HOTD OS

Viserys Targaryen

La reina Aemma Arryn ha fallecido en su alumbramiento de su onceavo vástago.

Avyson Arryn, la hermana menor de la reina Aemma recibió esa noticia cuando se encontraba en el Valle Arryn, planificando y arreglando cosas.

Cuando el mensajero llegó, la princesa se mostró serena y neutra, sin embargo, al llegar a la comodidad de sus aposentos colapsó en llanto y se negó a ver a cada persona que llegaba a sus puertas.

Hasta que tuvo que partir del Valle a King's Landing, en donde el cuerpo de su amada hermana sería incinerado siguiendo la costumbre de los Targaryen.

[***]

Al llegar, bajó de su dragón, un dragón negro con escamas celestes aterrizó abruptamente en los patios donde la fosa de los dragones se encontraban, esparciendo barro al aterrizar.

Sin rechistar, se alejó de su amado dragón, caminando hacía el Castillo, no deseaba ver a Viserys, deseaba ver a su amada sobrina, un fantasma de lo que alguna vez la amada y dulce Aemma fue antes de su muerte.

Caminó a sus aposentos, había dormido en la Fortaleza miles de veces, tenía sus propios aposentos, también sabía de los pasadizos, Daemon se los había mostrado cuando peleaba por su mano.

Al llegar, preparó su propio baño y se liberó del olor que su dragón le había desprendido, finalizando, tomando un vestido negro con joyas negras y su capa negra, en la cual, detrás de toda la oscuridad, se veía un suave celeste.

[***]

Al llegar, miró la pira funeraria, dos cuerpos yacíaban sobre ella, el más grande perteneciente a su hermana mayor, y el más pequeño, perteneciente a su sobrino.

Se acercó sigilosamente, colocándose al lado de su sobrina, quien la miró, sus ojos estaban rojizos, mostrando tristeza y enojo, sin decir nada, la peliblanca menor la abrazó y se aferró a ella, negándose a soltarla a pesar de saber que las miradas estaban sobre ellas.

—Nyke hope issa kepa istan biare se hours issa lēkia istan alive. —espero que mi padre haya estado feliz las horas que mi hermano estuvo vivo.

—Viserys iksos nykeā doru-borto se selfish vala issa dōna hāedar, se mōrī mirre ziry deserves iksos biarves. —Viserys es un hombre estúpido y egoísta mi dulce niña, lo último que merece es la felicidad.

Sintió el pellizco de Daemon en su cintura, avisándole lo que todos esperaban.

El cuerpo de Aemma y Baelon fuese incinerado.

Rhaenyra miró a Viserys, esté sin embargo no pudo devolverle la mirada, la peliblanca sintió la sangre de dragón correr por sus venas.

La sangre de dragón es espesa, quienes la comparten son caóticos y desenfrenados.

—Dra... —intentó decir la menor, sin embargo, su voz no salió.

—Dracarys. —Avyson habló.

La enorme dragona dorada bajó la colina, acercándose a la pira, quemando los cuerpos de los Targaryen, a lo que Rhaenyra escondió su cabeza en el pecho de su tía mientras está la abrazaba, escuchando su llanto desconsolado.

Tiempo después, tuvieron que volver al Castillo, el Castillo se sentía frío, la calidez que Aemma desprendía se había ido junto a ella.

Avyson caminó, lejos de Alicent y Otto, los Hightower no eran seres en los cuales confiar.

Rápidamente se encaminó a los aposentos del rey, abriendo abruptamente la puerta, ignorando a los guardias quienes intentaban que no entrará.

Pero era tarde, ella había entrado, mirando a Viserys de espaldas, aún con su corona y vestido de negro.

—Princesa Avyson...

—Cállate maldito bastardo.

—Es el rey, no puede hablarle así...

—Usted callese, mi dragón siempre está hambriento. —amenazó, apuntando a Otto. —¡Eres un maldito imbécil!

—Princesa, por favor guarde la calma, me duele la muerte de mi esposa y...

—¿Te duele Viserys? Mi hermana murió por darte otro hijo. ¿No es suficiente con Rhaenyra?

—Los Dioses son...

—Eres un maldito asesino, Aemma te amaba y deseaba tu felicidad a toda costa, tu la has asesinado, su sangre está en tu verga, si me entero que has embarazado a cualquier otra doncella y la has obligado a dar a luz, vendré por ti, y te asesinare Viserys. —la peliblanca juró, apuntando al rey, quien solo bajó la cabeza, sin más, salió de los aposentos del rey, dispuesta a ir a ver a su sobrina, mirándola con Alicent, su mejor amiga y dama de compañía, llorando desconsoladamente en sus brazos, alzando la cabeza al escuchar la puerta.

Sin más, soltó a Alicent y fue a abrazar a su tía, la peliblanca mayor la recibió, dándole una mirada a Alicent, obligándola a salir.

Esa noche, tía y sobrina lloraron una muerte en común, ambas habían perdido a alguien que amaban, una madre, una hermana, una amiga, un ángel, un hermano y un sobrino.

Las jóvenes de catorce y quince inviernos habían perdido más de lo que habían ganado.

[***]

—Ha pasado medio año desde que mi madre murió y ya están buscando como reemplazarme.

—No puedes meterte en los asuntos de los lores, Rhaenyra.

—Es la heredera, claro que puede. —Avyson habló, estaban juntas frente al cadáver de Balerion, miles de velas estaban encendidas junto a cera que caía sobre la mesa y el piso de piedra. —no pueden reemplazar a la heredera, cariño.

—¿Y sí lo hacen?

—No permitiré que eso suceda. —Avyson segura habló.

—Mi padre me ha dicho que hoy el rey escogerá a su segunda esposa.

—Que emoción.

—Y ha pedido que las tres estemos presentes.

—Rhaenyra lo entiendo pero... ¿Tú por qué?

—Soy la hija de la Mano del Rey.

—¿Y qué eres al lado de Rhaenyra, la princesa heredera o Avyson, la princesa y hermana de la reina? —Avyson desafío, no le gustaba aquella adolescente, a sus oídos habían llegado los rumores de una posible encamación entre ella y Viserys mientras Aemma aún gozaba de vida.

—Soy la mejor amiga de Rhaenyra.

—Con amigos como tu, dudo que Nyra necesite enemigos. —dijo, arrodillándose ante el cráneo de Balerion, juntando sus manos.

A su lado, miró a Alicent y a Rhaenyra, Rhaenyra tenía una expresión triste mientras Alicent rezaba y su voz se entrecortaba.

Que los Dioses sean buenos con Rhaenyra. Pidió la peliblanca, juntando ambas manos.

[***]

—He decidido tomar una nueva esposa. —Viserys habló y Rhaenyra le sonrió, entendía su labor como rey y su labor con el pueblo.

Corlys Velaryon se acomodó en su silla, sonriendo ante la esperada respuesta del rey.

Viserys miró a Otto y después miró a Alicent, quien jugueteaba nerviosamente con sus dedos a lo que Rhaenyra volteó a mirarla.

Por todos los Dioses habidos y por haber, que Viserys no sea un idiota y no despose a la piraña Hightower, pensó la menor de las Arryn.

—He decidido casarme, con lady Avyson Arryn.