Parte 219

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Cerebrate tuvo un sueño después de caer en la oscuridad...

¿Hace cuando años había sido aquello? Cere recordaba que en esa época, sus compañeras aun lo trataban con cuidado y dulzura.

Eso había corrido en un tiempo difícil, cuando Cristal Tear's era apenas un equipo de rango platino. En ese entonces, el equipo se vio obligado a abandonar la guerra y al reino draconico, pues casi al mismo tiempo las armas de las cuatro integrantes se habían roto debido al uso y no tenían dinero para reemplazarlas. Por ello huyeron al único lugar en el mundo donde Cerebrate podría hacer mucho dinero rápidamente él solo.

El coliseo de Baharuth.

Cada día a Cerebrate se asignaban 5 enemigos, y cada día el aventurero se retiraba con 5 victorias. Durante las tardes después de sus combates, comerciantes y nobles se acercaban al guerrero, con el fin de contratarlo como mercenario o guarda espaldas. Mujeres se lanzaban a sus pies, promotores le ofrecían el mundo sin firmaba un contrato de 2 años con ellos para pelear en el coliseo.

Cere odio esa época con toda su alma...

Durante las mañanas sus compañeras desaparecían. Al medio día entraba a la arena y enfrentaba a creaturas poderosas y diversas. En las tardes debía acudir forzosamente a fiestas para hacer de fama entre los ricos promotores que le pagaban buen dinero por cada pelea. Y durante las noches volvía a su habitación, donde las cuatro niñas que acepto como compañeras lo esperaban con vendajes y hierbas.

Esa fue la peor época para Cerebrate... porque cada vez que subía la mirada hacia las gradas, se encontraba a sus compañeras al borde de las lágrimas.

Las miembro de Cristal tear's, entonces demasiado jóvenes y débiles sin sus equipos, no podían hacer otra cosa que salir a los templos cada mañana para rezar porque su líder volviera con día. Y cuando el miedo y la preocupación eran demasiado para soportarlas, las cuatro marchaban al coliseo, con la firme convicción de intervenir si en algún momento su líder fuese morir.

Durante las tardes, preparaban todo para recibir a Cerebrate, quien no podía darse el lujo de gastar dinero para ser sanado en los templos.

El tacto de la arena por la que ahora era arrastrado trajo ese amargo recuerdo de vuelta.

Ahora que sabía cómo había terminado la historia de sus compañeras, Cerebrate deseo haber aceptado ese último encuentro contra el lord marcial, para morir en la arena...

Esa pesadilla hizo que el aventurero desperrara, solo para encontrarse con aquel coliseo que tanto odiaba. Pero habia algo extraño en como este se veía, pues más que parecer una copia, se veía como una versión mejorada del mismo, y en las gradas estaba reunido un público de miles de golems.

¿Pero porque pasaba esto? Lo último que Cere recordaba era aquella hermosa joven acercándose con furia, para segundos más tarde caer en la oscuridad.  Después de eso... después de eso Cerebrate había jurado que aquella pequeña elfo le había atravesado el estómago con su bastón, pero al buscar en su cuerpo no encontró esa herida.

Todos esos recuerdos eran confuso, y lo último que recordaba con claridad era a ese viejo que se aceptó la acusación de ser nigromante.  En ese momento se encontraba en una mazmorra. Entonces ¿Por qué ahora era arrastrado por el coliseo?

-¿Cerebrate?- grito la voz de un hombre con sorpresa.

Al escuchar su nombre el aventurero busco instintivamente el origen de esta, y a mirar a su alrededor se encontro con tres cosas inquietantes. La primera fue que era la niña elfo oscuro quien le arrastraba por esta arena. La segunda era un monstruo enorme durmiendo en una celda, y el tercero, pero no menos importante, fue a Gazef Stronoff.

-¿Tu eres Cerebrate del reino draconico?- pregunto Gazef preocupado al ver el rostro lleno de cicatrices y el cabello peinado en una cola de caballo que caracterizaba al aventurero, que según se rumoraba, podría hacer frente al propio  Brain Unglaus.

-¿Stronoff? No puede ser...- se dijo a si mismo al darse cuenta de que este no era el coliseo de Baharuth.

Peor aún, las palabras del nigromante se convirtieron en verdad, y Gazef fue quien dio prueba de esto.  Pues si él se encontraba preso en este lugar, esta debía ser forzosamente la guarida de los conquistadores de Carne.

Al darse cuenta de su situación, y por el trauma causado con el ataque de aquellas niñas, Cerebrate tuvo el impulso de escapar, era un instinto más que una acción consiente, pero Stronoff detecto esto y le salvo la vida al aventurero.

-¡No corras, solo te pondrán en una celda! ¡No tienes que preocuparte! ¡Todo estará bien! ¡Pero si intentas escapar, Mare-sama no tendrá piedad!-  dijo Gazeff, recordando la forma en la que Clementine fue arrojada a su celda tras el incidente de Cz.

-¿Cerebrate?- dijo sin fuerzas otra voz perteneciente a un joven de cabello rubio, que al igual que Stronoff se encontraba encerrado en una celda. El chico de cabello rubio se acerco a las barras de metal y miro con cansancio al aventurero, que era arrastrado a su nuevo hogar.

Cuando Cere vio en los ojos de Climb, un espíritu sin fuerza, Mare abrió una celda del coliseo y arrojo adentro a Cerebrate, con tanta fuerza que este choco contra la pared.

Mientras el aire salía de sus pulmones por el golpe, Cerebrate quedo impresionado por la fuerza de aquella elfo oscuro. Aunque por laguna razón, tanto Climb como Gazeff no parecían impresionados, sino más bien preocupados por Cere.

Mare cerró la puerta de la celda con llave.

Cere quiso hacer una infinidad de preguntas a Mare una vez recupero el aliento, pero se detuvo, pues a lo lejos Gazef movía la cabeza de un lado al otro, indicándole que esto no era buena idea.

El aventurero y el capitán guerrero esperaron a que la elfo se marchara para comenzar a habalr.
-¿Qué paso en el reino draconico?-
-¿Qué paso en el reino draconico?-

Se preguntaron mutuamente Gazef y Cere. Y de igual manera, ambos bajaron la mirada al darse cuenta de lo inútil que era hablar entre ellos.

-Los conquistadores gustan de hablar con sus prisioneros una vez encerrados. Antes de que tú llegaras había otras 2 personas. Ambas tuvieron una audiencia con los amos de este lugar, al igual que yo. Cuando eso pase, Cerebrate...-

Las palabras de Stronoff no llegaron a Cerebrate. Pues este tenía clavada la mirada en un pequeño espacio vacío entre las gradas. En ese lugar entre los golems, la destrozada mente del aventurero, le mostro a sus compañeras llorando por él, como si sufrieran por el destino que le había tocado afrontar, él solo...

-Perdónenme...- le dijo, a ese pequeño truco que le había jugado su propiamente.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Where stories live. Discover now