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Supongo que el regreso a la escuela ha reunido varios dúos que con el paso del tiempo se han vuelto inconcebibles. Saben cómo amo los reencuentros. Y puede que hoy sea mi día de suerte, porque escuche que arrastran algunos escándalos.
Sonrían para la cámara.
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Nate y yo nos encontramos en las escaleras de nuestra vieja escuela. Al parecer le contó la verdad a Raina acerca de su padre, luego de que se llegara al acuerdo de que Russell se borraría del mapa con tal de que su hija no lo sepa. San Nate tomando el volante, muy oportuno como siempre.
— Nate, esto es terrible, tenemos que encontrar a Chuck antes de que ocurra un desastre —dije entre dientes, intentando mantener la compostura—. Íbamos muy bien... ¡y tuviste que abrir la boca!
Los flashes de las cámaras comenzaron a disparar a penas pusimos un pie aquí. Ni siquiera estoy preocupada por los títulos de mañana que acompañen las fotografías con mi ex novio. No. Las consecuencias de su ataque de honestidad es lo que me inquieta.
— No podía mentirle, estaba muy decidida a ir contra Chuck —murmuró Nate.
— Como sea, debemos arreglarlo.
Entramos al salón en búsqueda. Todo estaba decorado increíble, no parecía la escuela en la que estudiamos toda nueva vida. Había una banda en vivo y estaba repleto de gente.
Nos detuvimos en la barra al ver a Dan.
— Oh, realmente necesito un poco —tomé una copa de champán.
— Miren este lugar, nos fuimos hace dos años y parecen veinte —comentó Dan—. ¿Qué hacen juntos? ¿Raina no vino?
— No, ella... quería estar sola —respondió Nate.
No reveló mucho. Le agradecí eso, al menos.
— ¿Está todo bien?
— No realmente. Tú también te ves preocupado, ¿qué pasa?
— Charlie dijo algo que me asustó un poco... espero que sea solo un malentendido, y no una locura.
— ¿Qué dijo? —pregunté intrigada.
— Bueno, estábamos besándonos y las cosas comenzaron a... ya saben... Y entonces ella dijo: "Llámame Serena"
Los dos lo miramos alzando las cejas.
— ¿Qué? —cuestioné atónita.
— Sí —confirmó con la cabeza.
Comenzamos a reinos a carcajadas, mientras que en el rostro de Dan se asomó una sonrisa. Debía estar preocupado, pero era imposible ignorar lo cómicamente bizarro que era.
— Wow —exhaló Nate—. ¿Estás seguro? Tal vez era lo que tú querías oír.
— Qué gracioso —entrecerró los ojos—. Pero sí, estoy completamente seguro.
Seguimos riendo por lo bajo.
— No, pero si ella dijo eso, definitivamente es muy raro —contesté más seria—. Solo dile que no es necesario y continua haciendo lo que sea que ustedes iban a hacer.
Le di un sorbo a mi copa.
— ¿Qué hace Chuck aquí? —preguntó Dan, mirando sobre nuestros hombros—. Gossip Girl dijo que iría a rehabilitación.
Nate y yo miramos, recibiendo un asentimiento por parte de Chuck.
— Sí, esa es otra larga historia —titubeé.
— ¿Volvemos a la secundaria y vuelven a mantenerme al margen de todo? —cuestionó ofendido.
— Te lo diremos más tarde. Te lo prometo.
Nate y yo nos miramos sabiendo que pensábamos lo mismo. Teníamos que asegurarnos de que todo esté bien. Ya descubrimos que Russell no es una persona cuerda, así que mejor prevenir que curar.
Nos detuvimos unos minutos, conversando con algunos viejos conocidos, antes de enfocarnos en lo importante. Vimos a Chuck acercándose a Dan, quien estaba con Eric, además de Serena y... ¿Vanessa?
Parece que me perdí algo.
— Debemos hablar contigo —le dije a Chuck.
— Bien, ¿intentan impedir una boda, iniciar una estafa piramidal, decir que alguien tiene cáncer o volverse pueblerinos? —cuestionó Eric, mirándonos uno por uno.
— Yo trató que me escuchen —dijo Dan.
— Me dolería si supieras la respuesta, pero, ¿sabes dónde está Blair? —le preguntó Chuck.
— Lo nuestro más importante que Blair Waldorf —intervino Vanessa.
La miré frunciendo el ceño. ¿Qué hace aquí, de todos modos?
— Charlie está en problemas, debemos hallarla —comentó Serena.
— Por lo menos estás bien, estaba preocupada por ti —le dijo Vanessa a Dan.
— Chuck, escucha —pidió Nate—. Raina...
— Yo también estaba preocupada por ti antes, Dan —lo interrumpió Serena—. Pero bueno, ahora estamos preocupadas por Charlie.
