Capitulo XXI: Disneyando (La Sirenita)

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Seguimos nuestra serie de análisis y sobre-análisis con el filme de 1989, “La Sirenita” o “The Little Mermaid” en su titulo original en inglés.

Es interesante repasar un poco de lo sucedido alrededor del filme, dado que hay que recordar que es la primera película revisada en esta serie hecha tras la muerte de Walt Disney; tras el fallecimiento del fundador de la compañía, de hecho ésta pasó por momentos sumamente difíciles: sus películas sintieron un bajón en calidad y en relevancia al grado que se discutía si seguía valiendo la pena hacer dibujos animados de todo, y en retrospectiva, se le suele llamar a este periodo como “la edad oscura” de la compañía”.

Hacía finales de los 80, poco a poco la Disney fue retomando sus viejas raíces, intentando comprobar que todavía tenían peso en la industria del entretenimiento, al menos su división de filmes de animación, y La Sirenita se volvió un fenómeno tal que también, mirando hacía atrás con el juicio de la historia hecho, se considera como el punto en que la empresa experimentó un renacimiento.

Se trató de hacer una vuelta al cuento de hadas de ensueño que hizo tan famosa a la compañía del ratón y en la que en realidad, son muy buenos creando historias, pero al mismo tiempo, no se podía hacer del mismo modo; recordemos que, entre la última princesa (La Bella Durmiente) y la de este filme, Ariel, existían unos buenos 30 años de diferencia. Eran finales de los 80, y la mujer trabajadora, una extrañeza en otras eras, había alcanzado números record; muchos de los valores que Disney parecía expresar en sus viejos filmes, ya sea de manera implícita o no, se sentían casi caducos, así que se requería un nuevo tipo de heroína.

Y en realidad, lo lograron.

“La Sirenita” está basado en el cuento de Hans Christian Andersen del mismo nombre, sobre una sirena que se enamora de un hombre de la superficie, y para poder estar con él, intercambia su voz a cambio de un par de piernas que la transformen en humana; me da un poco de risa esa explicación, dado que casi parece como si el autor danés, e inclusive la propia Disney hubieran hecho una especie de “proto-historia de romance sobrenatural”, género que tan popular se volvió hacía finales de la década pasada.

Pero vamos al punto que nos atañe: la princesa en turno.

Ariel es un personaje distinto, radicalmente dirían algunos si se compara con todas aquellas que la precedieron. Es considerada la primera princesa “moderna”, por decirlo así, e inclusive tal característica puede ser notada de inmediato con su diseño: uno más juvenil, vivo y espontaneo, diferente a los de Cenicienta o Blancanieves, que a menudo eran algo acartonados y etéreos, casi como si no fueran personajes verdaderos. Es un personaje que en realidad puedes creer que luce como una adolescente, contrastando con el “aseñoramiento” que las heroínas anteriores lucían.

Y esos detalles estéticos se ven reflejados en la propia personalidad: muchos hablan que se trató de la primera princesa pro-activa; no esperaba a que la acción llegara a ella, sino que ella iba a dónde se encontraba la acción. Tiene interés propios, sueños que, aunque relacionados al tipico amor idealizado que ya conocemos todos, parecen tener una profundidad un poco más notable: la canción “Part Of Your World”, o “Parte de tu mundo”, puede ser leída como no sólo una canción de amor ordinaria, sino como una declaración de querer conocer algo completamente diferente a lo experimentado. Soñar, y eventualmente actuar para adentrarse en un mundo desconocido...si eso no es pro-activo, no sé que lo sea.

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