Aemond Targaryen

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Modern AU.

—¿Señorita Targaryen?

—Zoey, dime.

—La señora Hightower ha enviado una invitación. —dijo la mujer, dejando una carta con un envoltorio verde.

—Gracias Zoey.

—Con permiso. —la mujer hizo un leve asentimiento de cabeza y se marchó.

La castaña comenzó a leer la carta que la esposa del empresario Viserys Targaryen había enviado.

Saludos cordiales.
Hijo mío, hija mía, espero que estén muy bien, en la máxima felicidad de su compromiso.
He decidido hacer una cena está noche, espero puedan venir, se espera que venga toda la familia.
Alicent Hightower.
Targaryen Company.

Zoey.

—¿Sí?

—¿Sabes en dónde se encuentra Aemond?

—El señor salió está mañana a altas horas.

—Muchas gracias. —murmuró, sacando su celular.

—¿Hola?

—Señora Hightower. ¿Cómo está?

—Oh, mi niña, dime Alicent, dejamos las formalidades de lado hace mucho, estoy muy bien. ¿Tú cómo estás?

—Estoy bien, me alegra saber que está bien, Aemond salió temprano, pero sí iremos a la cena, gracias por invitarnos.

—Siempre es un placer tenerlos junto a nosotros querida. ¿Cómo va tu matrimonio?

—Vamos bien. ¿Cómo están ustedes?

—Viserys está un poco enfermo, ayer un médico nos dijo que posiblemente con los nuevos medicamentos mejore.

—Lamento escuchar eso.

—Descuida, mi niña, me temo que Daeron ha roto uno de los floreros de Helaena.

—Oh, lo lamento, los veremos más tarde.

—Hasta pronto mi niña, llámame más seguido.

—Lo haré, que tengas linda tarde.

—Tú igual mi niña. —dijo la pelirroja cortando la llamada, al instante, Aerena suspiró.

—Señorita Targaryen, el señor Targaryen ha regresado.

—Gracias Zoey. —murmuró levantándose de la lujosa y enorme mesa. —estaré descansando en mi habitación. —avisó, poniéndose de pie, yendo a las largas y lujosas escaleras.

No compartía nada con Aemond, con costos, compartían el mismo oxígeno.

Habían sido comprometidos por la empresa de sus padres, Targaryen Company y Baratheon Company, en menos de un mes ya estaban casados y esa misma noche, habían intimado.

Después de esa noche, ambos dormían en habitaciones separadas y con costos se veían en las comidas.

Una esposa trofeo.

Leía el libro que su dulce cuñada le había obsequiado el mismo día que se habían conocido.

Orgullo y Prejuicio.

Halagando que su hermano era Mr.Darcy y su cuñada, Elizabeth Bennett.

—Estúpido Mr.Darcy. ¿Por qué no le dices qué la amas? —murmuró, sin embargo, su tranquilidad fue interrumpida por su esposo, quien, sin importarle que hacía o no, entró a su habitación. —puedes tocar.

HOTD OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora