Cada vez más cerca...

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Antes que nada, perdón por el capítulo anterior, que es una reverenda porquería (no lo digo por lo que pasa en el capítulo, si no por la forma de escribirlo) lo siento, mi "talento" no da para más.

Y ahora, leed este y... bueno, perdón por adelantado (aunque creo que es un poquitito mejor).

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Jorge acababa de volver a su piso de pasear a Nena y llenaba su plato con agua fresca para que bebiera. Mientras lo hacía, su mente no paraba de darle vueltas al mensaje que había enviado y borrado rápidamente. Cuando la perrita ya estaba calmando su sed, Jorge se dirigió hacia la sala de estar y se dejó caer en el sofá con frustración. No sabía si había borrado el mensaje lo suficientemente rápido para que no le llegara a Dasken pero, estaba prácticamente seguro de que le había dado tiempo a leerlo, y si el rubio lo había leído, las cosas iban a cambiar entre ellos... y mucho.

—¿Cómo se me ocurrió decirle 'te quiero' con un mensaje? ¡¿En qué cojones estaba pensando?! — enfadado consigo mismo, Jorge lanzó un cojín que se estrelló en la pared de detrás de la televisión y cayó detrás del aparato.

Él sabía porqué había enviado ese mensaje. A veces, cuando hablaba con Dasken, se le olvidaba que sólo eran follamigos. Su relación había llegado a un punto en que, para él, estaban a unos besos de comportarse como una pareja: un beso de buenas noches, uno de buenos días, un beso de ¡hola!, o un beso de 'hasta luego'... Besos. Besos que no fueran el principio del sexo, o durante el sexo. Besos que se moría por tener y que, al menos con Dasken, sentía que nunca tendría. Sabía lo que el hombretón pensaba sobre las relaciones. Sabía que nunca le había dicho te quiero a nadie que no fuera de su familia, y sabía que, si Dasken se enteraba de lo que sentía por él...

<Todo se acabará... > —un mensaje llegó a su teléfono en ese instante, y Jorge intentó agarrar el aparato de su bolsillo con tanta prisa que se cayó del sofá, cayendo de bruces contra la alfombra azul—. Si seré gilipollas... —murmuró, consiguiendo mirar el mensaje tumbado bocabajo en el suelo. Cuando vio que el mensaje no era de quien esperaba, por un lado sintió alivio, pero por otro, tan sólo supo que eso significaba que la agonía del '¿qué pasará?', duraría un poco más. Sentándose de nuevo en el sofá, leyó el mensaje, que era de Javi.

[A la 1 en el restaurante que hay cerca de tu piso. Espero que vayas con hambre... y con paciencia.]

Jorge suspiró y respondió con un simple 'allí estaré'. El día se le presentaba "fino". Hablar con Javi del "ménage à troi" que él y Osher querían formar con su persona, iba a ser cuanto menos entretenido, pero cabía la posibilidad de que también fuera confuso. Se había estado preparando desde que despertó para esa reunión con el doctor pero, para lo que no estaba nada preparado, era para la posibilidad de que su "relación" con Dasken se acabara... y no creía que nunca estuviera preparado para eso. Pero, ya no había nada que hacer. Si Dasken había leído su mensaje, tendría que hacerse a la idea.

*

Unas horas después, Jorge entraba a su restaurante favorito y un camarero le acompañaba hasta la mesa en la que Javi le esperaba. Después de servirle vino a Jorge, el camarero se fue y Javi se levantó para darle a Jorge un beso en la mejilla.

 Después de servirle vino a Jorge, el camarero se fue y Javi se levantó para darle a Jorge un beso en la mejilla

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Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now