— Nathaniel, Ashley, no puedo pensar en Raina ahora —nos dijo Chuck—. Debo encontrar a Blair.
Era una conversación de locos.
— Muy bien —Dan alzó la voz—. Cállense, todos, por favor... No he visto a Blair y ya he dado varias vueltas, pero lo que Nate y Ash tienen que decir es importante, así que escúchalos —le dijo a Chuck—. A Charlie no la he visto, pero sí estaba actuando de manera extraña —le avisó a Serena y Vanessa—. ¿Y qué hacen ustedes juntas? ¿No se odiaban?
Eric, quien aparentemente se fue en algún momento, regresó con Kati e Is. Vaya, no las veía hace años.
— Diles —le ordenó a Kati.
— Vi a Blair hablando con la chica del vestido de Serena, pero se fue.
Supongo que esa chica debe ser Charlie.
— Ashley, Nathaniel, si aún necesitan hablar conmigo, iré al Empire a ver si Blair se encuentra ahí —nos avisó Chuck.
— Iremos contigo —contesté.
Entonces lo seguimos.
•••
Agradecí de alguna forma tener que irme. Vi a mi madre tratando de acercarse y no respondo sus mensajes desde hace horas. Realmente no tengo fuerzas para hablar de la situación que quiere hablar, hoy fue suficientemente intenso y todavía no acaba.
Los tres entramos a la suite cuando el elevador se abrió.
— No entiendo, Nathaniel, te pedí específicamente que no le dijeras a Raina la verdad —reprendió Chuck.
— Tuve que hacerlo, se vengaría de ti.
Nos paramos en la sala.
— Si encaró a su padre con algo de esto habrá consecuencias, créeme... No puedo pensar en Thorpe si no encuentro a Blair.
— Tendrás que hacerlo —Raina salió de la cocina, los tres giramos a mirarla—. Lamento haber venido sin avisar, no tenía a donde ir... Mi padre te culpaba de todo. Después de todo lo que te hice, solo quería disculparme.
— No necesitas disculparte conmigo. Ambos hicimos cosas malas sin saberlo.
— Aún así.
— Gracias... ¿Está Blair aquí?
— No, y llegué hacia media hora —frunció el ceño.
— Pero si no está aquí, ni en su casa, ni en la fiesta... ¿dónde está?
Justo en ese momento, su teléfono recibió una llamada.
— ¿Hola? —Chuck atendió.
Se mantuvo unos segundos en silencio, simplemente escuchando, antes de colgar.
— Vamos, ya sé dónde está Blair —guardó el teléfono—. Es una chica lista —sonrió.
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Bonsoir, Upper East Siders.
¿Están disfrutando la fiesta tanto como yo? Sé de una persona que no.
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Otra vez tuvimos que ir a toda velocidad hacia el nuevo lugar. Esta vez en Brooklyn, el nuevo edificio de Charles. Como está en construcción, las escaleras no son tan seguras, por lo que soy bastante cautelosa mientras subo con mis tacones.
— Dijo que está en el tercer piso —recordó Chuck.
— ¿No huelen algo extraño —cuestioné frunciendo la nariz—, como...?
— Gas —completó Nate—. Llamaré al 911.
Seguimos corriendo hasta llegar al tercer piso. Desde afuera se escuchaban las voces de Blair y Russell, tratamos de no hacer ruido. Chuck intentó girar la perilla de la puerta, pero estaba bloqueada.
No parecía que algo peligroso estuviera pasando en ese momento, hasta que un grito de Blair resonó desde adentro:
— ¡No, deténgase!
Y ahí fue todo una secuencia muy rápida. Chuck derribó con su cuerpo la puerta bloqueada, corriendo hasta alcanzar a Blair, quien se sujeto a él automáticamente.
— ¡Chuck!
Russell estaba parado a pocos pasos, sosteniendo un encendedor. Nate y yo nos quedamos en la puerta.
— ¿Papá? —preguntó Raina.
— Raina —dijo asombrado—. No deberías estar aquí.
— Tú tampoco. Pero, sí haces esto, me llevarás contigo porque no me iré —se acercó lentamente—. Sé que no querías lastimar a mi madre —suspiró—. El incendio fue un accidente... Te perdono.
Russell la miró, con lágrimas en los ojos, considerando genuinamente sus palabras. Y eso causó que bajara la guardia, movimiento que Raina aprovechó para arrebatarle el encendedor de las manos. Recién ahí pudimos respirar con seguridad.
— Irás a la cárcel por un largo tiempo —dijo seria—. Y no iré a visitarte. Jamás.
Russell se mantuvo en silencio, con una expresión de shock en su rostro.
