pero te advierto una cosa...— Murmuró. Se acercó a ella y con una expresión de sospecha, le pasó el brazo por el hombro— Si juegas mucho con fuego te acabarás quemando... A ver si te vas a enamorar realmente de él.
— No, no, no...— Señaló con la mano varias veces, negando. Posteriormente, se quedó pensando unos segundos— No...¿No?
Miró a Alice, como si intentase encontrar una respuesta que sólo ella tenía, pero ésta simplemente se encogió de hombros y siguió caminando ignorándola en todo hecho; Eso lo tendría que descubrir otra persona y no decírselo ella.
Eso sólo se podía saber de una forma.
— Además— Volvió a hablar la de cabello negro, girándose y esperándola— . Está con Itachi, y Kakashi y Naruto nos conocen y ya saben el qué de casi todo. Están de nuestro lado.
— Ya, pero...¿Segura de que al ver que no hemos matado a uno de la hoja pensarán lo que no es?— Preguntó la salmón extrañada y algo preocupada.
— No, estoy segura. Mi hermano está con ellos— Contestó, sin duda alguna— . Y Kakashi confía en mí, está al tanto de que no haría nada que pudiese dañarlos o fuera perjudicial. Es asusto, así que sabrá que es por algo...
Misaki asintió estando de acuerdo, agarrando el brazo de su mejor amiga una vez que corrió a su lado. La miró con una sonrisa y empezaron a caminar un poco más rápido sólo para llegar antes a donde querían.
La del zorro se había dado cuenta de su mirada mucho antes, pero quiso ignorarla. Como siempre hacía.
Aun así, todo lo que le había dicho antes lo pensaba de verdad, aunque lo dijera bromeando.
— Kakashi y tú tenéis una relación de completa confianza, eh— Manifestó, suspirando— . Qué bonito, qué romántico. Él te comprende y yo me muero de amor.
— Sí, sí...— Dijo Ali— . Y claro, confiamos mutuamente el uno en el otro, si no...
— ¿Si no todo sería sexo...?
La del zorro le dedicó una mirada entre "Eres idiota desde que has nacido y te has caído de pequeña" hasta "te mataré mientras duermes plácidamente".
Ahora, fue Maica la que alzó sus brazos en señal de paz.
— Yo sólo digo lo que deseo y lo que sale de mi corazón— Se excusó, inocente— . Y lo que parece...Y lo que haréis. U os obligaré a hacer. O...
— Que te calles.
— Cállame tú, mi amor— Dando saltitos, se acercó a ella y se colocó delante de su amiga, poniendo morritos.
Al escucharse un suspiro y Alice cerrar los ojos, una mano se posó en la cara de la salmón y la apartó hacia un lado, con total lentitud.
— Que te calle Sasuke.
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Maica estaba eufórica, entrando corriendo y sonriendo de oreja a oreja. Estaba más que contenta y sus pasos por aquel pasillo no hacían más que demostrarlo.
Por fuera, parecía todo lo contrario. Pero Alice en el fondo también lo estaba, y también se pudo apreciar cuando una débil y ladeada sonrisa cruzó por sus labios cuando acabó de caminar por el pasadizo.
Había pasado tanto tiempo desde que habían estado allí...Tanto, que ambas ya habían deseado volver a verlo alguna vez.
— No me lo puedo creer- Murmuró la salmón, haciéndose la dramática— . Creo que lloraré. Voy a llorar— Se acercó a la azabache— . Ven aquí y consuélame.
Pero su amiga sólo se apartó un poco.
— Espera, tengo que ir a hacer algo antes- Expuso, caminando por el salón— . No tardo, te lo prometo.
Salió de allí con una sonrisa de su amiga esperándola en el comedor, sentada a que Ali volviese; Sabía a dónde se dirigía.
Ésta última traspasó sin el lugar sin pararse un momento y, sin pensarlo, giró a la derecha. Encontrándose con otro pasillo que ya conocía a la perfección.
No esperó a más y se paró en la puerta que tenía como objetivo. Sin ni siquiera llamar, agarró el manillar y la abrió de un golpe.
En cuanto notó su mirada llena de sorpresa en ella, sonrió de medio lado.
— Pelirrojo...Ya estoy aquí— Dijo, moviéndose para entrar— . ¿Me has echado de menos?
— Yuki...
Al acabarse la sorpresa en su poca expresión al verla allí parada, justo en su puerta cuando ni se lo habría esperado, lo único que pudo hacer el marionetista fue dedicarle una pequeña sonrisa que ya ambos sabían.
Dejó sus marionetas en el escritorio y se levantó poco a poco, mirándola.
— Te has tardado lo tuyo, pensaba que te vería antes...
— Entonces sí que me has echado de menos, eh— Manifestó, acercándose a él— . Y no me digas algo así cuando veo que sonríes, idiota.
— Pues la próxima vez no te tardes tanto, y me dejes esperando tanto tiempo por ti— Se cruzó de brazos delante de ella y mantuvo una sonrisa arrogante— . Recuerda que puedo hacerte siempre mi pequeña marioneta.
