Capítulo 62: Mente fría, corazón caliente.

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Cuando hay que tomar decisiones, es importante tener la mente fría para no cometer errores, sobre todo si está en juego nuestro corazón, pero no debemos olvidarnos de que hay que mantener el corazón caliente o de lo contrario, salvaremos nuestro c...

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Cuando hay que tomar decisiones, es importante tener la mente fría para no cometer errores, sobre todo si está en juego nuestro corazón, pero no debemos olvidarnos de que hay que mantener el corazón caliente o de lo contrario, salvaremos nuestro corazón, pero podemos romper el de otras personas.

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Gabriel estaba sentado a la mesa de la cocina de su nueva casa tomando café recién hecho. Markku había pensado en todo y se había ocupado de que hubiera de todo en el frigorífico y las alacenas, por eso Gabriel tenía en ese momento un café en una mano y un croissant en la otra.

En cuanto despertó, el castaño recordó todo lo ocurrido la noche anterior y una enorme sonrisa cruzó su cara... hasta que recordó que nunca le dijo a Markku que los brownies estaban hechos con marihuana. Se sintió avergonzado, porque pensaba que si su pareja hubiera sabido que estaba drogado, su comportamiento habría sido diferente. Sentía que se había aprovechado de él. El Markku que él conocía no habría sido tan... desinhibido.

Gabriel recordó todo lo que pasó después de que ambos salieran de la piscina, camino del dormitorio, y cuando llegaron al dormitorio.

La caja... La caja que Gabriel encontró en el maletero del coche de Markku y que resultó ser los "juguetitos" que habían pedido por Internet.

—Joder...  —dijo en un susurro cuando recordó a Markku esposado al cabecero de la cama... a Markku con los ojos tapados con un antifaz... con un anillo alrededor de su pene y bolas... la cera de la vela derritiéndose sobre su piel... el dildo entrando y saliendo de su cuerpo... su entrega y confianza absoluta—.  Oh, dios mío  —se sentía culpable, y un egoísta, y un... abusador—.  <Él confiaba en mí>  —dejó caer la cabeza, apoyando la frente en la mesa—. ¿Cómo se lo explico ahora?

—Buenos días.

Gabriel saltó de la silla y el croissant cayó al suelo y la taza de café se volcó, derramando el líquido oscuro sobre la mesa.

—Joder, qué susto.

Markku sonrió y, agarrando el rostro de Gabriel con ambas manos, le dio un suave beso en los labios.

—Siento haberte asustado  —dijo sobre los labios carnosos de su pareja—.  ¿Me perdonas?  —Gabriel afirmó con un movimiento de cabeza y suspiró. Markku sonrió, orgulloso, porque sus besos seguían haciendo suspirar a Gabriel. Incluso estando completamente satisfecho a nivel sexual, Gael seguía disfrutando de sus besos—.  Veo que has hecho café  —dijo, agarrando una taza para servirse mientras Gabriel limpiaba el estropicio de la mesa—.  Anoche fue... increíble  —dijo, mirando a su pareja como si este fuera la cosa más hermosa del mundo.

Gabriel tragó, sin notar la mirada ilusionada y de pura adoración que tenía Markku. La culpabilidad hacía que su boca estuviera seca. Se acercó al fregadero y llenó un vaso con agua que bebió enseguida.

Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now