Entonces Raina salió por la puerta, siendo seguida por Chuck y Blair. No me había dado cuenta que Nate me protegía, agarrándome de la cintura, antes que nos corrimos para que pudieran pasar. Solo nos miramos a los ojos antes de ir tras ellos.
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Esto acaba de llegar: Blair Waldorf perdida en acción en Constance.
¿No sabe que su príncipe la espera? ¿O es que ha encontrando uno nuevo?
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Después de que llegara la policía, diéramos nuestro testimonio y nos aseguráramos que todo estaba en orden, partimos caminos opuestos. No tenía ganas de ir a la fiesta, pero tampoco a casa, así que preferí pasar por un bar. Quería ir a mi lugar de confianza, The Oak Room, pero resulta que fue reservado para un Bar Mitzvah. Así que fui a The Gold Room, el bar del Palace.
Me sirvieron mi martini clásico ni bien me senté. Le sonreí débilmente al barman antes de darle un sorbo a mi trago. Mi teléfono sonó por décima vez en la última hora, haciéndome suspirar al leer la pantalla.
Llamada entrante: Mamá.
Esta vez no rechacé la llamada, sino que directamente apagué mi teléfono.
— No quieres contestarle, ¿no? —una voz me sorprendió. Moví mi cabeza para descubrir a Nate—. Estuviste ignorando las llamadas desde temprano. ¿Quién es?
— Mi madre —resoplé—. No tengo energía para sus planteos.
— ¿Hay alguien aquí? —señaló la silla de mi lado.
Negué con la cabeza, viéndolo sentarse.
— ¿Qué haces en este bar? —pregunté, girando mi copa—. Creí que estarías con Raina. Fue una noche complicada para ella.
— Sí que lo fue... pero decidió volver a casa. A Chicago.
Mis ojos se abrieron con sorpresa.
— Lo lamento. Sé que realmente te gustaba.
— Sí, bueno. Deseo lo mejor para ella, no creo que sea conmigo —contestó. Parecía más tranquilo de lo que hubiera imaginado—. ¿Y tú por qué ignoras a tu madre? Conociéndote, algo grande ocurre. Sabes las consecuencias de evitar sus conversaciones.
— Sí —reí—. En realidad, es sobre Columbia.
— ¿Pasó algo?
— No. Sí.... es complicado —suspiré—. O tal vez demasiado simple —Nate me miró con confusión. Y, luego de morderme el labio, elegí que sería la primera persona en saber mi decisión—: Este semestre fue mi último semestre académico.
— ¿Dejas la universidad? —preguntó sorprendido—. Vaya decisión.
— Lo sé. Es que... siento que estoy en buen puerto con mi carrera laboral. Últimamente el trabajo demanda demasiado, pero no es algo que me moleste. Al contrario. Cada vez que tengo más propuestas, más viajes y campañas, encuentro el sentido de tanto esfuerzo —me encogí de hombros—. Tenía que elegir entre mi carrera académica y mi carrera laboral, entonces...
— Entonces elegiste lo que te motiva y te hace feliz —concluyó—. Creo que eso es increíble. En serio, es algo que siempre admiré de ti. Eres muy decidida con lo que quieres, porque siempre sigues tus ideales y lo que te alimenta en todo sentido.
Lo miré con una leve sonrisa.
— Y yo siempre admiré de ti que nunca pares de buscar eso —contesté—. No siempre sabemos que es lo que queremos, pero no debemos rendirnos en el camino.
Me dedicó una sonrisa como agradecimiento.
— Vine aquí porque vi en Gossip Girl tu ubicación —me explicó, haciéndome alzar las cejas—. Creo que fue una temporada muy complicada y extraña. Pasaron muchas cosas.
— Oh, concuerdo totalmente.
— Quería hablar contigo. Es raro pensar que estamos en el mismo lugar que el mayo anterior.
— En verdad no sé si ocurrió un suceso particular como el año pasado, sino varias situaciones que nos dejó en... lo que sea que es esta relación.
Ambos reímos. Me alegra que tengamos la confianza suficiente para no vernos patéticos.
— Siempre serás esencial para mí, ¿lo sabes, no? —preguntó con más seriedad.
— Mientras tú sepas lo mismo —respondí, alzando mi copa en un brindis imaginario.
Se le escapó una risa.
— Eres única, Clay.
Mi expresión divertida vaciló al escuchar ese apodo. Hace mucho que no me decía así, no me daba cuenta de cuánto extrañaba.
— Igualmente, Archi.
Se quedó mirándome con una sonrisa, hasta que decidió ordenar un trago.
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Esto acaba de llegar: Chuck Bass y Blair Waldorf, infelices para siempre.
Dicen que la despedida es una dulce tristeza. Pero, ¿no sería lindo que por una sola vez no tuviera que ser así?
