Sexo, mentiras y corazones rotos (2ª Parte)

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Y aquí va la segunda parte. Por favor, dadme vuestra opinión más sincera.🙏

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Gabriel llevó a Markku hasta la cama una vez desnudo y seguro de que su rubio estaba lo bastante excitado.

—Acuéstate y relájate  —ordenó, y Markku obedeció limitándose a mirar a Gabriel quitarse la ropa—.  ¿Te gusta lo que ves?  —preguntó mientras pasaba una mano por su pecho y bajándola hasta dentro de sus pantalones para acariciar su polla.

Markku asintió firmemente y Gabriel sonrió mientras dejaba caer al suelo sus jeans y ropa interior. Después se subió a la cama y se quedó a los pies de Markku, observándole. Se lamió el labio inferior cuando vio la hinchada y exuberante erección. El olor y sabor de su hombre siempre le hacía salivar, ¿eso era normal? No lo sabía, pero sí sabía que no le había pasado con nadie más. Se lamió un dedo y lo pasó de manera juguetona por el glande, recogiendo una gota y llevándosela a la boca. Markku gimió ante ese gesto y Gabriel sonrió de manera pícara. Le gustaba escucharle necesitado. Subió con deliberada lentitud por el magnífico cuerpo mientras lamía cada centímetro de piel. Delineó con la lengua las pequeñas ondulaciones que formaban los abdominales suavemente marcados y siguió subiendo hasta llegar a los sonrosados pezones.

—Te imagino llevando piercings en los pezones, sería muy erótico, pero sé que se notarían a través de la camisa y se vería raro para tu trabajo. ¿Qué te parecería si me los pongo yo?

Gabriel dio un suave mordisco y Markku siseó.

—No los necesitas, pero si los quieres, póntelos.

—¿No te gustaría que me los pusiera?

—Tu cuerpo es perfecto tal y como está, no necesitas adornos.

Gabriel miró unos segundos a los ojos de su novio y después se lanzó a sus labios para devorarlos.

—Te quiero, te quiero, te quiero  —le dijo sin soltar el labio inferior del rubio.

Markku sonrió cuando Gabriel besó todo su pecho hacia abajo, camino de su entrepierna.
La primera lamida fue desde la base a la punta y Markku buscó donde agarrarse, porque la sensación le hizo creer que se caería de la cama. Lástima que no encontró lo que buscaba, porque el cabecero de su cama era una tabla de madera pegada a la pared.

—¡Joder!

—Eso después, amor. Primero quiero jugar un poco más. ¿Te parece bien? —dijo Gael mientras pasaba el pulgar suavemente por la húmeda y sonrosada cabeza de la polla de su novio.

—Siempre  —contestó el rubio.

Con extremado cariño, Gabriel besó el glande y pasó la lengua haciendo círculos, después lo metió en su boca hasta donde sabía que podía llegar.

—¡Min Gud! (1) —gimoteó Markku.

El castaño comenzó un sube y baja con los labios firmemente apretados alrededor del tronco de carne.

Jeg vil tåle ikke lenge, liten (2).

Un "slurp" sonó cuando Gabriel liberó la erección de su boca.

—¿Prefieres acabar en mi boca o en mi culo?

Markku se contrajo cuando Gael le hizo esa pregunta.

—Lo que tú quieras.

—Mm, entonces, ¿me ayudas a prepararme? —se dio la vuelta, quedando sobre el cuerpo de Markku en el clásico sesenta y nueve. Gabriel volvió a meterse la erección de su novio en la boca mientras Markku comenzó a dilatarle usando su lengua—. ¿Sabes lo mucho que me gusta esto? Tu lengua...en mi... culo  —Gabriel movió las caderas buscando que la lengua entrara más profunda.

Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now