Línea recta (Homoerótica)

Ganar la pelea (2° parte)

Aquí está la segunda parte. Espero que os guste 😊

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Lo que menos le apetecía en el mundo a Adán ese día era ir a una reunión de trabajo. A él le habría gustado esperar a Mat en casa, en su dormitorio, y recibirle justo como estaba deseando. Pero, el dueño de la "Guardería osito feliz", había querido reunirse con él porque al parecer hacerlo era "imprescindible". Dos de sus profesoras se habían ido para abrir su propia guardería y eso le había dejado completamente descolocado y sin saber cuál debía ser su siguiente paso. Adán sabía que el hombre no tenía ni idea de niños y prácticamente no sabía de negocios pero, en su momento aceptó ayudarle porque él sí sabía que el lugar donde iba a abrir esa guardería era perfecto y funcionaría bien.

Al parecer, las dos profesoras se habían dado cuenta también de que su jefe no tenía ni idea de lo que hacía y de que realmente el negocio funcionaba muy bien ahí y sin ellas no hacía nada, así que decidieron abrir su propia guardería entre las dos... en la misma calle. "Buena jugada. Completamente traicionera, pero buena", pensó Adán en cuanto supo la situación. Los padres de los niños llevarían a sus hijos con ellas porque ya las conocían y ellas ganarían todo el dinero en lugar de sólo un sueldo, o eso es lo que ellas creían porque, aunque fueran unas excelentes profesoras, si no sabían nada de negocios podría irles muy mal. "No es que yo desee que les pase eso, por supuesto>. Tenían que invertir dinero para hacer las reformas necesarias para acondicionar el lugar -algo difícil-, necesitaban los permisos de obra del ayuntamiento para dichas reformas -aún más difícil-, y necesitarían la licencia para tener dicha guardería -probablemente lo más difícil de todo, ya que no le da a cualquiera ese tipo de licencia-, así que, mientras ellas conseguían su objetivo, a Adán le daría tiempo de tener un plan para que "Guardería osito feliz" no tuviera que cerrar. Y eso empezaba por buscar nuevas profesoras o profesores -aunque el dueño no estaba convencido de contratar hombres para ese trabajo-. "Los putos prejuicios de siempre. Para unas cosas no quieren a mujeres y para otras no quieren a hombres... Maldita sea>. Adán se estuvo quejando mentalmente casi toda la reunión, por no poder estar en casa cuando llegara Mat y por los prejuicios de ese hombre.

—Por eso creo que sería mejor si contratamos a mujeres y no a hombres. Los padres confían más en-

—Disculpe —interrumpió Adán al hombre—. Me ha pedido ayuda, pues déjeme ayudarle. El género de los profesores no es importante. Mientras tengamos buenas referencias, eso no importa.

—Yo creo que te equivocas. Si preguntas a cualquiera-

Adán cambió su posición en la silla, exasperado.

—¿Alguna vez tuvo una reunión con los padres de los niños o siempre lo hicieron las profesoras?

—Bueno, ese era su trabajo. Yo sólo-

—Usted sólo acudió a 'Corporació Rovira', invirtió y esperó los beneficios. ¿Me equivoco?

—Bueno, para eso la empresa se llevaba una parte de los beneficios.

—Claro. Por eso, ahora va a dejarme trabajar como lo ha hecho hasta ahora, y si no le gusta como lo hago, lo dejamos aquí —Adán se levantó de la silla mientras se cerraba la chaqueta de su traje gris oscuro—. Le recuerdo que no tengo obligación de hacerlo, porque la empresa ha cerrado. Puede buscar a otra persona para que le ayude.

El hombre se levantó de la silla enseguida.

—A ver, a ver. No nos pongamos nerviosos.

El teléfono de Adán sonó en ese momento anunciando la llegada de un mensaje. Miró al hombre con el que estaba reunido y le indicó con un dedo que esperara un minuto mientras sacaba el móvil de su bolsillo y leía el mensaje que estaba seguro era de Mat.