𝘝𝘦𝘪𝘯𝘵𝘪𝘴𝘪𝘦𝘵𝘦 / 𝘗𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰

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11 de Junio 2014

Escuchamos como la puerta de la cocina se cierra lentamente, ninguno de los dos dice nada, se crea un silencio incomodo, hasta que Niall decide hablar.

- ¿Vamos a discutir?, ¿otra vez? -Pregunta mientras suelta un largo suspiro, desde que nos habíamos conocido nos estábamos comportando como el gato y el ratón, siempre que nos veíamos teníamos que estar diciéndonos cosas.

Dejo caer mis hombros cuando dice eso, la verdad es que estábamos todo el día. - Parece que no sabemos hacer otra cosa. -Murmuro mientras avanzo por el salón hasta sentarme en el sofá que habían ocupado anteriormente Maddie y Liam.

El me sigue con la mirada hasta que me siento, segundos después se sienta en el sofá que había estado antes, junta sus manos para colocarlas sobre su barbilla.

- ¿Qué es lo quieres? -Pregunto dejando el teléfono sobre la mesa de café una vez que se ha encendido, no sabía muy bien porque estaba tan molesta con él, no éramos nada, ni tan si quiera éramos amigos, simplemente nos odiábamos o al menos yo sí.

-Hablar. -Comenta elevando sus hombros, mientras me mira como si fuera algo obvio.

-No Niall, no me refiero ahora, me refiero en general, ¿Qué es lo que quieres?, desde que nos cruzamos en ese café no has dejado de aparecer. - Digo derrotada, quería acabar ya con esto, que este hombre desapareciera de mi vida y se quedara como el famoso que nunca conocí.

Se queda en silencio mirando a un punto fijo durante unos segundos hasta que vuelve a clavar su mirada en mí, si se lo ponía llegar a intimidar demasiado.

-No lo sé. -Murmura. - Desde que nos cruzamos en ese café no has podido salir de mi cabeza, cuando nos encontramos en el concierto no me podía creer que fueras tú. - Elevo una ceja al escucharle, saca algo de detrás de su espalda mientras habla. - Me he sentido culpable por quemarte. -Sus ojos bajan hacía mi pecho, pero está vez está oculto por una camiseta.

Decir que estaba nerviosa era quedarse corta, seguramente parecía una gelatina, que hubiera dicho que no me podía sacar de su cabeza desde la primera vez que nos vimos era algo que me ponía en alerta, porque no sé si se trataba de alguno de sus juegos.

Me extiende una pequeña bolsa de papel, sin entender que es lo que me está dando lo agarro y la abro. -Entonces admites que fue culpa tuya. -Murmuro sacando un paquete de pomada, elevo una ceja clavando mi mirada sobre él.

-Creo que ambos la tuvimos, tu por ponerte detrás y yo por girarme sin mirar. -Admite y se levanta del sofá. - Estaba teniendo un día de mierda y lo pague contigo. - Se sienta a mi lado con cuidado mientras me quita la pomada de las manos. -Te decía que tu tenías toda la culpa para hacerte rabiar. -Eleva los hombros como si fuera lo más normal del mundo.

Que Niall se acerque tanto a mí no es que fuera una buena idea, quería sentarme en otra punta, pero parecería que le tengo miedo y no es así. - En los mensajes te decía que te había ido a la farmacia. -Mira la caja de la pomada y después me la pasa. - Pero no contestabas. -Sus ojos azules se clavan en los míos.

-Estaba demasiado ocupada. -Miento mientras agarro la pomada y la dejo sobre la mesa que teníamos frente a nosotros, junto con la bolsa de papel, agradecía que se hubiera tomado unos segundos para ir alguna farmacia, que se preocupara de mí, aunque tampoco me quería hacer demasiadas ilusiones, seguramente esto solo era por cumplir.

-Eso no es cierto Ada. - Uno de sus brazos se extiende detrás de mí, me mira con una sonrisa en la boca. -Estabas enfadada conmigo porque no te he escrito en estos días. - Muerdo el interior de mi mejilla para no decir absolutamente nada.

𝘋𝘦𝘢𝘳 𝘗𝘢𝘵𝘪𝘦𝘯𝘤𝘦 // 𝘕𝘪𝘢𝘭𝘭 𝘏𝘰𝘳𝘢𝘯Where stories live. Discover now