Parte 269

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Los guardianes del quinto piso y la tesorería cruzaron un portal negro de Shalltear junto a la coordinadora de la tumba. Albedo caminaba a duras penas sobre la arena del coliseo. No oponía resistencia, pero no quería decir que estuviera de acuerdo con ser encerrada. La mujer veía la celda como si de una guillotina  se tratase.

Cuando se encontraban a mitad de la arena, Albedo noto que Gazef no estaba en ninguna de las celdas. En una situación normal, la sucubo hubiese supuesto que el capitán guerrero se encontraba entrenando a Enri, pero el panorama actual le indicaba lo contrario. Si Gazef fuese a volver al coliseo, entonces a ella la hubiesen encerrado en un lugar diferente.

Había cientos de razones que podían explicar la ausencia del capitán guerrero, pero ninguna de ellas ayudaba a la guardiana a encontrar paz. Al final la sucubo abandono cualquier pensamiento concerniente a Gazef, y toda su atención se dirigió hacia la celda en la que Cocytus y Pandora's habían decidido encerrarla.

Una vez sus compañeros cerraron la reja de su nueva prisión, por fin comprendió las consecuencias de sus actos. Actuar sin una certeza era peligroso, y subestimar a su amo lo era aún más.

Albedo, la coordinadora de los guardianes, la poderosa protectora de la sala del trono y portadora de un ítem mundial... ahora había sido reducida a una rebelde aprisionada. Su plan aun ni siquiera entraba en acción y Albedo ya estaba tras las rejas. Apenas pudo dar unos pasos en este mundo y ya se había tropezado.

Al principio la guardiana creyó que con el poder de su hermana podría alcanzar la victoria, pero ahora se daba cuenta de que solo matar a esos dos no era ganar.

Albedo vio a sus compañeros alejarse silenciosamente.

"¿Por quién hago esto?" se preguntó la guardiana. 

Miro su cuerpo, aun cubierto por las ropas de Miko que Aureole le había entregado.

"No hago esto por mi" se declaró Albedo en su dolor.

Pandora's y Cocytus se lanzaron a la oscuridad de un portal negro.

"Ni siquiera por ellos" pensó, mientras veía desaparecer a aquellos.

Quien provocaba este dolor en su pecho, era por él que Albedo estaba aquí.

-No volveré a cometer el mismo error- Se prometió. –No nos abandonó antes y no lo hará ahora... y cuando regrese... no volveré a equivocarme de esta manera-

Albedo se veía dolida y cansada. Se había resignado a cumplir con este y cualquier otro castigo que se le pensara imponer, pero en esos ojos no existía la derrota.

En su corazón, no había duda.

Ganaría esta guerra que ella misma había declarado, y lo haría por él amo que jamás los dejo.
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Al interior de una hermosa sala dentro de la fortaleza de Ulbert, antes de que los supremos se reunieran con la teocracia, una linda reunión tuvo lugar.

-Son bondadosos nuestros nuevos amos ¿No lo creen?- dijo Draudillon a sus aliados.

La reina dragonoid lloro para las niñas que ahora se quitaban las máscaras y se revelaban como ahora eran.

-Lamento mucho que hayan tenido que morir de esa horrible manera- la reina se inclinó con las aventureras que creyó muertas para siempre.

-Pelear por algo que se anhela siempre será peligroso, Reina Draudillon- dijo Rista con una sonrisa. –Y sinceramente, el precio que pagamos para ver a nuestra nación por fin en paz, ha sido bajo-

Overlord: Trinidad Caps 170-???Where stories live. Discover now