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𝚃𝚁𝙴𝚂 𝚂𝙴𝙼𝙰𝙽𝙰𝚂 𝙳𝙴𝚂𝙿𝚄𝙴́𝚂...
Finalmente arrancaron las "vacaciones". Como de costumbre, desayuné con mis padres para despedirme hasta nuevo aviso. Tengo que reconocer que no se tomaron a mal que dejé mi carrera académica por la mitad, como tanto sugestioné que lo harían. Tampoco es que saltaron de felicidad, pero al menos no me desconocieron familiarmente. Creo que ya sabían que iba a ocurrir eventualmente. Fui a Columbia porque era un acuerdo mutuo hasta que encontrara lo que realmente quería, pero terminó antes de tiempo con un triunfo de mi parte. De todos modos, sé que están orgullosos porque siga lo que me apasiona, y eso es suficiente para mí.
Después de eso, fue turno de despedirme de mis amigos. No son demasiados, así que luego de saludar a Serena y Blair, y beber un café con Dan, terminé en el Empire.
Chuck estuvo un poco desganado estos últimos días. Puede ser que Russell tenga que pagar en prisión y eso sea motivo de celebración, pero aún lo atormenta su decisión sobre dejar ir a Blair.
— Te duele mucho, ¿verdad? —Nate rompió el hielo.
Tengo entendido que estuvieron con Lily antes de venir aquí, donde también se encontraba Blair, rumbo a sus vacaciones en Mónaco con Louis.
— ¿Cómo lo sabes? —cuestionó impasible.
— No estás bebiendo. Es grave cuando hasta tú sabes que no puedes mitigar el dolor.
Era una buena observación. Los tres estábamos sentados en los sofá de la sala, pero solo Nate y yo bebíamos whisky.
— No soy el indicado para ella. Sacamos el lado oscuro del otro. Cuando está con Louis, resplandece. Esa es la Blair que amo —explicó serio—. Si necesita estar con él para ser esa Blair, entonces así debe ser.
— Wow, miren eso, Chuck Bass está madurando —dije divertida.
— Temo que es triste, pero cierto —suspiró, tomando el vaso de mi mano.
Se levantó del sofá para dirigirse a la barra. Inmediatamente ambos lo seguimos, viéndolo llenar nuestros vasos vacios.
— Víctor recogió esto por mí —Nate agarró un globo terráqueo—. Estar en la escuela me recordó todos nuestros Fin de Semanas Perdidos. ¿Qué tal un verano perdido?
— ¿Un retiro espiritual?
— Giren en globo y elijan el sitio, partiremos de ahí hasta volver aquí. Como en los viejos tiempo, no le rendimos cuentas a nadie.
— Eres un buen amigo —reconoció Chuck.
— Uno de los tres tiene que serlo —Nate se encogió de hombros. Reímos—. ¿Y tú, Clay? ¿Te apuntas, o ahora que eres súper estrella te olvidaste de tus raíces?
Le lancé una mirada.
— Para su suerte, con mi vida de súper estrella viajo por el mundo en fechas previamente determinadas. Puedo sumarme en lo que pueda, a menos que terminemos en una isla desierta y me despidan.
— Mucho mejor —sonrió—. ¿Entonces?
Chuck nos pidió permiso con la mirada, para luego girar el globo y detenerlo con el dedo. Cuando vimos el lugar, alzamos las cejas.
Chocamos nuestros vasos antes de beber.
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Las transiciones en la vida están marcadas por los grandes eventos: Cumpleaños, graduaciones, bodas.
Pero las transiciones más grandes vienen de momentos más pequeños... cuando nos detenemos a mirar quiénes somos. Cada vez que vemos lo lejos que hemos llegado, también vemos cuánto falta por recorrer. Para transformarnos, quizás necesitemos liberarnos de todo lo que nos hemos aferrado para llegar al nuevo camino. El correcto.
Pero si, al final, la persona en la que te has convertido no es la persona que quieres ser... siempre puedes regresar y volver a intentarlo. Y tal vez la próxima vez, no estés tan solo cuando termine.
Demasiado tarde para volver atrás.
XOXO, Gossip Girl.
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N/A: Y llegamos a otro fin de temporada!!
¿Qué les pareció? ¿Suficiente drama?
Me encantó escribir esta temporada, es una de mis favoritas de la serie así que fue muy divertido. Espero que a ustedes también les haya gustado.
¿Qué esperan para la nueva? Los leo. 👀
Yo estuve adelantando capitulos. Y lo único que voy a decir, es que no se imaginan NADA de lo que va a pasar. Se vienen tiempos intensos para Ash...
Ahora, me despido. Nos vemos en unos días con el gran primer capitulo de la quinta temporada. Gracias por tanto cariño. ❤️