Parte 184

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La primera vez que Lucia y Pavel cruzaron caminos, fue en el funeral de un renombrado capitán de la muralla. Aquel hombre, aquel honorable hombre al que ese día se enterraba, era el hermano de Lucia y padre de Arias.

El capitán de la muralla murió defendiendo a su unidad durante una emboscada. Lucho y murió al frente de su unidad, y gracias a su sacrificio, y a las acciones de un pequeño soldado novato, más de 14 guardabosques pudieron volver a salvo a la muralla.

Al funeral asistieron los soldados que le debían la vida al capitán y que ahora tenían una eterna deuda con Lucia y Arias, quienes eran su familia más cercana. Presentaron regalos, dinero, y promesas de apoyo que Lucia cobraría muchos años después de aquel momento. Pero el más joven, el más pequeño de ellos,  ofreció únicamente un arco, un arco hermoso y bien cuidado que aparentaba haber vivido decenas de batallas.

Lucia reconoció al instante la calidad de dicha arma. Y fue entonces cuando supo quién era el niño soldado que se lo entregaba.

-Esto... le pertenecía al capitán. Lo tome sin permiso, y ahora lo devuelvo- dijo aquel jovencito a la vez que se inclinaba apenado ante la joven Lucia y el pequeño Arias.

Las manos del niño se encontraban sumamente maltratadas y callosas. Su cuerpo estaba, casi por completo cubierto con vendas. Lucia entonces era bastante joven, pero el niño frente a ella, este pequeño que según se decía, había cubierto la retirada gracias al arco que ahora portaba, parecía ser al menos uno o dos años menor que ella.

Se veía ridículo. El arco que llevaba en sus manos era casi la mitad del tamaño de su cuerpo. "¿Es él en verdad?" se preguntó Lucia al recordar la historia que los generales les habían contado sobre la batalla.

Este niño, más joven que ella, supuestamente había logrado repelar a una unidad demi-humana durante una retirada. Era difícil... y aterrador creerlo.

Y mientras Lucia se hundía en sus pensamientos... Arias extendió su mano para reclamar el arco de su padre.

En el momento en el que Lucia vio esa pequeña mano acercarse a la madera del arma, una furia incontrolable, un odio latente le hizo hacer algo que marco la vida de su sobrino.

Con una rabia asesina, Lucia golpeo la mano de Arias antes de que este tomara el arco. Y lo habia hecho tal fuerza, que ella misma se había lastimado como resultado.

-No...- le dijo llena de odio a su entonces, pequeño sobrino.

Arias estaba con los ojos llorosos viendo a su tía, preguntándose "¿Por qué?"

La respuesta era bastante obvia.

Lucia ya se había cansado de aquella tradición familiar. Se cansó de ver morir a su familia por simple deber y lealtad. La entonces joven Lucia, pensaba que su familia ya había derramado suficiente sangre por la gente del reino.

Pero no podía decirlo, no podía dejar que el orgullo de su familia cayera tan solo por sus palabras.

-Un arco... las armas no son para un niño- le dijo a su sobrino, pero de manera hipócrita, miro al otro, a Pavel, casi tan joven y pequeño como ellos dos, y sin dudar le dijo. –Quédatelo, no quiero volver a verlo- le escupió al borde de las lágrimas mientras se retiraba con su sobrino... su nuevo hijo.

Apenas tenía trece años aquel niño que tomo el arco de su hermano. Lucia creyó que aquel niño no tardaría mucho en morir en nombre del reino como tantos otros lo habían hecho.

La muralla necesitaba soldados y el derramamiento de sangre era inevitable. Pero Lucia ya se había cansado de que dicha sangre viniera de su familia. No le importo entonces que ese huérfano muriera, ella tan solo quería no volver a saber jamás de él. 

Overlord: Trinidad Caps 170-???Where stories live. Discover now