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Rhaenyra Targaryen

Rhaelys Velaryon, la hermana de Laena y Laenor Velaryon, hija de la princesa Rhaenys y Lord Corlys Velaryon era la mejor amiga de Rhaenyra y su doncella, Alicent Hightower.

Hasta que comprometieron a las tres.

No era secreto para nadie la verdadera sexualidad de la princesa del mar, Rhaelys Velaryon con quince días de su nombre, platinada y morena como los de su casa tenía cierta preferencia por las de su misma sexualidad, según los maestres, bisexual.

Y no era secreto su amor por su prima y su mejor amiga, sólo que Rhaenyra era su sol, y todas sus estrellas y Alicent era su luna.

Se conocían desde la cuna debido a que ambas tenían casi la misma edad, siendo Rhaenyra mayor por unas cuantas lunas, teniendo casi la misma edad que su hermano mayor Laenor Velaryon.

Y el futuro esposo de Rhaenyra.

—Princesa Rhaenys, Lord Corlys, princesa Rhaelys. —saludó Viserys. —Rhaenyra te espera en sus aposentos.

—Gracias, rey Viserys. —murmuró sonriente, su tío era su mayor adoración, Daemon cada que la veía despeinaba su cabello y se reía de ella, pero también era su mayor adoración.

Se encaminó a los aposentos de la princesa, no la veía desde hacía lunas, desde que hubieron rumores de su hermano en una aventura con Joffrey.

Pero Laenor era libre de disfrutar su sexualidad, no tenían porqué haber hecho tanto escándalo.

Al llegar a su habitación la princesa Rhaenyra la acorraló.

—Mínimo un ¿Cómo estás? —dijo y Rhaenyra rió, alejándose de ella. —¿Cómo estás?

—Bien. ¿Y usted princesa Velaryon?

—Muy bien, princesa Targaryen.

—¿Puedo contarte algo?

—Sabes que sí.

—Alicent se enojó conmigo.

—¿Por qué? —Rhaelys rió.

—Dijo que no estaba contenta con mi posición, que tenía que cuidarla, me reí y dije que estaba cómoda y se marchó.

—Bueno, eres la princesa heredera, tu único defecto ante los ojos machistas es tu género, creen que tu posición peligra debido a ello y tienes que esforzarte el doble, serás una excelente reina, Rhae.

—Podrías ser mi reina.

—Quieren quitarte el trono por ser mujer. ¿Crees qué con dos en el trono no lo harían? —Rhaelys habló. —no hay otra cosa que desee en el mundo que estar contigo, pero nos matarían.

—Tiene que haber una solución.

—Y la hay Rhae, pero...

—Princesa Rhaenyra, princesa Rhaelys, el rey Viserys pide sus presencias en la sala de reuniones.

Rhaenyra agradeció y ambas salieron del lugar, dirigiéndose a la sala en la que Viserys declararía su futura esposa.

—¿A quién crees qué eligió? —murmuró Rhaenyra.

—Creí que elegiría a Laena. —murmuró confundida Rhaelys. —¿A quién crees qué elija, Alicent?

—Yo, no lo sé.

—¿Estás bien?

—Yo, lo estoy. —Alicent aclaró su garganta. —¿Todo seguirá bien entre nosotras?

—¿Por qué a de cambiar?

—No lo sé. ¿Seguirá todo igual?

—No tiene porqué cambiar.

Rhaelys ya sabía que sucedería, Alicent estaba más nerviosa y ansiosa que otras veces.

Ella se casaría con Viserys Targaryen y no les quería decir.

—Mejor vayamos, mientras más rápido mejor.

Y así fue como las dos princesa y lady se encaminaron a la sala.

—Me casaré con lady Alicent Hightower.

Aquello había disgustado a Corlys Velaryon, quien rápidamente se levantó saliendo del lugar con Rhaenyra y Rhaelys siguiéndole.

—¿Cómo puede Alicent hacerme esto? ¡Es traición!

—Lo sé Rhae. —Rhaelys veía como Rhaenyra destruía su habitación. —te vas a lastimar.

—¡Es que...

Rhaenyra se había desplomado en sus brazos, llorando maldiciendo a Alicent.

—Él quiere cambiar a mi madre. —murmuró Rhaenyra. —¡Y no puede!

—Rhae, ella jamás reemplazará a la reina Aemma, jamás.

Y aquella noche había conocido la versión más débil de Rhaenyra.