Capitulo XXXV: I Just Wrote Sex

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El sexo es uno de esos temas que quizá pensamos de más y lo volvemos más bizarro de lo que en realidad debería ser; después de todo, por él estamos aquí.

Pero en cuánto al sexo en la literatura...bien, he ahí el tema de esta entrada de Ficcionando.

Hace algunos meses, escribí un hito importante en una pareja de personajes míos que conllevan una relación romántica desde hace mucho tiempo, y esa es la primera relación sexual, pero antes de qué se emocionen y vayan a preguntar en qué pagina de qué libro se encuentra, les diré que no fue nada explicito, en realidad, sólo describí las circunstancias alrededor del antes y del después. Poco después, conversando con una amiga que leyó esa parte expresó cierta decepción al decir que fue demasiado de súbito y que ella esperaba algo más. ¿Algo más explicito? No necesariamente, pero es una posibilidad.

Puede ser que tome un poco la ruta del cobarde al evitar narrar algo erótico, pero el tema del sexo en la literatura es uno que puede ser inesperadamente complicado para aquellos con poca experiencia y/o talento, no necesariamente en el área, sino en las letras en general.

Creo que hay que hacer una diferencia entre dos conceptos que en ocasiones pueden confundirse pero que en el contexto de la creación de ficción, se distinguen el uno del otro de una manera profunda: me refiero a “describir” y a “narrar”.

Todos hemos descrito, seamos o no aficionados a la literatura y aspirantes a crearla: un maestro puede describir el método para resolver un problema de aritmética, un manual puede describir como armar un mueble de IKEA. Describir es sólo decir una secuencia de la manera tal cuál es, sin matices profundos, y que se entienda la idea de una manera clara y concisa. Si le preguntas a un niño que ya ha aprendido a hablar que te describa su juguete favorito aún él con su cerebro todavía en desarrollo te podrá decir detalles importantes, tales como el tipo de juguete (si se trata de un carrito, un muñeco, un robot etcétera), el color, la forma, y demás características.

Pienso que eso deja muy en claro que describir es algo elemental que en mayor o menor medida todos podemos hacer. Por otro lado, narrar requiere que decir esto o aquello: narrar conlleva jugar con el vocabulario y las palabras, transmitir emociones como miedo, amor, furia o cualquier otra dentro de la gama que el ser humano puede sentir. Narrar conlleva inclusive simbolismos, sarcasmos, alegorías y otras formas de discurso y recursos narrativos que no todos pueden hacer y que realmente no son necesarios en todo momento: después de todo, no toda historia es digna de ser contada. Ir por el pan al supermercado puede no ser la más emocionante de las experiencias y tratar de inyectarle algún tipo de narrativa puede quizá hacer que esa historia parezca de un modo superficial más importante de lo qué es, pero no estaríamos frente a la obra que cambiaría la literatura moderna.

Ser un escritor capaz, o al menos competente implica saber que uno debe de narrar su historia, no solamente contarla, y eso se aplica para toda situación o género: ya sea para un libro de aventuras como para el romance, se debe intentar dar cierta impresión, algo más qué lo que uno pueda encontrar en un instructivo, y eso se aplica no sólo también a la literatura de tipo erótica, sino que puede ser que sea el género que más sufra cuándo no se narra de manera correcta.

Existe un término que siempre me ha dado mucha risa: el “erotismo IKEA” (una vez más vuelvo con esa tienda de muebles sueca), que se refiere a literatura narrada de una manera muy “mecánica” que recuerda a un manual para armar una mesa o una cómoda: “inserte el tubo A en el orificio B”, y uno entiende de inmediato que se refiere con esto. La literatura erótica requiere un nivel de emotividad y dramatismo especialmente profundo y bien manejado que cuándo se construye de una manera deficiente, se perciben las carencias de un modo más profundo del cuál podría ser en cualquier otro estilo. Después de todo, una de las reacciones que se buscan es emocionar y excitar al lector, y por más notable que sea poner en pie una litera, no es algo que sea fetiche de muchos (hasta dónde yo sé).

Es parte esa es mi defensa a no tocar la literatura erótica (aparte de que, bueno, soy hombre: para mi el porno es visto, no leído): entiendo que se requiere un nivel de dominio de la narrativa enormemente amplio y complejo, y siento que no es algo que todavía logre, y que para el caso, que la gran mayoría de los autores en Wattpad tengan tachada en su lista de pendientes. Yo al menos tengo la suficiente humildad para reconocer que no poseo el nivel para narrar una historia de erotismo de una manera apropiada, no entiendo como otros pueden aventarse tal labor.

Y es que es una de esas cosas que se tienen que hacer bien, o no hacerse; en el libro “Como No Escribir una Novela” de Howard Mittellark y Sandra Newman, cuándo se toca el tema de las escenas de sexo, nos dicen esta siguiente frase que creo que todos deberíamos tomar en cuenta si es que siquiera nos pasa por la mente escribir una escena de ese tipo y que quizá deberíamos escribir en letras grandes y negras cuándo creamos que podemos hacerlo (de hecho, creo que lo haré): “Darle al lector una escena de sexo que está sólo escrita bien a medias es como darle la mitad de un gatito: no equivale a la mitad de adorabilidad de un gato entero, sino que es un sangriento y maldito desastre”. No sé que literatura hayan leído ellos, pero es algo que puedo comprender; hay ciertas cosas que si se hacen “bien” en lugar de “excelente”, resultan aburridas o desagradables, y el erotismo en la literatura parece ser una de ellas.

En lo personal, tampoco siento que sea el punto y que se deba de meter con calzador en un libro cuya idea nunca fue poner algo así, y no es que se asuste uno por el tema pero toda historia parece tener un “tipo” desde el comienzo, y si tu historia es de comedia y de pronto metes terror, o erotismo, o ciencia ficción es muy difícil que quede bien un libro coherente y disfrutable. Supongo que la obsesión con el tema es que la gran mayoría de la comunidad Wattpadistaní está conformada por adolescentes y, seamos honestos, es la edad en la que más tenemos alborotada la hormona (y si alguien cree que las mujeres no piensan en sexo, los invito a ir a la sección de adolescentes o romance del sitio para ver que ambos géneros somos igual de frustrados sexualmente al parecer) y el sexo o el erotismo aparecen como exóticas, como lo deseable que no siempre está a nuestro alcance.

Así que, aunque no es un género que me atraiga (cuándo quiero leer es para entretenerme y cuándo quiero excitarme mejor voy a RedTube o alguno de esos sitios que dan más virus que una prostituta compartida) respeto a las personas que lo hacen bien, porque requiere un nivel muy alto de narrativa, y la próxima vez que se les ocurra pensar en escribir una historia así, recuerden la frase en negritas.

O en pocas palabras: ¡Háganlo bien o no lo hagan!

Shalom camaradas.

FiccionandoWhere stories live. Discover now