Por fin he podido concentrarme para volver a escribir. Este capítulo es más largo para compensar pero sobre todo es muy hot. Espero que os guste. Lo he repasado muchas veces pero, si no os gusta podéis decirlo sin problemas.
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Una vez que abres los ojos, se supone que tienes que dejar el orgullo a un lado y dar gracias por lo que tienes pero, a veces, aún después de ver la realidad, necesitamos un pequeño empujón más y es entonces cuando por fin damos rienda suelta a lo que llevamos dentro.
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Gael estaba deseando que Markku saliera del hospital y llevarle a casa para estar a solas. Cuando el doctor se marchó por fin después de prácticamente decretar que Markku no se iría hasta después de comer, Gabriel suspiró aliviado pero, tan sólo dos horas después de haberse ido, el médico volvió para interesarse por Markku y recordarle que no se iría hasta después del almuerzo -almuerzo que el doctor le llevó personalmente y del que se ocupó que se terminara-. Mientras estuvo en la habitación, sólo le prestó atención a Markku y no le importó que Gabriel estuviera allí, pasando con fuerza las páginas de la revista que "leía" mientras resoplaba una y otra vez.
Al médico tampoco le importó cuando el chico le insinuó que sus otros pacientes estarían echándole de menos y que él podría ocuparse de Markku. Ni siquiera le escuchó.
Cuando por fin salió, Gabriel ayudó a Markku a vestirse -aunque no fuera necesario- para salir cuanto antes del hospital sin volver a cruzarse con el "admirador" de su novio.
Mientras Gabriel le abrochaba los botones de la camisa, Markku le miraba con ternura.
—Tienes muchas ganas de que nos vayamos, ¿no? —preguntó Markku sonriendo.
—Ajá —dijo Gabriel—. No quiero volver a verle la cara al doctor pasivo o vamos a acabar muy mal.
Markku no puede evitar reírse ante el nuevo apodo de Gabriel para el médico.
—Creo que estás adorable cuando te pones celoso —dice acariciando la mejilla de Gael.
Gabriel deja los botones y mira a Markku muy serio.
—Termina de vestirte tú solo.
—... ¿Te has enfadado? —pregunta el rubio sorprendido.
—Soy un hombre adulto Markku, no puedo estar adorable.
Gabriel responde sin tan siquiera mirarle.
Markku le mira serio, desconcertado por su actitud.
—Muy bien, disculpa por mirarte como un idiota enamorado. Espérame fuera, no tardaré.
Markku se dio la vuelta mientras terminaba de abrochar su camisa y escucha la puerta abrirse y cerrarse tras él, sinónimo de que Gabriel había salido de la habitación.
Markku suspira y piensa que, ojalá Gabriel sintiera el amor de la misma forma que él lo sentía, aunque, ¿qué sabía él sobre el amor? Nunca había estado enamorado hasta ahora y probablemente se estaba pasando con sus muestras de cariño. No quería ser pesado pero, cuando tenía cerca a Gabriel, no podía evitar ser cariñoso y demostrarle a su chico cuanto le amaba. Y ahora que sabía que él también le quería, mucho menos. Quizá debería hablar con él y preguntarle cuales eran los límites para no sobrepasarlos.
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Línea recta (Homoerótica)
Romance"No te miro porque si lo hago, podrás hacer de mí lo que quieras. Cualquier cosa que me pidas, la haré. Porque estoy loco por ti, Gabriel. Enamorado como jamás creí que lo estaría." A lo largo de los años todos tenemos personas importantes que nos...
