D MAIL [YOONMIN]

c i n c u e n t a y s e i s

Cuando era niño me decía que huir no era la opción, con cada golpe perdía a veces mi capacidad de escuchar y ver correctamente, me decía que así era como tenía que terminar. "Lamentándome por estar vivo" susurré para mí mismo, esperaba que ella acabara conmigo, secretamente una parte de mi lo deseaba; me dividía en dos, una parte que observaba todo con una serenidad implacable esperando que se decidiera a matarme o solo se aburriera y la otra que sufría en el piso, la parte física que lloraba y esperaba que mi padre irrumpiera por la puerta y me ayudara como solo lo hizo una vez, una completa decepción. Jamás se repitió.

Todavía podía ver la figura de YoonGi secándose el cabello a medias antes de enfundarse la camiseta, podía verme a mí mismo caminando a la puerta intentando no hacer ruido y tomando las llaves de la encimera.

Seguía contemplando las flores que había dejado en el asiento trasero del auto, esperando que la desesperación hiciera paso a nuevas ideas. JungKook lo había dicho una vez bajo la luz amarillenta que pasaba a través de los árboles y las ventanas de un viejo salón de clases. "La desesperación es una idea, piensa en algo diferente y desaparecerá aunque sea un rato" no recordaba por qué pero reconocía la voz de Jungkook en esa frase lo cual me ponía nervioso en un sentido personal, me sentía violado y envestido agresivamente cada vez que escuchaba su voz proviniendo de mi cabeza, no quería admitir cuantas veces lo había escuchado, un miedo extraño que no había sentido antes y me quitaba la poca paz que su existencia aun significaba para mí.

Me había planteado dos opciones de nuevo, ninguna de ellas me incluía llorando en el piso mordiéndome el labio para no pedirle que parara y el aguantarme la respiración para que escuchara más sollozos de los normales, el solo pensarlo ahora me daba asco, me hacía preguntarme qué clase de persona repugnante era ¿Era así como me miraba JiHyun cuando pasaba de largo ante mí? Debía de darle asco, no más del que me daba a mí mismo, otra razón para evitar pensarlo. No, era un más peligroso por ese mismo hecho, en ninguna de mis dos opciones era yo quien sufría, había perdido mi capacidad de predecir cómo me sentiría, sin embargo, una de ellas me tenía ahí parado contemplando las flores, preguntándome que hacer. Tenía las llaves de un auto de YoonGi hyung, una maleta de ropa hecha en el motel, una tarjeta de crédito sin límite de uso escondida en la carcasa del celular y unas ganas desesperantes de huir que me comenzaba a entumecer hasta los pensamientos coherentes o las alarmas de advertencia que brillaban en cada paso.

Aun así, no había que descartar lo anterior, el mensaje de mi padre había llegado cuando la regadera fue cerrada, podía escuchar los pasos al otro lado del lugar mientras yo estaba esperando con el olor a cocoa alrededor y el celular a un lado.

"Mañana por la tarde pasare por ti"

Y luego un mensaje de SunMin de hacia una semana que no me atrevía a abrir desde que vi a mi madre esperando en el portón de mi instituto.

"JiMin tu madre llamó a la tienda, le dije que no sé nada de ti, espero haber hecho lo correcto"

Tan simple, estaba llorando con las flores entre manos sintiendo la suciedad y la irregularidad del cemento bajo mis pies.

Las flores eran tan bonitas, la segunda opción me asustaba tanto. Incluso si antes solo tenía una, incluso entonces no había sentido tanto miedo, me parecía tan fácil dejarlo todo cuando salí del ascensor, pero dejarlo todo y huir, era incluso repulsivo.

Me estaba engañando solo, lo sabía, llegar hasta el auto ya había requerido demasiado, incluso si era fácil, incluso si podía imaginarlo, sabía que jamás podría ser capaz de hacerlo, podía repetir la imagen en mi mente y aun así no sería capaz de mover los pies del asfalto sucio para hacerlo.

Solo estas gastando el tiempo, me dije. Sabia el tiempo que le tomaría a YoonGi hyung darse cuenta de que no estaba, buscar sus llaves y no encontrarlas, bajar el ascensor, y encontrarme, deseaba que lo hiciera, que me quitara las llaves, me arrancara de esa realidad tan asfixiante.