¡ACTOS A LA OBRA! (SEGUNDA PARTE)

35 3 0
                                    

En el episodio anterior de Ficcionando, Anthony trata de conseguir un vuelo a Europa en esos sitios web sin que le cueste un riñón.

Pero, volviendo al tema.

De acuerdo, entonces, ya tocamos las obras de uno y dos actos, ahora, pasaremos al resto.

UNO, DOS  Y TRES, QUÉ OBRA TAN CHEVERE (LOS TRES ACTOS)

¡Oh, el estándar oro! ¡La materia de la que están hechos los sueños! La fama de esta estructura es tal que muchos aquellos fuera de las actividades creativas estén conscientes de ella. 

Los nombres pueden variar, pero creo que todos podemos darnos una idea muy clara de estos pasos: Introducción (se nos exponen los personajes, el escenario, el conflicto, etcétera...), Confrontación (el choque de los personajes respecto al reto que deben de superar) y finalmente, Resolución (cómo se desenlaza el conflicto).

En comedia, existe algo llamado "Regla de Tres", y... bueno, han estado conmigo mucho tiempo, así que les revelaré este pequeño secreto, sólo porque se han portado bien: al parecer, el número tres es una cifra perfecta en el arte de hacer reír. ¿Por qué? Pareciera ser lo suficientemente largo para considerarse un "patrón", pero al mismo tiempo lo suficientemente corto como para no aburrir demasiado a la audiencia.

Así pues, ¿conoces los chistes de un gringo, un chino y un INSERTENACIONALIDADALAQUECORRESPONDAN? Los dos primeros elementos nos dan cierta expectativa, y el humor deriva del tercero que las rompe. Con solo dos personajes, sólo sería un contraste entre una persona normal y alguien excéntrico (algo que en teoría, PODRÍA llegar a funcionar, pero necesitaría otros elementos para compensar la simplicidad del escenario); con cuatro personajes, no es imposible, pero ya se vuelve un tanto más complicado de poder seguir.

En cierto modo, quizá ahí yace el motivo por la cuál los tres actos se han vuelto lo esperado; el número más justo y claro que una obra puede tener y poseerá de todos los elementos necesarios para que, en teoría, una historia se sienta completa y satisfactoria, sea del género que sea y sin importar cómo se desarrolle.

Aunque existen variaciones (recuerden: en última instancia, las estructuras son guías, no reglas), si desean apegarse a lo considerado "convencional", se puede decir que la primera parte ocupa un cuarto de tiempo de extensión de la obra, la segunda la mitad, y la última un cuarto más. Claro, es más largo aquella sección que se ocupa del conflicto y desarrollo en así, pero de nuevo, al final, dependerá del autor, y uno habilidoso puede quizá jugar con esas proporciones: es un poco como cuando se ve un truco o stunt en televisión: es posible, pero no se recomienda hacer en casa.

¿Recuerdan "El Camino del Héroe"? Bueno, uno podría, en sus elementos más básicos y nucleares, poner tal estructura dentro del esqueleto de una obra de tres acto: Partida, Iniciación y Regreso. 

Así pues, de usarse correctamente, da una sensación de progreso lógico y satisfactorio; si se usa mal, de que algo es trillado y sin novedad. Pero por supuesto, eso ya queda en manos del autor de la obra en sí.

Hay tantos, TAAANTOS ejemplos de obras de este tipo que casi no tiene sentido dar ejemplos porque lo más probable es que tu serie, película o libro favorito ya esté en ella, así que me limitaré a algunos ejemplos especialmente interesantes desde mi perspectiva:

* The Avengers: Sí, la primera: primer acto, los héroes se reúnen. Segundo acto, no se llevan bien. Tercer acto, arreglan sus diferencias y se unen para vencer al villano. Muy claro, muy bien delineado, aunque el último tramo es inusualmente largo, con la batalla de Nueva York extendiéndose quizá más de lo que esperado (aunque, comprensible dado que el filme es la culminación de otros filmes), pero muestra aquello que se pueden jugar con los tiempos y duraciones.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 01, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

FiccionandoWhere stories live. Discover now