— Sí, Sasori— Murmuró con algo de picardía— .Sé que es una forma de preguntarme, y yo también te he echado de menos.
Miró el cuarto de su pelirrojo y recordó que todo estaba tal y como lo memorizaba. Dio unos pasos para ir a su cama y se tiró de un golpe al colchón, dejando salir un gran y enorme suspiro que hizo que hasta el de la arena, se girase a mirarla.
Se acercó a ella.
— Imagino que si no has llegado antes es porque las cosas se han complicado, ¿Me equivoco?
— Ni un poco- Contestó cerrando los ojos— . Aunque tenía ganas de volver a la base...— Se levantó, incorporándose y mirándolo ahora que se había sentado a su lado— Pero bueno, ¿Qué ha pasado mientras no estaba?
— Oh, sí...
— Danna, creo que he escuchado un ruido fuerte por aquí y...
Un rubio que venía con tranquilidad y desinterés al cuarto de su maestro mientras se masajeaba su cabello algo desorientado, se quedó todavía más cuando vio a la azabache ahí.
Tardó unos dos segundos en procesarlo, hasta que vio que era real y no una ilusión o una muñeca que había hecho Sasori.
— ¡Shiro!— Exclamó, entrando al cuarto sin más.
— Dei-chan...— Sonrió— He vuelto.
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Maica seguía allí, sentada y esperando la vuelta de su amiga que había ido a ver a sus dos amantes y tener un reencuentro después de tanto tiempo.
Examinó todo el recinto y sonrió; Estaba igual que cuando se fueron.
Se hundió en el sofá cuando recordó todo lo que pasó allí. Todos los momentos que tuvo, todo lo que sintió y todo lo que ella misma parecía haber hecho sentir. Aunque ahora en realidad, también faltaba un integrante.
Uno que no volvería a aparecer jamás por circunstancias que él mismo había elegido y había llevado a cabo su vida.
Kakuzu estaba muerto, y tampoco se podría creer a fin de cuentas que hubiera ocurrido. Y menos aún, las palabras que salieron de su boca aquella vez.
Ciertamente, estaba casi todo en silencio. Parecía que todos ellos hubieran cogido el mismo destino y hubiesen desaparecido. Por lo cual, lo más probable era que sólo estuvieran el dúo de su amiga por aquí, y que los demás no hubieran llegado todavía. A excepción de lo más seguro Konan y Pain, que siempre estaban presentes.
E Itachi se había quedado con su hermano, así que faltaba Kisame, y...
Hidan.
El vació empezó a apoderarse de ella. Esa opresión dolorosa en el pecho que sentía cada vez que su imagen aparecía por su cabeza, escuchaba las palabras que alguna vez le dijo o los actos que ambos se hicieron mutuamente.
Intentó deshacerse del recuerdo en su mente y dejar de pensar en él. En todo lo que lo envolviera para no tener que seguir con esa mueca de pena cada vez que lo hacía; Tanto lo bueno como lo malo.
Y lo consiguió unos minutos.
Unos míseros minutos que no duraron nada cuando ese mismo albino, se le cruzó por frente de ella.
Mai tragó en seco, sin creerse que eso había ocurrido.
— ¿Misa...?— Murmuraron.
Y solamente la forma en la que pronunciaba su nombre ya desencadenaba muchas cosas dentro de ella.
Con sentimientos entremezclados entre temor, esperanza por escuchar la voz del mismo hombre por el que sentía amor y traición, elevó la mirada lentamente. En el fondo, ella sentía que si lo hacía, daría dos pasos hacia atrás en el progreso que había hecho por mantenerlo fuera de su vida ese pequeño tiempo.
Y le daba miedo. Le atemorizaba que con sólo mirarle a la cara pudiera llegar a sentir por todo su interior un enorme huracán, con el simple hecho de volver a ver las facciones de su rostro que con tanto esmero había intentado olvidar por su bien.
Pero eso era un simple deseo.
Volvió a tragar en seco cuando vio a Hidan delante de ella, observándola con un rostro indescriptible desde arriba. Estático y sin pronunciar una sola palabra más, sólo viéndola como si se hubiera encontrado con el mismo pasado que tuvo alguna vez.
— Hidan...
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Y aquí está el capítulo de hoy. Espero que os guste y sea de vuestro agrado como siempre (aunque lo diga cada vez que publico :v)
Well, yes. Han dejado por unos días al grupo Taka solos para poder dirigirse al fin, ¡Al fin! a la base de Akatsuki. Y allí Alice se ha reunido con su pelirrojo y Dei-chan, después de tanto tiempo. Ya era hora que las chicas volvieran y tuvieran que hacer algunas cosas.
Y...Maica se ha encontrado con Hidan. Sí, sí...Justamente cuando pensaba en él, se coloca frente a ella. A ver...
¿Qué creéis que ocurrirá? ¿Qué deseáis que pase y etc? Con todo lo demás, y eso también... Pero ya sabéis, espero vuestros increíbles comentarios con esmero <3
Hasta la próxima.