Capítulo 27: Inseguridades

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Cuando estamos enamorados, vemos a la persona que amamos como la persona más hermosa del mundo. Es normal, pero a veces olvidamos que de la misma manera, nosotros somos igual de hermosos para esa persona y dejamos que nuestras inseguridades nos acorralen, llegando a creer que no somos suficientemente buenos para nuestra pareja.

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Gabriel abrió la puerta rápidamente, ilusionado por tener a Markku en su casa. En cuanto le tuvo delante le rodeó el cuello atrayéndole para besarle. Markku correspondió el beso, pero no como Gabriel esperaba.

—¿Ocurre algo?

El rubio le miró unos segundos y le agarró de la mano llevándole hasta el sofá.

—Gabriel, ¿tienes algo que contarme?

—¿Sobre qué? —preguntó el chico extrañado.

—Sobre cosas que hayan pasado en estas semanas.

Gabriel se mueve nervioso en el sofá, se rasca la cabeza y evita la mirada de Markku.

—Me... encontré con Adán unos días después de que te fueras. Hablamos y ahora somos... amigos. Nos hemos visto varias veces para hablar... Dejé mi trabajo hace unos días, discutí con Maribel y no nos hablamos desde hace semanas... creo que eso es todo.

Markku se pasó la mano por el pelo.

—Tengo que asimilar todo lo que me acabas de decir y ni siquiera me has hablado de lo que quiero.

—¿De qué quieres hablar exactamente?

—Ansiolíticos.

Gabriel se puso de pie con las manos en las caderas.

—Has hablado con Adán.

—Como lo haya sabido es lo de menos. Prométeme que irás al médico para que te diga lo que debes hacer para dejarlos.

Gabriel podía ver la preocupación en los ojos de Markku, se acercó hasta él, se sentó en su regazo y cogió su rostro con ambas manos para darle un suave beso.

—Te lo prometo —dijo, a pocos centímetros de sus labios.

—Bien —Markku abraza a Gabriel respirando en su cuello—. Ya hablaremos de lo de tu trabajo y la discusión con Maribel en otro momento.

—Y sobre Adán...

—No —interrumpió—. Sobre eso no quiero hablar.

A Gabriel le resultó extraño el tono de voz que usó Markku; frío, cortante.

—Como quieras.

—¿Qué te parece si vamos a 'Laurel y sal'? Por el camino me explicas que pasó exactamente entre Maribel y tú. Y, por cierto, ¿cómo es eso de que has dejado tu trabajo?

Gabriel se rasca la cabeza y mira a Markku a los ojos. 

—¿Lo hablamos en el coche de camino al 'Laurel'?

Markku sólo sonríe y besa a Gabriel en la frente.     

—Claro.

—Voy a ponerme algo menos cómodo para salir.

Markku le mira y le agarra de la cintura, observando su ropa.

—Así estás guapo, sólo ponte los zapatos.

—Creo que además de zapatos necesitaré unos calzoncillos —Gabriel se dirige a su habitación, sonrojado.

Markku le mira caminar observando su trasero.

Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now