𝘊𝘶𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘶𝘯𝘰 / 𝘗𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰

545 30 2
                                    


18 julio 2014

El silencio se va extendiendo por toda la estancia provocando que me sienta mucho más incómoda que antes, la tensión se podía cortar con un cuchillo, mis ojos viajan por todo el salón intentando relajarme un poco, sabía perfectamente mi madre estaba esperando a que yo diera el paso y explicara todo, pero no quería hablar antes de tiempo, no sabía cuánto habían escuchado o en el pueblo estaban diciendo cosas que no eran ciertas.

Me remuevo en el sillón de color ocre donde papa se sentaba durante horas mientras nos veía jugar a las dos en el suelo, paso mis dedos por la tela desgastada y giro mi cabeza para mirar hacía el pasillo.

-Está durmiendo. -Mi madre rompe el silencio, con algo de vagancia giro la cabeza para enfrentarme a ella, puedo ver la preocupación pintada en su triste mirada, me doy cuenta que los años han pasado demasiado deprisa, se la ve cansada, algunas canas asoman por su increíble pelo marrón. -No sabe nada del tema, está...-Deja de hablar mientras muerde su labio inferior.

Maddie que no había hablado en todos los minutos que llevaba en la casa, toma la iniciativa. - ¿Pero está bien?. -Pregunta con algo de temor, me tenso en cuanto oigo la pregunta que hace mi hermana.

Queria esconder la cabeza tras unas mantas y hacer como si nada estuviera pasando, mi parte egoísta me decía que papa estaba bien y que mama no necesaitaria mi ayuda, había pasado tantos años al cuidado de todos, que por una vez necesitaba vivir para mi, aunque tenia a Maddie a mi cargo.

-Niñas. -Mi madre nos llama, clavo mi mirada en los ojos grandes de mi hermana que me estaba mirando mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, estiro mi mano hasta agarrar la suya y la aprieto con suavidad. -No tenéis que preocuparos, solo anda cansado, el medico dice que es normal. -Nos asegura mi madre. - La medicación que está tomando es fuerte. -Sonríe débilmente y aunque mi hermana la cree, yo no.

Sé que está mal, no se tratan de unas pastillas simplemente, se tratan de más cosas y no sé si estoy preparada para hacer las preguntas que rondan en mi pobre cabeza.

-Se levantará en un rato y tomaremos la tarta por tu cumple Maddie. -Dice mi madre sonriendo a su hija pequeña, su cansada mirada se clava en mí.

- ¿Qué es lo que sabes? -Pregunto soltando la mano de mi hermana, me remuevo en el sillón mientras cruzo mis piernas, me hubiera gustado tener a Niall a mi lado para que me diera algo de apoyo.

<Niall y tu no sois nada, no te hagas ilusiones estúpidas

Ruedo los ojos mentalmente al escuchar a mi conciencia recordarme las cosas, la mando callar cuando mi madre se cruza de brazos, se que nos esperan unas palabras duras y tendre que morder mi lengua para no decir nada de lugar que pueda hacer daño.

-No se, dímelo tu, Ada Evans.-Noto como mi hermana se tensa a la misma vez que yo.

-Oh no, no voy a entrar en ese juego, Madre.-Digo marcando las palabras, adoraba a mis padres, pero chocaba demasiado con mi madre porque nos parecíamos demasiado, Maddie era más tranquila aunque no lo pareciera.

-No me hagas tirar de esa lengua que tienes.-Me amenaza con calma.- He tenido que escucharlo en el pueblo, todos hablan dios santo.-Niega con la cabeza.-Y luego esas imágenes.-Parece horrorizada, no entiendo porque tanto drama por ello.

-¿Y has decidido esperar a que tu hija te cuente la historia?.-Pregunto elevando una ceja.-No, por supuesto que no, te avergüenza lo que digan en el pueblo, has preferido creer al resto sin esperar a que tu hija te lo contara.-

-No Ada Evans, ¡No!.-Alzada un poco a la voz, me preparado por atacar en cuanto suelte las palabras.- Esperaba que me contaras tu todo, no tener que enterarme por esas cotillas, has salido en todos lados.-Me ataca.

𝘋𝘦𝘢𝘳 𝘗𝘢𝘵𝘪𝘦𝘯𝘤𝘦 // 𝘕𝘪𝘢𝘭𝘭 𝘏𝘰𝘳𝘢𝘯Where stories live. Discover now