3. s e i s

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Una tormenta en pausa, descripción exacta.

El asco durante un segundo y medio solo suprimido por la intensa necesidad de analizar el entorno, una pesadilla, en alguna parte lo sabía, pero por minutos, más probable que horas, todo eso estaba de lado, solo quedaban las sabanas de la cama y dolor intenso corriéndose por mi garganta corroyendo mis cuerdas vocales, no poder gritar solo era una pequeña muestra, la sensación de contacto inexistente, levantarme o caer hasta el suelo, querer vomitar y no poder encontrar siquiera saliva atascada en mi boca, el frio interno, el sudor externo, no saber dónde ni cuándo me encontraba y luego el despertar lento y doloroso, el real, donde mi mente comenzaba a traerme de vuelta, mi cama, mi cuerpo, la soledad por la que estaba agradecido y a la vez aterrorizado de encontrar siquiera una muestra de que alguien estuvo cerca. Solo pequeñas cosas relacionadas A y la D, respirar profundo, casi llorar o hacerlo por el pánico, dejar pasar el tiempo hasta que el cuerpo reaccionaba, confiar en las pastillas, lavarme la cara en la ducha por miedo a ahogarme en la bañera, cortarme las uñas para no lastimarme solo al dormir, el peso del proceso recurrente.

Kang dijo que primero era el examen físico, luego el examen, técnicas, tratamientos, asesoría extra, sesiones de una hora por las tardes solo para deducir lo que todos ya sabíamos. "Es un largo proceso, JiMin" "Algunas personas nunca dejan de tenerlas, pero puedes reducirlas" en aquel momento lo pensé, soñar y soñar una y otra vez el mismo proceso, donde ella lograba lo que quise que hiciera... al final fue la primera vez, intenté matarme en la bañera unos días después de llegar al hospital, más sesiones, más paciencia, "algunos pacientes..." y el argumento continuaba "quizás nunca" era todo lo que podía entender, me rendía, me llenaba de sangre y nunca lo logré, ahora se reducía a esperar bajo mi propio sudor que mi cuerpo recordarse "es solo una pesadilla, eres el único que está vivo" los músculos tiesos sobre la sabana, mi necesidad de llevarme las manos al cuello y luego soltarme a mí mismo por el miedo "eres tu propio enemigo ahora"

Las pesadillas eran una pequeña parte, con demasiada conciencia pasarme por las cicatrices de mis manos, un método bastante grosero, pero desde que me aterraba ahogarme, la sangre era lo de menos. Con el tiempo todo se volvió práctico, una rutina diseñada para mantenerme bajo control hasta que padecía otro pequeño episodio, hasta que alguien intentaba tocarme, hasta que simplemente me tensaba y volvía a comenzar de nuevo con un alcohólico en recuperación.

La cuenta volvió a cero.

Serví una taza de café a las cuatro, el cielo no comenzaba despejarse todavía, podía ver por la ventana, mi taza de las ocho tendría que dejarla de lado. Sentarme en soledad, pensar en las líneas rojas llamativas, brillantes sobre las baldosas, tener miedo de nuevo de tocarme el cuello, dejarlo de lado, pensarlo dos veces, tres o más. Esperar.

La rutina te mantiene alerta, consiente de cada movimiento. Incluso si me dijeron muchas veces que tenía que aprender a soltarlo, no podía controlarme siempre, pero era mejor que no hacerlo.

Me gustaban las líneas "No mantendrán a nadie fuera" pensé, era estúpido pensar que una línea roja detendría a alguien, pero también "te detendrá de dejar que alguien entre sin pensarlo dos veces y luego comprometer el lugar" hasta ahora solo Sang había entrado, incluso Kang esperó en la puerta observando de lejos que terminara de instalar las líneas rojas antes de irse. Era absurdo tomarme algo tan personal, era absurdo que algo tan banal me hiciera sentir más cómodo en mi propio espacio.

Lo entiendes ahora, nada es tu espacio hasta que tu cuerpo sea tu espacio.

Ya no es, quizás no pueda serlo nunca, ni siquiera en mi cuerpo.

Marque el número pasadas las siete.

— ¿Jin?

—JiMin, Pasó algo ¿Cierto?

D MAIL [YOONMIN]Where stories live. Discover now