Capítulo 47: Nuevo comienzo (2ª parte)

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—¿En serio?  —preguntó Gabriel, sorprendido por el repentino cambio de opinión de su ex

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—¿En serio?  —preguntó Gabriel, sorprendido por el repentino cambio de opinión de su ex.

Adán se pasó la mano por el pelo y soltó un suspiro.

—Sí, en serio. Sólo dime dónde y cuándo tengo que ir a recogerle.

Gabriel puso una gran sonrisa, agarró su teléfono y le envió un mensaje al moreno.

Adán levantó una ceja y lo leyó comprobando que se trataba de la dirección de un hostal.

—¿"Hostal Mendoza"?

—Sí. Pero antes de ir a por él pásate por el apartamento para recoger una bolsa que hay bajo la cama. Tiene ropa para Mat. Markku, dale las llaves.

El rubio rodó los ojos mientras suspiró y le entregó a Adán las llaves del apartamento que compartía con Gabriel.

Adán miró al castaño con un poquito de desconcierto.

—Espera. ¿Todo esto quiere decir que quieres que le lleve a mi casa hoy mismo?

—Sí. ¿Para qué esperar? A Mat le queda algo de dinero, pero si no consigue trabajo, gasta ese dinero y la convivencia contigo no funciona, ¿dónde va a ir sin un céntimo en el bolsillo?

—<Veo que ha pensado en todo>... Tendrá que cumplir unas normas o se irá —dictaminó Adán.

Gabriel se encogió de hombros.

—Lógico, es tu casa.

—Bien. Avísale de que voy por él para que esté preparado. No quiero tener que esperarle —agarrando las llaves que Markku aún mantenía en su mano con el brazo extendido hacia él, se giró hacia la salida—. Hasta luego.

Cuando Adán salió, Markku fue tras él.

Gabriel y su amiga miraban hacia la puerta.

—Espero que este experimento no explote en la cara de nadie —comentó Maribel mirando al castaño.

Gabriel hizo un movimiento con la mano quitándole importancia

—Bah. Tengo un buen presentimiento con estos dos... Presentimiento o los analgésicos que todavía me están afectando... O la quimio que ya me ha llegado al cerebro  —Gabriel echó la cabeza hacia atrás soltando un resoplido—.  Mi estómago está a punto de "despachar" el desayuno, así que será mejor que no entorpezcas el camino hacia el baño o no me dará tiempo a llegar.

Maribel miró hacia un lado y dio un paso, apartándose, para asegurarse de no estar en el camino de Gabriel, por si acaso.

                         *

En el pasillo, Markku le pidió un favor a Adán.

—¿Podrías traerme mañana unos papeles que se quedaron en mi escritorio en la oficina? O al menos llévalos a tu despacho para que Bastida no los pueda tocar.

Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now