No era secreto para nadie en el reino el enamoramiento del caballero Cole con la hermana de la princesa Rhaenyra Targaryen.
Emma Targaryen poseía una belleza sin igual, ojos azules como el mar, su piel y cabello platino como todo un Targaryen.
Madre de dos pequeños, hijos de Harwin Strong.
Aemma II Strong y Emmet Strong.
Los príncipes Strong poseían la belleza de los Targaryen, sus cabellos platinos y su delicadeza, sin embargo poseían la destreza de su padre en las batallas.
Jinetes de Moon y Hemithor, siendo hijos de la jinete de Cannibal.
—¿Madre?
—Emmet. ¿Qué sucede?
—Es Criston Cole.
—¿Qué sucede con el caballerito de segunda?
—Trató muy mal a Jace, mamá.
Emma suspiró suavemente, intentando calmarse, pero aquello había sido imposible al ver la herida de su hijo en el brazo.
—¿En dónde te lastimaste?
—Cirston Cole dijo que tenía que ser fuerte, me hirió con su espada.
—¿Sólo eso?
—También dijo que Aemma se parecía a la reina que no fue madre.
Se había metido con sus hijos, pero se había metido con su madre, aquella mujer que había perdido la vida en el parto de Baelon, el hermano que jamás vivió.
Dos cosas eran malas en el reino, la enemistad entre las Casas de Rhaenyra y Alicent, pero lo peor era la furia de la menor.
—¡Crispin! —gritó tomando una espada, yendo directamente hacía él.
—Princesa Emma. ¿Desea algo?
—Sostén mi espada Harwin. —dijo y el castaño la miró confundido, sin embargo la sostuvo.
Seguidamente tomó la cabeza del caballero golpeándola contra su pierna, para después levantarlo golpeando su nariz y tirarlo, brindando puñetazos en sus pómulos.
—¡A mí sí quieres me asesinas! ¡Pero Aemma, Emmet y mi madre son intocables!
—¡Hija! —gritó Viserys yendo hacía su hija, examinando su rostro mientras Cole seguía en el suelo, bajo la mirada burlesca de Harwin. —¿Qué sucedió?
—¡El hijo de su asquerosa madre de Cole golpeó a Emmet! ¡Insinuó cosas sobre Aemma y su abuela! ¿Quieres saber cómo la llamó?
—Mi hija, dímelo sí eso te hace sentir mejor.
—La madre que nunca fue, merece que su cabeza sea cortada, y yo quiero cortarla.
—Emma querida, también estoy furioso por como llamó a mi preciosa Aemma, pero no podemos actuar bajo nuestro enojo.
—¿No me escuchas? —dijo bruscamente soltándose de su agarre. —¡Tocó a Emmet! ¡Golpeó a mi hijo! ¡Golpeó al hijo de una heredera! ¡Golpeó a Jace!
—Hija por favor, hija, escúchame ¿Sí? No puedo actuar de manera precipitada, espero entiendas.
—Sí tú no actúas lo haré yo. —gruñó tomando la espada que Harwin le estaba tendiendo, dispuesta a arrancar su cabeza.
Viserys dio un grito ahogado, Rhaenyra estaba mirando a su hermana, sintiendo orgullo por ella, estaba defendido la Casa Targaryen, no veía de menos a sus hijos por ser bastardos.
No los veía de menos al ser hijos de Barret Strong.
Cole reaccionó atacando a la princesa, cortando brevemente su brazo, la princesa no se había quedado atrás, había clavado su espada en el hombro del mayor, arráncandole un grito.
No fue hasta que los guaridas intervinieron que se separaron.
—¿Princesa? ¿Se encuentra bien? —dijo Ser Erryk acercándose a la princesa. —¿No le hizo daño?
—Merece morir. —escupió con rabia.
—Todos lo sabemos mi princesa, pero es el guardia de la reina. —murmuró derrotado el gemelo. —una vez que usted o la princesa Rhaenyra sean las herederas, podrán quitarlo.
—Ojalá sea pronto. —dijo y se quejó. —carajo. —murmuró mirando la sangre en su brazo.
—Esposa. ¿Cómo estás? —Harwin también estaba golpeado, probablemente antes de eso se había peleado con el caballero.
—Estoy bien Win. ¿Cómo estás?
—Por algo soy un Strong. ¿No crees?
