Parte 223

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Su larga cabellera, suave y sedosa, exhibía un color rojo de tonos vivos.  Sus delgadas piernas, largas para el tamaño de su torso, y tan frágiles como los dos pequeños pies que la sostenían sobre la alfombra de seda.

Sus brazos, tan delgados, tan frágiles, amenazaban con romperse al más pequeño movimiento.

Era delgada, incluso más que Mare o Aura. Lo suficiente para que la piel abrazara fieramente sus costillas y clavícula. Lo necesario para que los bordes de su pelvis sobresalieran por los costados.

Su piel pálida le otorgaba un aspecto débil y enfermizo. "Frágil" era la palabra que definía su figura. Era como si la más pequeña briza fuese capaz de derribarla, como si el más tierno roce pudiera destrozarla.

Y sin embargo, todo aquello se volvía una mentira al ver su expresión tan llena de vida.

Aquellos labios color cereza formaron una dulce y sincera sonrisa, y con aquellos enormes ojos carmesí devolvió la mirada a ellos, quienes la veían.

-Por favor perdóname... padre...- Dijo con la voz de un ángel.

-Ru... ¿Rubedo?- pregunto atemorizada la coordinadora de los guardianes.

"La vida, y el precio a pagar por vivirla" "La última gran creación del alquimista" "La piedra filosofal" "La transmutadora del alma"  "La maestra del mundo" "El último gran enemigo"

La creación más amada por Aiko hizo acto de presencia.

Aura tembló al recordar el cuerpo destrozado de Cocytus desparramado por el suelo. Sus pequeños dientes castañearon al presenciar la espalda desnuda de la creatura que los seres supremos habían nombrado como definitiva.

Ni siquiera el príncipe de los infiernos, y el verdadero hijo del dragón pudieron mantener la compostura en presencia de aquella creatura, que sobre pasaba a toda lógica, y ya una vez había demostrado estar por encima de cualquier jugador.

-Ru...-

-¡RUBE...!-

Pero hubo quien se sobre puso al miedo y la confusión. La otra guardiana nacida exclusivamente para la batalla.

-¡Mantengan posiciones y conserven su distancia! ¡Prepárense contra una batalla conjunta y esperen ordenes!- grito la valkyria sangrienta a sus compañeros.

Sacados de su transe por las palabras de la primera guardiana, los npc's comenzaron a recitar todo hechizo de buffo que conocieran, los lanzaron sobre ellos mismos y sus compañeros, concentrándose especialmente en Shalltear, quien sin duda iniciaría la batalla si fuera necesario.

Confundido, creyendo que todo había terminado, Cocytus levanto sus armas y las apunto contra Rubedo... no, contra Pandora's Actor.

Pero hubo quien encontró esto inconcebible. Hubo quien vio como un insulto que ese pequeño cuerpo, que esa copia alzara sus armas contra su amado.

-¡¿Qué crees que estás haciendo?!- Grito furiosa Albedo, aun arrodillada. -¡Pandora's Actor! ¡Deja esa figura en este...!-

-¡¡¡Silencio!!! ¡¡¡ALBEDO!!!- las palabras de la súcubo fueron interrumpidas por una voz furiosa perteneciente a Momonga.

Debió ser duro para Albedo, ver como su amado gritaba de esa manera, pero ni por un segundo la súcubo permitiría que su compañero cometiera una estupidez al estar embriagado con el poder de su hermana.

-¡La precursora de la piedra filosofal te ordena...!-

-[¡Freeze!]-

La figura de Albedo se volvió monocromática, sin ítems para resistirse al hechizo, Albedo quedo atrapada en un efecto de parálisis absoluto. Aun así, los ojos de la guardiana se movieron, y miraron al responsable de su estado actual.

Overlord: Trinidad Caps 170-???حيث تعيش القصص. اكتشف الآن