Parte 200 3 de 3

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EvilEye, tuvo la gracia de invitar al segundo príncipe a volver con ella y Lakyus al castillo. Las dolientes aventureras querían informar a su compañera en el castillo sobre la muerte de su hermana.

Fue ahí cuando Zanac confirmo que Climb había viajado hacia el pueblo Carne con los tesoros del reino y completamente solo.

La mente del príncipe abandono el campo de batalla, de su derrota ante el nigromante y los conquistadores, para concentrarse en una amenaza que le esperaba en su hogar.

El segundo príncipe acepto el favor, y junto con las supervivientes de las rosas azules, llego esa misma tarde al castillo.

Después de informar a su padre de lo sucedido, y del trato que sugirió el conquistador, Zanac se retiró por órdenes de su padre, quien no quería que este fuese señalado por los nobles y generales por su fracaso. Además de ello, el príncipe ya intuía que el rey no lo quería ahí, para que este no evitara que se tomara la decisión de ir al pueblo Carne para reunirse con los conquistadores.

En otras circunstancias, Zanac hubiera hecho todo en sus manos para detener a su padre y buscar otro ángulo para actuar. Pero en estos momentos, si realmente quería proteger la vida del rey, el príncipe debía atender a un enemigo aterrador que pasaba sus días bajo los techos de este castillo.

Fue por ello que el príncipe se encamino completamente solo hacia la habitación de su hermana.

2 mujeres enfundadas en costosas armaduras, dos nobles de familias poderosas, que en su día  a día servían como guardias para la primera y segunda princesa, se encontraban custodiando la puerta de Renner.

Zanac veía como era profanado el puesto reservado para Climb, el perro fiel de su hermana.

Tal como había escuchado de sus espías en el castillo, Climb había acudido a una reunión privada con el rey durante la noche, y al día siguiente desapareció. En su lugar había quedado una de las gemelas de las rosas azules, quien sirvió como guardia hasta que sus compañeras llegaron e informaron de la muerte de su hermana. Eso último no tuvieron que decírselo a Zanac para que este lo supiera, pues el grito de la mujer llego hasta la sala de audiencias.

Estas mujeres, seguramente fueran asignadas para Renner después de que la aventurera se marchó con sus compañeras.

-Vuelvan en una hora- les ordeno Zanac a las dos mujeres.

Estas se miraron entre sí, se inclinaron y obedecieron la orden, no sin antes dejar escapar una mirada acusadora contra el príncipe. Esa clase de cosas era la razón por la que Zanac y Barbro evitaban reunirse con sus otras dos hermanas, quienes todo el día se encontraban rodeadas de esa clase de guardias.

Ahora que lo pensaba... Zanac se percató de lo relajante que era hablar con Climb, pues debido a su posición, el príncipe incluso podía bromear con él, y de vez en cuando, decirle lo que realmente sentía, sabiendo que este jamás revelaría una sola de sus palabras a nadie.

Ahora que Climb no estaba en la puerta de Renner, el lugar se sentía vacío... triste.

El príncipe tembló. Si el mismo tenía este sentimiento de melancolía ante la falta de ese perro fiel ¿Cómo se encontraría su hermana?

Al abrir la puerta, Zanac lo averiguo.

El cabello rubio, perfectamente peinado. El vestido azul, su favorito, pulcro  y hermoso, haciendo un contraste perfecto con el blanco de su piel y el dorado de sus cabellos.

Se encontraba sentada en su pequeña mesa al lado de la ventana, mientras miraba el patio interior, bañado por la luz anaranjada del atardecer. Una taza llena de té se encontraba frente a ella, pero esta no dejaba salir vapor, por lo que el príncipe intuyo que ya estaba frio, al igual que el que aún quedaba en la tetera. 

Overlord: Trinidad Caps 170-???Where stories live. Discover now