D MAIL [YOONMIN]

t r e i n t a y c u a t r o

La música mental comenzó con las baladas más tristes, avanzando hacia el ruido más fuerte y sin sentido. Para ese punto ya estaba sentando sobre el pasto en el patio de mi propia casa. No sabía si debía entrar o quedarme parado fuera solo con la intención, lo chistoso de la situación es que en realidad no quería entrar, pero necesito mi uniforme, libros y demás incluyendo el poco dinero que papá deja para mi cada mes.

No estaba del todo mal estar fuera sin que nadie me exija volver, nunca nadie me lo exigió de igual modo. Solo me quedé porque no tenía a donde ir. Las luces encendidas en la planta baja no eran una sorpresa, el atardecer acaricio el cielo con los colores cálidos, el clima no tenía nada en común con mi estado de ánimo, lo cual era muy egoísta desde mi punto de vista debería estar lloviendo en blanco y negro.

— ¿Qué haces ahí parado? —JiHyun me sorprendió tras la espalda, traía ropa de deporte y la mochila sobre su hombro derecho.

Parpadeé dos veces sin que ninguna palabra saliera de mi boca, me observó con el ceño medio fruncido antes de decidir ignorarme y pasar de mí para entrar.

Le seguí el paso tan lento que avanzó y se perdió de mi vista, subí las escaleras lento, no parecía que nadie estuviera en casa a parte de nosotros.

Cerré la puerta de mi habitación y de nuevo me dolían las respiraciones agitadas de las cuales no me había percatado antes.

Tomé un bolso de deportes que apenas había usado en lo que llevaba del año y guardé todas las cosas importantes en caso de que algo pasara, ya tenía ropa guardada específicamente para esto, zapatos necesarios incluyendo los que uso con mi uniforme y ahora le adjuntaba los libros que tanto necesitaba estudiar.

La puerta se abrió sin previo aviso y mi hermano se recostó en el marco de la habitación, sus ojos tienen un parecido exagerado a los míos, pero los suyos tenían una mirada altanera mientras los míos solo podían mostrar todo mi cansancio mental.

— ¿Qué hiciste esta vez? —preguntó, me tomé el tiempo de pensar mis opciones, ignorarlo o contestar de manera evasiva y esperar que se vaya.

— ¿De qué hablas? —pregunté sin interés real.

—Mamá estaba molesta y te vi corriendo como si te prosiguieran a muerte, ahora se fue a cenar con papá por lo que probablemente está enojada.

Debí suponer que él estaría observando, como siempre quedándose al margen cuando las cosas salen mal.

—Era de esperarse—susurré, como su no estuviera ahí seguí seleccionando mi ropa—Escapé sin su permiso.

— ¿Solo eso? — ¿A qué venia la pregunta? ¿Qué esperaba?

— ¿Qué esperabas después de decirle que me voy quien sabe a dónde después de clases?

— ¿Crees que yo se lo dije? —alzó las cejas como si le causara risa y repulsión a la vez—Cualquiera sabría a dónde vas y lo que haces porque no te da ninguna vergüenza.

— ¿De qué debería avergonzarme? —hablé con odio, pero me guarde un poco el tono esperando que se fuera en algún momento.

—Claro, nunca te avergüenzas de toda la mierda que causas, ¿Por qué comenzarías ahora?

— ¿Sabes qué? Estás muy ocupado viendo lo que hago, ¿No deberías concentrarte en ti? Sería una decepción que mamá se diera cuenta que tampoco eres una blanca flor.

—No hables como si supieras algo de mí—chasqueé la lengua.

—¿Por qué debería de saber algo de ti?, ni siquiera somos hermanos—exclamé molesto.