Parte 230 2 de 3

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Zesshi se encontraba aburrida frente a la puerta de la tesorería. Solo habían pasado unas horas desde que comenzó su guardia, pero la paciencia de la chica comenzó a agotarse.

Ella se plantó entrar a la bóveda por algunos juguetes, pero por lo que le habían dicho, ahora mismo estaba rotundamente prohibido abrir las puertas, debido a la paranoia que había nacido en los cardenales después de la conquista del reino Draconico. Asique entrar solo para robar juguetes no era algo que Zesshi pudiera hacer en estos momentos si deseaba evitar un largo sermón de los cardenales.

Fue entonces cuando a la chica se le ocurrió intentar resolver su cubo por millonésima vez.

Aquel artefacto único era de las pocas cosas que aun representaban un reto para ella, así que podría matar algunas horas intentando resolverlo, pero cuando rebusco entre sus ropas no encontró su rompecabezas.

"La mesa..." pensó internamente al recordar que lo había dejado en el cuarto de Brain cuando tomo su guadaña.

La mujer abandono su puesto y camino tranquilamente hasta el cuarto de Brain. Entro como siempre, sin tocar la puerta, esperando encontrar al guerrero en una situación incómoda o divertida, pero solo fue recibida con la nada.

Brain no estaba en su habitación, pero debido a que no se había sonado ninguna alarma, era poco probable que hubiese escapado. Por tanto, Zesshi ignoro la ausencia del espadachín y se dirigió a la mesa para tomar su rompecabezas, pero cuando lo tomo, del mismo lugar donde lo habia abandonado, el arma definitiva de la humanidad contuvo la respiración.

Zesshi debió tallarse los ojos, salir del lúgubre cuarto y rascar los cuadros del cubo para asegurarse de que no hubiese sido pintado de nuevo. Después de asegurarse de que no se hubiera hecho trampa, Zesshi corrió por los corredores del templo en busca del espadachín.

Algo inaudito, habia tenido lugar frente a sus ojos.

Otro más, había logrado obtener acceso a la tesorería...
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En medio de la oscuridad se me hizo una pregunta.

-¿Cómo se siente morir?- Me pregunto, alguien que se hizo llamar 11100110 10000100 10011011 11100101 10101101 10010000.

-Duele-

-¿Mas que vivir?-

Recordé la cálida sensación en mi mejilla después de recibir aquella bofetada, y la persona que me la dio.

-Creo que no viví lo suficiente para esa pregunta, pero desde mi experiencia, sí, dolió más-

-Hmmm entiendo. Me siento mal porque hayas muerto sin tener el tiempo para comprender esa pregunta, pero me alegra escuchar que esa sea tu respuesta-

-Sin importar que fuera o no la respuesta que esperabas ¿Por qué te haría feliz una situación como esta? Al final, para responder esa pregunta, ahora o después, tenía que morir-

-No me malentiendas, me parece triste que hayas tenido que morir, y sé que puede sonar extraño, pero si debo decir la verdad, por supuesto que me alegro por la respuesta sin importar la situación- Después susurro. -Así no tendré que cargar con la culpa de haberlo hecho malgastar su primer intento-

-¿Su primer intento? ¿De qué hablas?-

La voz pareció asustada por el hecho de que hubiera oído ese dialogo destinado solo a su persona.

-¡AHHH! ¡Olvídalo! ¡Olvídalo! No es algo que por ahora deba importante jejeje-

-Entiendo... por cierto ¿Eres dios?-

-¿Eh? ¿A qué viene una pregunta tan fundamentalista? Muchas personas podrían molestarse contigo por hacerla ¿Sabes?-

-No lo sé... es solo que... acabo de morir, y de pronto me hablas en medio de esta oscuridad ¿No debería ser dios el único capaz de hacer eso?-

Overlord: Trinidad Caps 170-???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora