Aemond Targaryen

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Segunda parte del one shot anterior.

La lluvia en Bastión de Tormentas era evidente, le hacían honor a su nombre, Aemond era un dragón, su lugar estaba en el calor, aunque un poco de frío no le molestaba, pero sí le molestaba el no poder ir a las Calles de Seda, y el no saber quien era Aeysant.

Alicent dormía lejos de sus aposentos, orden de Lord Borros, todas las noches enviaba a una de sus hijas a los aposentos del príncipe para que esté estuviera con alguna y eligiera a una esposa, pero sorpresivamente ninguna causó algo en Aemond ni en su calentura.

—¿Su hijo gusta de vergas? —cuestionó Cassandra en el cuarto de Aeysant provocando una risa en la menor. —no te rías Aeysant, no nos ha querido tocar.

—No hay nada de malo en que les gusten los de su mismo genero, en parte es mejor. ¿No crees? No va a manchar su honor y viceversa.

—Creo que tienes algo de razón, Aeysant.

—Lady Aeysant, el príncipe Aemond ha preguntado por usted. —dijo su doncella entrando a sus aposentos. —la reina Alicent quiere conocerla.

—¿Por qué?

—Desde que usted llegó el príncipe preguntó por usted, mi lady, su madre y él la quieren conocer.

Aeysant miró confundida a Cassandra, está la miró igual, pero su hermana Maris —con la que menos interactuaba— la miró mal, mientras que Floris evitaba verla.

—Gracias Lela, puedes retirarte. —dijo y su doncella sonrió y salió de sus aposentos. —¿Por qué me miran así? Tenemos que tener pena por la hermana que se casé con el tuerto.

—¡Tú te casarás con el príncipe Aemond! —explotó Maris en su dirección. —¡Soy las más bella de ustedes! ¿Por qué no me eligió a mí?

—Maris. —Cassandra la miró fijamente. —no le grites a Aeysant.

—Puedes quedarte con él, no me interesa.

—¡Mientes! ¡Cuando lo veas te vas a...!

—¡Respeta la inocencia de nuestra hermana Maris! —gritó Royce. —la que se casé con el príncipe Aemond será dichosa, no importa cuál sea, ahora, compórtate Floris, no humilles más a nuestra hermana, no te humilles más a ti. —dijo fríamente el mayor.

Maris gruñó, a ella le había gustado el príncipe Aemond desde que lo había visto, a pesar de que el mayor no la hubiese notado, ella ya había pensado pensado escenarios, todos en donde ella y Aemond eran felices, y probablemente su hermana menor con otro tipo.

Pero no importaba que tipo se casará con Aeysant y que tipo se casará con ella, siempre deseaba estar con todo lo que Aeysant estuviera.

—No pelearemos por un hombre, un hombre no puede destruir nuestra relación, eres una mujer bella y joven, no nubles tu juicio. —dijo Aeysant.

—No nubló mi juicio por cualquier hombre, niña, es el príncipe Aemond del que...

—Me importa muy poco que hombre sea Maris, puede ser el rey que me va a dar igual. —cortó la menor fríamente.

Royce suspiró viendo a sus hermanas, normalmente las discusiones entre ellas no eran tan fuertes, Aeysant se cansaba y se iba mientras que Maris iba tras de ella, no llegando muy largo ya que Aeysant siempre cerraba su puerta en sus narices.

—Voy a cambiarme. —avisó la menor caminando a su armario, en su hombro aún había una venda, ya no sangraba tanto como el primer día, pero aún había un poco de rastro de lo sucedido.

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