Parte 293

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Aceptar la posibilidad de morir, fue una de las primeras cosas que las trillizas aprendieron durante su entrenamiento. Sabían que cualquier misión podía ser la última, y se hicieron a la idea de perderse unas a otras desde pequeñas.

Pero no por ello dolería menos, y ahora era peor.

Cuando Tia y Tina accedieron a unirse a Blue Rose, se hizo mas evidente el hecho de que morirían; pero entre más peleaban, entre más conocían a sus compañeras, entre mas vivían su vida, mas lejanas se hicieron a la idea de morir.

Durante algún tiempo, las gemelas que traicionaron a la tercera creyeron poder tener una vida ordinaria algún día, pero esa pequeña posibilidad había quedado olvidada.

-La sacerdotisa que vi con los emperadores... no tengo ninguna duda, es la mujer de negro contra la que peleamos en E-Rantel- Revelo Lakyus a sus compañeras.

-¿Qué?-

-Oye, Lakyus... ¿Qué estas...?-

-Su cabello, el largo, el tipo de peinado. Su altura, la forma de sus manos. Además del propio hecho de que estuviera con los conquistadores. Ahora ya no tengo duda, el nigromante de E-Rantel fue un fraude de los emperadores para pelear con los Kurata. La dama de negro era la sacerdotisa que encontramos en E-Rantel-

EvilEye casi cayó al suelo por la impresión, mientras que Tina...

-¿Por qué no lo dijiste antes?- Pregunto la ninja a su líder.

-Cuando tu y Tia me hablaron de su hermana, comencé a prestarle más atención sus manos, su cabello, las cosas más mínimas para poder diferenciarlas. Así sabría si su hermana tomaba el lugar de alguna. Y mientras aprendía a diferenciar obtuve el mal habito de analizar a cualquier mujer rubia que me pusieran en frente-

-¿Por qué no lo dijiste antes? ¿Por qué no lo dijiste cuando estábamos en Carne?- Volvió a preguntar la ninja, ahora notablemente molesta.

-No me concentre en analizar a esa mujer cuando estuve ahí, estaba mas preocupada viendo a los emperadores y cuidando al rey. Apenas hoy me di cuenta de esto-

Lakyus dirigió la mirada a los retratos de sus compañeras, colocados sobre la chimenea de su base.

-Dicho eso... no tengo la más mínima intención de suicidarme a manos de los emperadores- la aventurera eligió tomar el sabio consejo que le había dado Saikano.

Molesta, EvilEye salto sobre Lakyus y la tomo por sus ropas. Al borde de la locura comenzó a sacudir a Lakyus.

-¡¿Por qué demonios tuviste que decir eso?!-

Tina y Lakyus sabían de donde venia todo ese odio por parte de EvilEye, pues gracias a ese simple comentario, las rosas azules quedaban oficialmente disueltas.

-No tengo la más mínima intención de seguir a una cobarde-

-Lo entiendo. En lo que decidas hacer, te deseo suerte, Tina-

-Estos años que pasamos juntos fueron muy importantes para mí, Kenno. Me asegurare de llevarme tu secreto a la tumba-

-¡¿Qué demonios están diciendo ustedes dos?! ¡¿Creen que es momento para esto?! El reino está en ruinas, y encima de eso ¿Vamos a separar a uno de los dos equipos adamantina? ¡No me jodan!-

-Siempre te he considerado una buena amiga, Kenno, y no creo que tu arrojes tu vida a una batalla perdida, pero si no estás de acuerdo con mi decisión, entonces te liberare de la promesa que le hiciste a Rigrit-

Con su pequeño puño EvilEye golpeo a Lakyus, aunque la espadachina apenas lo sintió, mientras que la mano de la pequeña hechicera se había roto.

EvilEye soltó a Lakyus y miro a su otra compañera.

-Ya vi morir suficiente gente querida en mi vida como para agregar mas nombres a esa lista. Se lo que sientes Tina, créeme que lo sé, así que déjame darte un consejo... no tires tu vida de esta manera, vívela y honra a tu hermana haciéndolo-

-¿Una princesa sabe como me siento? No te pongas sentimental, Kenno, esto no hago por venganza sino por deber-

Tina saco una llave y un amuleto de entre sus ropas y la arrojo al suelo. Eran los ítems necesarios para entrar a la base de Blue Rose. Tras eso, la ninja dejo el lugar sin que nadie pudiera detenerla. Su destino no era un secreto, ni siquiera para quien lee este registro.

Tina murió por osarse a enfrentar a los seres supremos.

Lakyus se repuso de las sacudidas que su compañera le había dado, y tras eso se puso de pie.

-Cuando ve a los Kurata les pediré que me dejen unirme a ellos, y que me entrenen como a sus compañeras- declaro Lakyus para su compañera.

-¿Por qué no pudiste decir eso mientras Tina estaba aquí? Al menos pudimos convencerla para que viviera un poco más...-

-No tenía caso. Por lo que dijeron ese día, los emperadores y los Kurata tienen ahora un pacto de no agresión. Si tomaban a Tina como aprendiz, y después ella hubiera atacado a los emperadores por su cuenta, ese pacto se hubiera roto, y todo el reino quedaría atrapado en medio de la pelea. Y por lo que vimos en E-Rantel, es claro que no quedaría nada sin importar quien ganara-

-Ya dejaste en claro que no quieres problemas con los emperadores ¿Entonces porque quieres unirte a los Kurata?-

-Porque vivimos una fantasía todo este tiempo. Incluso tú- Lakyus miro a los ojos a la vampira. -Somos débiles, muy débiles... no podemos evitar que Tina muera, no pudimos salvar a Gagaran ni a Tia...-

Las palabras de los Kurata resonaron fuerte en la mente de las aventureras.

"Ustedes no saben cómo es el infierno"

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Ryuuji, el lancero, el semi-dios, cayo de rodillas ante una persona, 25 niveles por debajo de él.

-¡Suficiente! ¡Gana Brain!-

Una mujer, una jugadora, mas antigua que los seis dioses había pisado este mundo alguna vez. Ella dejo en este mundo un regalo, un arma que solo podría ser reclamada por alguien sin el deseo de pelear.

El arma que le robaron a un antiguo templo del oeste hoy era empuñada por un guerrero con el corazón roto.

-Kannon-sama...- Susurro Brain el nombre de la diosa que había bendecido esta arma.

Era todo una maldita mentira. El arma había sido creada por los jugadores durante la edad de los héroes, era un fracaso, un intento por copiar la espada de Musashi Miyamoto, protegida por la contraseña que solo conocían los herreros de aquella ciudad en el desierto, y el guerreo a quien adoptaron como a uno de los suyos.

-(Nike, el filo que corta a través de nuestros enemigos. Kannon, la guarda que proteges nuestras manos. Y la empuñadura, con la que cada hombre sostiene su propio destino... Miyamoto)-

Para poder sostener el arma, había que saber su nombre.

"Mikado", la diosa Kannon la había nombrado de esa manera en honor a una persona amada para ella.

El lancero que se creía solo por debajo de Zesshi y los dragones, veía un milagro frente a sus ojos.

Ahora Brain, gozaba de la bendición de la tercera jugadora mas poderosa de Yggdrasil.

La diosa de la piedad.

Overlord: Trinidad Caps 170-???Where stories live. Discover now