Capitulo LV: Ciudades Monocromaticas

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No voy a criticar lo obvio, o como se dice, “hacer leña del árbol caído”. No sería justo, y no me dejaría bien parado señalar el hecho que una cantidad algunos dirían desproporcionada de las historias en Wattpad que se desarrollan en el “mundo real” (o al menos, no en mundos fantásticos o de ciencia ficción) toman lugar en las mismas ciudades: Los Ángeles, Nueva York y Londres. En general, en el mundo angloparlante (yo mismo hice una historia que se desarrolla en el sur de California y otra de ya varios libros en Toronto, Canadá).

¿Es algo nuevo? No realmente, y es que es natural que dado que los medios anglos sean los predominantes en el cine, la literatura, la televisión y la música muchos creadores de ficción deseen emular esos escenarios en sus historias. Uno podría dar el argumento que es una practica bastante vieja, si consideramos que William Shakespeare desarrollo muchas de sus obras en tierras extranjeras: Romeo y Julieta y el Mercader de Venecia eran historias que nos ubicaban en Italia, lo cuál tiene mucho en común con la practica en el hoy en día: en aquellos días, Inglaterra era un reino relativamente pobre y alejado de los epicentros culturales europeos, muchos de ellos ubicados en la nación mediterránea.

Nos gusta añadirle un toque de cosmpolitanismo, inclusive, de glamour.

Tiene sentido en muchas historias, claro está: si un drama se desarrolla entre los mejores diseñadoras de modas, tiene todo el sentido del mundo que la trama se centre en una ciudad como Nueva York o Milán; si es sobre digamos, chefs élite, ¿no es sensato llevarla a cabo en París o Roma?

Claro, también está el hecho que puede ser un capricho del autor o autora, y como tal, no hay nada intrinsicamente erróneo en ello: si alguien quiere hacer una historia en Chicago, San Francisco o Vancouver sólo porque así le parece, si al final de cuentas hay un esfuerzo y un intento de calidad, uno puede ignorarlo y simplemente no tomarlo en cuenta.

Pero hay detalles que no se pueden ignorar porque desafían la suspensión de la incredulidad del lector.

Muchas de esas ciudades que he mencionado son algunas de las metrópolis más diversas, multiétnicas, multiculturales y multiraciales del mundo. Es fácil cruzarse en una misma calle con una tienda coreana, una carnicería propiedad de un judío y atendida por mexicanos o un restaurante chino. Puedes tomar un taxi con un conductor ucraniano y ver un bar que sirve con la misma facilidad un ron cubano que un buen whisky escocés.

Y sin embargo, eso no se ve reflejado en muchas de esas historias, en especial los dramas y comedias sobre jóvenes adultos u adolescentes.

En su mayoría, los protagonistas son blancos y con apellidos inconfundiblemente anglos: un Smith, un Wilson, quizá algún apellido irlandés de rebote como un O'Hara pero fuera de eso, no hay mucha variedad, claro, sin contar la aparición de personajes latinos, lo cuál compensa un poco la situación pero no es una extrañeza dado que los autores y autoras de tales historias son precisamente de tal origen cultural.

Muchos toman el tema de una mejor representación en los medios y la ficción como simple correcciónpolítica: demostrar forzudamente que no eres prejuicioso y poniendo con calzador una diversidad que tal vez no exista o no se vea en realidad. Hasta cierto punto, puedo entenderlo, después de todo, si una historia se desarrolla en un pequeño pueblo de Kansas, poner un barrio afgano se vería irreal y fuera de lugar, pero no hablamos aquí de comunidades pequeñas, sino de, como dije, ciudades con población de todos colores y orígenes. No es corrección política, no es quedar bien o mostrar un ideal, es simplemente mostrar algo real.

FiccionandoWhere stories live. Discover now