—Larys no dice lo mismo. —dijo y ambos rieron, olvidando sus heridas por un momento.
—¡Esto es inaceptable!
—Y ahí viene la reina frustrada. —murmuró Emma. —todos sabemos que Cole quiere mojarlo con ella, Dioses, es tan obvio.
—Esposa, todos sabemos que Cole quiere mojarlo.
—Es tan obvio, lo odio.
—Pero contigo.
—¿Qué? ¿Conmigo qué?
—Esposa, quedó flechado por las aventuras que tuviste con él de adolescente.
Y aquello era cierto, varias veces lo había hecho con Cole, por aburrimiento, por diversión, por el calor.
Pero después de que pidiera su mano se había alejado completamente, diciendo que no deseaba matrimonio.
Pero no había especificado que no quería matrimonio con él.
Después había sido comprometida con Harwin Strong.
Aquello había generado odio por el Strong, pero había generado una obsesión por la Targaryen, deseando que sus hijos fuesen suyos, deseando la muerte de Harwin Strong y sus niños, sabiendo que aquello destrozaría a la princesa, no le importaba, sólo deseaba satisfacer su deseo, estar entre las piernas de la princesa y llenar su vientre de sus herederos, borrar cada huella, rastro o caricia de lo que Harwin Strong había dejado en su piel.
Definitivamente estaba loco y cegado por el odio y la obsesión.
—¡La princesa merece un juicio por golpear al caballero!
—Crispin merece la muerte por tocar a mi hijo, somos madres, Alicent, y amamos a nuestros hijos.
—¡Tú no amas a nadie!
—Efectivamente amo a mi hermana y a mis sobrinos, amo a mi padre y amo a mi esposo junto a mis hijos Alicent. ¿Tú qué sabes querer?
Alicent guardó silencio, ella no sabía querer, sólo sabía manipular a los demás, tal y como su padre lo había hecho.
Aegon, Helaena y Aemond se encontraban detrás de ella. ¿Cómo pudieron creer qué alguien los amaría sí ni ni propio padre lo hacía?
—También amo a mis hermanos, apesar de que vengan de ti, Alicent. —dijo tocando la cicatriz de Aemond ya que era el único que se había acercado y puesto a su lado. —¿Cómo sigues?
—Ya estoy mejor.
—Que bien, niño arrogante.
—Bastante, anciana arrogante.
—¡Hey! —dijo riendo junto al menor, parecían más madre e hijo que la propia Alicent con él.
—Aemond. —dijo Alicent mirándolo fijamente. —vete.
—Pero...
—Hazle caso a tu madre, después iremos a ver sí Cannibal ha dejado algún huevo. ¿Te parece?
—Está bien.
—Emma.
—¿Hmmm?
—Criston Cole irá a un juicio por los ataques dirigidos hacía tu persona y hacía tus hijos. —dijo Viserys acercándose.
—¿Ella tendrá un juicio por un tonto golpe?
—Lo tendré. —dijo con orgullo. —asegúrense de dejar a Naranjas Locas lejos de mis hijos. —dijo y dejó un beso en la mejilla de su padre. —te amo, adiós.
—También te amo pequeña, me estoy quedando calvo por su culpa. —murmuró tocando su calva. —¿Hasta cuándo descansaré de sus travesuras?
—Emma es la imagen viva de mi madre, padre. —dijo Rhaenyra acercándose. —sé que te dolería perderla.
—Me dolería perderlas a ambas, no podría pasar por el mismo dolor.
—Emma será llevada con los maestres.
—Oh, los maestres sí. —gruñó la mayor. —¿Los mismos qué asesinaron a mi madre? ¿Los mismos qué intentaron asesinar a Emma mientras daba a luz a Emmet? Emma será llevada con mis maestres, ningún imbécil de esté lugar tocará un cabello suyo.
Y así fue como Sir Naranjas Locas Crispin Cole —apodo de cortesía de Emma Targaryen y el príncipe canalla, Daemon Targaryen— le quedó más que claro el precio de tocar a un Targaryen.
Ya no podía levantar una espada ni mirar a los hijos de su amada.
Emma había cortado la mano con la que había cortado a Emmet y Daemom había sacado sus ojos al ver la manera en la que veía a su sobrina.
—Ya va para treinta días del nombre, pero sigue siendo la misma bebé que cargué en mis brazos por primera vez.