Todo va bien. (2° parte)

5.2K 344 192
                                    

Markku se paró y miró el teléfono que sonaba. No era el suyo, era el de Gabriel y era un mensaje.

Un mensaje podía ignorarlo. Se podía contestar más tarde. En esos momentos se le ocurrían un par de cosas mejores que hacer.

Agarró el pomo de la puerta y empujó, pero estaba cerrado.

—¿Gael?

—Creo que voy a tardar un poco más de dos minutos, ¿te importa?

—Claro que no. Por cierto, te ha llegado un mensaje.

—¿De quién?

—No lo he leído.

—Pues léelo y dime que pone.

—Vale.

Markku agarró el teléfono y miró la aplicación de mensajería.

—¿Adrián?  —susurró al ver el nombre del ex de su novio—.  <Joder. ¿Qué quiere de Gael?>

[Hola. Acabo de enterarme de lo que te pasa, ¿cómo estás? Me gustaría saber si puedo ir a verte.]

Por un momento se le pasó por la cabeza borrar el mensaje y decirle a Gael que se había confundido, que no había llegado ningún mensaje.

—<Maldita sea> —pensó—.  <Antes de conocer a Gael mi conciencia estaba dormida, ahora soy incapaz de hacer algo inmoral sin sentirme culpable.>

—¿Markku?  —al escuchar la voz de Gael, casi se le cae el teléfono—.  Estoy listo, ¿vienes?

—Voy  —contestó, volviendo a dejar el teléfono donde estaba y yendo hacia el baño.

Cuando entró, Gabriel estaba desnudo. Markku sonrió.

—Cierra la puerta  —ordenó Gabriel y el rubio obedeció. Le encantaba obedecer a su chico—.  Ahora, quisiera saber si te gustaría que te ayudara con esto  —Gabriel acarició con lujuria la entrepierna semi dura de su novio.

Markku sonrió.

—Me encantaría.

Gabriel agarró la camiseta de Markku y le atrajo para besarle de manera intensa. De vez en cuando le mordía el labio y Markku siseaba deseando estar en casa, en su cama y completamente desnudo a merced de Gael. Adoraba simplemente quedarse quieto y dejarle hacer cualquier cosa a su cuerpo. Él se lo permitía con mucho gusto. Para Markku, no había nada más erótico que sentirse "utilizado" por sin lille.

—Levanta los brazos  —ordenó el chico.

Markku obedeció y Gabriel alzó la camiseta hasta la altura de sus ojos. Así, con los ojos tapados, sintió cómo Gael comenzó a lamerle con voracidad todo el pecho. Al llegar a los pezones, los succionó como si quisiera alimentarse de ellos. Markku volvió a sisear, sobre todo cuando su chico le mordió y después lamió aliviando la piel.

Gabriel adoraba torturar los sonrosados pezones de su hombre. Se ponían duros y erguidos haciéndole fácil juguetear con ellos.

Mientras tenía su boca ocupada, Gael desabrochó el pantalón de Markku y metió la mano dentro, agarrando la -seguramente dolorosa- erección. Con suavidad, pasó el dedo pulgar por el sensible glande.

—Pero fíjate, si estás todo mojado  —Gabriel llevó a la boca de Markku el dedo pulgar, humedecido por su propio fluido. El rubio lo lamió—.  ¿Te gusta?

—Me gusta más el tuyo.

Gabriel sonrió ampliamente, miró a Markku y vio total rendimiento. Sabía que ese hombre era capaz de hacer cualquier cosa por él y lo demostraba cada día. Le apartó la camiseta de la cara por un momento para poder mirarle a los ojos.

Línea recta (Homoerótica)Where stories live. Discover now