𝘋𝘦𝘢𝘳 𝘗𝘢𝘵𝘪𝘦𝘯𝘤𝘦 // 𝘕𝘪𝘢𝘭𝘭 𝘏𝘰𝘳𝘢𝘯

𝘋𝘪𝘦𝘤𝘪𝘴𝘪𝘦𝘵𝘦 / 𝘈𝘤𝘵𝘶𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥

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Bebo del vaso de agua notando como mi garganta lo agradece. - ¿Mejor? -Me pregunta mi psicóloga cuando me termino el vaso.

Asiento mientras coloco el vaso sobre la mesita de café que había a mi lado, no iba a mentir, me sentía bastante incomodo por lo que había pasado hace unos minutos en esta sala, normalmente estas cosas ocurrían cuando me encontraba solo en casa.

Nos quedamos unos minutos callados sin saber que decir el uno al otro, sé que ella estaba acostumbrada a ver cómo la gente llora, se derrumba contando sus secretos más íntimos, pero yo no.

Cuando hablábamos del tema no me rompo, consigo mantener mis recuerdos en su sitio, las emociones no salen a flote y me mantengo sereno.

Miles de veces la mujer que tengo frente a mí me ha intentado romper, ha hundido los dedos dentro de las heridas más profundas, pero no he permitido que me llegara a rozar ni un poco, me he roto delante de ella y de nuevo frente a los chicos.

-Sobre lo que acaba de pasar. - Hablo tras buscar las palabras adecuadas.

-No diré nada, sabes que lo que se hable en las consultas es confidencial. - Me asegura mientras agarra su libreta y la coloca en su regazo.

-No me refiero a eso. - Me aclaro la garganta. - No quiero volver hablar de esto, sé que tú lo ves como un proceso, pero yo no lo veo así y no lo quiero volver abordar. - Digo tajante.

La pobre mujer se mueve incomoda sobre su silla, la verdad es que no sé cómo realmente me aguanta, no dejo de tratarla de mala manera y solo vengo cuando de verdad he tocado algo de fondo, desde un principio nunca quise venir, pero los chicos me obligaron, los primeros días me traían arrastra a la consulta y no se iban hasta que entraba.

-Mira Niall, he aguantado durante varios años tus contestaciones. - Deja la libreta sobre la mesa de mala gana. - Tus malas caras cuando hablábamos de algún tema que no te gustaba, tus cortes cuando entrabamos en terreno peligroso. - Se inclina hacia delante. - Ahora que te has roto frente a mí, voy a seguir con ello. - Me asegura. - Cinco años hemos estado en la superficie y ahora no voy a parar porque tu quieras. -

-No es muy profesional por tu parte. -La ataco para que me deje en paz.

-Tampoco por parte tuya que simplemente vienes cuando a ti te conviene. - Eleva los hombros intentando excusarse.

-Te pago para que me escuches. -La miro de mala gana notando como me ponía nervioso y me estaba enfadando.

-Me apagas para que te ayude. - Me señala suspirando de mala gana. - Podría darte una patada y sacarte fuera de mi consulta por irrespetuoso. - Se cruza de brazos sin dejar de mirarme. - Pero te estoy haciendo un favor. -

- ¿Un favor? -Me levanto del sofá de un salto sintiéndome acorralado.

-Sí. -Asiente mientras se levanta del sofá también. - -Así que siéntate y vamos hablar claros de una vez. - Señala el sofá con su mano esperando a que me mueva.

Me la quedo mirando unos segundos hasta que me siento suspirando. - Que sepa que me cae mal. - Me cruzo de brazos.

-Dime algo que no me hayan dicho ya. - Rueda los ojos sentándose también-Sé que se trata de un mecanismo de defensa tu comportamiento, pero no nos ayuda en nada. - Sus manos vuelven agarrar la agenda y la abre. - El otro día lo dejamos en Maddie. - Levanta la mirada de su libreta para mirarme a mí.

-La he ido a ver está mañana. - Murmuro mirándome las uñas que estaban demasiado mordidas por los nervios.

-Pero si no sabes donde vive. - Me dice la pobre mujer.