Parte dos.
—Aprovecha, no todos los días un piloto mónaco e increíblemente sexy te invita a salir.
—No me siento preparada.
—No todos son como Ewan, algunos sí te respetan.
—Lo sé, pero es muy pronto.
—¿Hablas en serio? Ha pasado un año desde que se separaron. ¿Por qué no avanzas?
—Quiero avanzar, pero siento que tener otro hombre junto a mí no es una forma.
—Tienes razón, has salido sola adelante, pero sí quieres retomar tu vida amorosa, hazlo, Leclerc lleva un año entero enviándote mensajes, te respeto durante seis años. ¿Por qué no le das una oportunidad?
—¿Lo dices para molestar a Arthur?
—No... pero piénsalo, es piloto de Fórmula 1, lord Perceval le dicen, piénsalo.
—¿Qué pasaría sí le digo que sí?
—Bueno, empezarían a salir, te casarías y tendrían tres hijos.
—¿Tres?
—Arthur me contó que Charles siempre ha deseado tres hijos.
—No quiero empezar otra relación. ¿Qué pasaría sí Charles no quiere y no respeta a Diane ni a Archer?
—Charles te quiere, y sí no respeta a mis sobrinos haré que los respete.
—A veces pienso que Ewan ganó.
—¿Por qué?
—Ha seguido su vida, como si nada hubiese pasado.
—¿Leíste los rumores?
—Sí, sí se quiere casar otra vez, que lo haga.
—Esos no son los rumores.
—¿Ah no?
—Dicen que Ewan despidió a su asistente y renunció a dos papeles en los que ella lo comprometió, además de que la demandó por falsificar los e-mails y por su imagen manchada.
—Genial, buscando culpables.
—Por favor Anne, vuelve a salir, no puedes encerrarte en tu burbuja de dolor y amargura, has adelgazado mucho, me preocupa que tengas anorexia o bulimia.
—Estoy bien, sólo no me apetece comer.
—Estás recayendo nuevamente en la depresión.
—No.
—¿Los volviste a tomar?
—¿Los antidepresivos? Desde que soy adolescente.
—Creí que los habías dejado.
—Para el embarazo los dejé, pero me dijeron que los volviese a tomar, por lo menos para no recaer.
—Estarás bien, eres muy fuerte no necesitas esto. —dijo quitándole el frasco de la mano. —saldrás adelante.
—Gracias Shay.
—No agradezcas. —sonrió acomodando su cabello. —ahora ve y alistate, envíale un mensaje a Charles y dale con todo.
Anne sonrió tomando su teléfono, en la pantalla de bloqueo había una foto suya con sus hijos, había recortado a Ewan descaradamente dejando las dos cabezas rubias al frente, desbloqueo el celular dirigiéndose a Instagram, en donde el chat de Leclerc se encontraba.
Charles, cómo estás?
Anne, estoy bien, tú y los niños?
Estamos bien, estás libre hoy en la noche?
Para ti siempre
Hago la reservación para el restaurant?
Sería increíble, gracias.
Pasó por ti a las 8:30?
No es molestia? Puedo llegar.
No, descuida, iré por ti.
—¿Y bien?
—Saldré con Charles está noche.
—Genial, puedo cuidar a los mellizos junto a Tom. —sonrió la pelinegra. —Dios, tenemos que arreglarte, levanta tu trasero de esa cómoda y enorme cama y ven conmigo a tu closet. ¿Cómo no te pierdes aquí? Es gigante.
—Supongo que es por tantos años teniéndolo. —dijo sentándose en el sillón.
—Es como el armario de Barbie, mientras no encuentre un condón no me traumaré.
—¿Por qué siempre hablas de condones?
—No lo sé. —rió sacando un vestido blanco. —Jesús. ¡Esté!
—¿Ese?
—No es tan pegado pero tampoco tan flojo, es ideal para está ocasión.
—¿Realmente lo crees?
—Te verás preciosa créeme, ahora mueve tu trasero de ahí y luce esté hermoso vestido. —la castaña lo tomó y caminó hacía el baño. —¡Veré películas en los que te alistas!
Anne abrió el grifo, el agua fría recorrió todo su cuerpo, suspiró tomando un poco de shampoo masajeando su cabeza y tratando de relajarse un poco.
[***]
—Sí no estuviese casada con Tom serías mi esposa.
—Anne rió. —¿Me veo bien?
—No sé quién te metió en la cabeza preguntar como te ves cuando siempre te ves bien, Leclerc se desmayará al verte. —habló la pelinegra, intentó decir algo más, siendo interrumpida por el timbre. —¿Quién será?
—¿Le avisaste a Tom qué estás aquí?
—No.
—Iré a ver.
—Ten cuidado, desmayarás a quien esté en la puerta.
Anne bajó las escaleras, abriendo la puerta encontrándose a la última persona que esperaba ver.
—Ewan.
—Anne. —aclaró su garganta. —luces bien.
—Gracias... ¿Qué haces aquí?
—Venía a decirte que llevaré a los niños a un día de campo, con mi madre.
—Genial, asegúrate de que no coman muchos dulces.
—¿Vas a salir?
—Sí.
—¿Con Shay?
—No.
—¿Con Emma?
—No.
—¿Olivia?
—No.
—¿Mily, Emily?
—No.
—¿Charles?
—¿Cómo sabes de él?
—Desde que apareciste en la gran pantalla él declaró su amor por ti, todos hablan de ello, eres tendencia en redes sociales.
—Creí que no tenías.
—No tengo una propia en donde puedo decir ¡Soy Ewan Mitchell sígueme! Pero sí me informo, además, Tom no es muy discreto.
—Parece que Aegon vive en él.
—Sé que muy en el fondo somos algo de lo que interpretamos.
—Intérprete a una asesinar serial, obsesiva con su ex novio.
—Bueno, para ti no calza. —ambos rieron. —¿Te gusta?
—Sólo saldremos.
—Espero que te vaya bien.
—Ewan...
—Déjame hablar, sé que fallé, tuve que haber marcado límites cuando ella empezó a insinuarse, aunque no te engañé te falte el respeto y lo lamento.
—Me alegra que hayas entendido.
—Y, si no funciona con Leclerc ni con ningún otro. ¿Podemos intentarlo cómo cuándo nos conocimos?
—Derramaste té sobre mi, vestido de Aemond.
—Sin ese detalle.
—¿Conocernos?
—Exacto.
—Me parece, pero no quiero que estés esperando por mí, o deseando cualquier cosa.
—Descuida.
—Escucha, te quise y te quiero, pero no deseo que esperes y seas un imbécil por ello, compartimos dos hermosos hijos que han sido nuestra felicidad y espero que sí no volvemos, seamos amigos.
—Lo seremos. —dijo abrazando al rubio, escuchando la aclaración de una garganta.
—Perdón que los interrumpa pero... Charles está al teléfono.
Anne se separó rápidamente del rubio, contestando la llamada, yendo hacía adentro.
—Anne va a salir con el guapo piloto.
—Lo sé.
—Has algo torpe, no dejes que se marché así como así.
—Ella hará su vida.
—Pelea por última vez, sí no funciona, al menos lo intentaste, conquístala otra vez.
¿Se puede conquistar a la misma mujer?