Capitulo LXVI: ¿Políticamente Incorrecto o Sólo Insultar?

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Hace meses, nadie fuera de el mundo de habla gala conocía el nombre de Charlie Hebdo. Ahora, es difícil oír a alguien que no haya escuchado aunque sea los detalles básicos.

Se trata de un semanario francés satírico conocido por su humor polémico que no se toca el corazón a la hora de criticar a todos y a todo: el gobierno, la iglesia, las celebridades, el deporte, entre otros temas, y con una crudeza dura que haría hasta a los creadores South Park pedir un poco de moderación.

Pero el detalle importante es lo acontecido una mañana del 7 de enero, en la que las oficinas de la publicación sufrieron un brutal atentado por parte de radicales islámicos. Cuatro de los caricaturistas principales fallecieron, y varios más quedaron heridos.

Creo que, pocos casos ejemplifican tan bien el debate en cuanto a los limites tanto del humor como de la libertad de expresión, o al menos los que algunos piensan deberían de tener. La mayor parte de las naciones modernas garantizan en sus constituciones ésta libertad. Es la base del periodismo, del intercambio político y social que cualquier país enfrenta día con día.

Pero eso no quiere decir que no siga habiendo debate en cuanto a los limites que se le pueden poner, y sin dudas, siempre es un tema controversial. ¿Cuándo el humor va demasiado lejos?

La comedia es una herramienta poderosa que puede ayudar a poner luz a algunos males sociales, y de paso hacer pensar respecto a qué debemos hacer en cuanto a ellos. No siempre, claro, dado que existe mucho espacio para humor sin punto, absurdismo o chistes inocentes que no tienen otro fin aparte de hacer reír.

Pero en muchas otras formas de comedia, existe algún tipo de "blanco"; inclusive en un chiste inocente sobre como reacciona un estadounidense, un chino y un mexicano estamos jugando con ciertos estereotipos los cuáles, podrán verse como inocuos, la gran mayoría no verá ningún problema en ellos, pero uno nunca sabe con certeza cómo podría reaccionar el otro.

¿Cuál es el limite entre un chiste gracioso y algo de verdad hiriente, si no es que, en muchos casos, prejuicioso?

No hay respuesta sencilla, pero en lo personal una buena guía puede ser la intención: en ocasiones se puede usar lenguaje muy duro y controvertido para dar un punto mucho más grande.

El legendario comediante George Carlin siempre fue una figura políticamente correcta, pero si bien era de esperarse que muchas de sus rutinas insultaran a algunas personas, uno podía ver algo más allá que sólo una mofa ordinaria. En una de sus más celebres, satirizó la fundación de su país, los EEUU, cuyo preámbulo de declaración de independencia dijo que "Todos los hombres son creados iguales".

¿Qué entendemos por esa frase? Que todos sin importan su origen, una persona tiene ciertos derechos "inherentes e irrenunciables" (vida, libertad y búsqueda de felicidad). Todo eso suena hermoso e ideal, pero al revisar la historia de la unión americana veremos que no siempre fue el caso: las mujeres no podían votar, los esclavos de origen africano eran mera propiedad y sin mencionar el desplazamiento de los pueblos nativos. Inclusive bastaba con ser el tipo equivocado de "blanco" (irlandés, italiano, alemán) para ser discriminado.

Así que el comediante dijo "hagamos el país dónde todos seamos iguales: menos las mujeres, los indios y los negros", usando un lenguaje mucho más rudo con términos bastante políticamente incorrectos. Fuera de contexto, parecería que el perpetuaba los prejuicios en base de género o raza, pero ése es el punto: hay que verlo dentro del contexto de su actuación. Él DENUNCIABA el prejuicio, y la hipócrita disonancia entre los ideales de la fundación del país y la realidad que ése país enfrentó. No era anti-negro, no era anti-mujer, estaba a su favor. Imaginemos que, para referirme a la fundación de mi país, México, yo mismo dijera "éste será un país libre... excepto para las viejas y los jotos".

FiccionandoWhere stories live. Discover now