D MAIL [YOONMIN]

c u a r e n t a y c u a t r o

El silencio tiene una estrecha relación con la paz y al mismo tiempo con la soledad, el significado siempre lo eligen las personas, en mi caso no sabía si me sentía solo e incómodo o todo estaba en mi cabeza, pero cuando subí al auto solo podía pensar que todo era demasiado silencioso entre YoonGi y yo, no dejaba de ver como parecía sujetar el volante con demasiada fuerza, o se mordía el labio inferior de vez en cuando, no fui disimulado en ningún momento, él sabía que lo estaba mirando.

—Recuérdamelo, ¿Por qué te estas quedando en un motel?

— ¿Te parece mi casa un lugar más adecuado? —pregunté, estaba siendo del todo cortante, pero era un tema que no estaba dispuesto a tocar esa noche, todo era demasiado confuso como para hacerlo.

—JiMin... ¿Estás bien?

—Me lo has preguntado demasiadas veces hoy ¿Cómo te sentirías tú? —sabía que ser cortante no era la solución, pero no quería hablar sobre eso ¿Era demasiado pedir ir un problema a la vez o dejarme descansar siquiera una noche?

—Lo siento—susurró.

—No, no te disculpes hyung, es solo que ha sido demasiado ¿Hablamos de otra cosa?

— ¿Puedo preguntar a quién fuiste a ver al hospital?

—Si te preocupa que fuera por el golpe de mi frente, ya te dije que está bien hyung.

—No es eso, hueles a cigarrillo—comentó, sé que quiso decirlo como si fuera un detalle sin importancia, pero seguramente solo lo hacía sentirse más curioso al respecto.

—Oh, eso. Estaba en la terraza con un conocido, solo quería despedirme de él.

— ¿Se va a alguna parte?

—No, estoy seguro de que lo volveré a ver, aunque no quiera, solo será un tiempo.

— ¿Amigo?

—No lo llamaría así.

Me respondió con un "Hmm" antes de volver al silencio, llegamos al motel y pasamos por la recepción después de dejar el auto en el estacionamiento, subimos al segundo piso en silencio y abrí la puerta conteniendo el aliento.

—Bienvenido supongo—dije esperando que entrara primero para cerrar la puerta, traía consigo una mochila grande, la dejo en la esquina de la cama y el hecho de que observara todo alrededor me hizo sentir avergonzado, tal vez si debí ir a un hotel después de todo.

— ¿Qué hay con eso? —mencionó apuntando a los libros en la esquina de la cama, tenía un "orden" especifico si así se le puede llamar.

—Los difíciles están abiertos y los cerrados son los fáciles, es mejor si se cual tomar primero, estudio cuando no puedo dormir.

— ¿Te cuesta mucho dormir? —se sentó sobre la cama y no dejo de observarlos por un instante.

—Solo a veces—caminé hasta la mesa junto a la ventana y saqué la comida, no pregunté si tenía hambre y tampoco me disculpé para ir al baño y cambiarme de ropa, él tampoco dijo nada, al salir estaba sentado en la misma posición que antes, las piernas extendidas y un tanto encorvado para apoyarse sobre sus codos salvo que esta vez me estaba mirando a mí.

—Siéntate—me dijo, movió un poco la cabeza para apuntar a su lado. Me senté con una notable distancia entre nosotros, alzo una ceja observando el espacio entre nosotros y se corrió para estar junto a mí, hombro con hombro.

—Cuéntame una historia—me dijo, parpadeé hacia él preguntándome seriamente si había perdido la cordura, el que tenía el golpe en la cabeza era yo, no él.