De momento podía visualizar la foto que estaba en la oficina de mi padre, donde mi madre tenía un vestido floral y una sonrisa digna de estar en un comercial familiar, esa imagen estaba tan distorsionada y rota que por alguna razón se sentía como yo estando en el mismo espacio que YoonGi, podía ser real, pero al mismo tiempo no quedaba nada de ello que yo lograse entender en mi entorno.

—JiMin—la voz de YoonGi hyung no me sorprendió, sin embargo, de igual forma mi cuerpo reaccionó al sonido girándose, él estaba de pie a varios pasos de mí, estaba agitado como si hubiese corrido por las escaleras en vez de esperar por el ascensor, venia en pantuflas que estaba seguro no estaban hechas para correr por ahí, aun llevaba la tolla que vi en su hombros cuando espié a través de su puerta abierta.

En su mirada podía notar que estaba molesto, decepcionado y herido, algo que rara vez había notado en alguien a mí alrededor, nadie tenía tantas esperanzas en mí como para sentirse decepcionado a mí alrededor. Incluso esa pequeña facción de expresión me hizo sentir aliviado, otra faceta que podía conocer de él, incluso si su mirada me penetraba con reproché en ese momento solo me importaba que pudiera verme, saber que mis pies seguían sobre el asfalto y no había escapado con las llaves del auto que tenía en mi mano, aún no había huido en un momento de temor y eso comprobaba que había tomado ya una decisión por la cual sufriríamos todos.

Su expresión de reproché se desinfló a escuchar mi sollozo audible retumbar en el lugar silencioso, se apresuró hasta mi con una expresión aun afligida y preocupada.

— ¿Qué está mal? —no sabía cuál de nuestras voces sonaba más inestable, él también se sentía así. Esta vez él no se atrevió a tocarme cuando más añoraba robarme algo de su calor.

—Lo hice—dije, apretando esta vez con algo de fuerza los tallos de las flores y por ende arruinando el moño.

—JiM...

—Por favor no me odies—oh, ahí estaba, había cargado el arma, él nunca tendría que saber que pedía perdón por algo que aún no pasaba—Nunca pretendí llegar tan lejos—podía sentir el odio creciendo dentro, quería suprimirlo pero no se ahogaba fácilmente con todo lo demás, el odio a mí mismo, huir habría sido más fácil, incluso huir con el habría sido más fácil pero al ver su rostro desecho bajo la luz amarillenta a la intemperie sabía que no podría hacerle eso, no podía amarrarlo a mi hasta los límites que pensaba cruzar y si lo hacía solo en todo caso él también podía salir afectado pero todo era más fácil si lo lastimaba, no había excusa, nunca podría darla así que no lo haría, lo consolaría antes, lo dejaría así, de modo que el entendería quizás que nunca quise irme.

Me pregunté si tenía algún trauma, estaba tan acostumbrado a conseguir pequeñas cosas a base de dolor que no reconocía nada que se me diera de la nada, tenía que sufrir de por medio para poder considerarlo mío, la idea de que una parte de él me perteneciera y viceversa era casi abrazadora como un incendio alrededor.

Se acercó, no pude ver entre la neblina que cubría mis ojos, pero él me limpio las mejillas con la superficie suave de sus pulgares.

Me incitó a mirarlo y vacilante cortó el pequeño silencio que se había instalado.

—Créeme—su tono estaba entre la pregunta y la respuesta, quizás esa era ambas—Está bien lo que decidas—por una fracción de segundo pensé que se refería a mis dudas de antes, pero lo entendí tarde.

Lo entendí cuando se inclinó frente a mí y su mano llegó a mi espalda encendiendo todos los nervios de mi columna vertebral hasta mi abdomen.

Eran sus labios contra los míos una y otra vez con deje de miedo a que alguno de nosotros se esfumara de repente, había olvidado respirar, no era un beso, era contacto, su piel contra mía rosando de manera tan suave que resultaba doloroso al punto de querer empujarlo más cerca. Era él, YoonGi capaz de hacer de todas mis puntas afiladas un borde suave del cual colgarse, el cual amar.

Él se separó primero en un intento quizás de darme mi espacio, sus ojos cerrados aun hasta que estuvo una distancia aceptable de los míos que seguían abiertos, pasó mucho tiempo o quizás solo una inhalación rápida y pregunta en el silencio para que lo tomara de la camiseta, el nunca adivinaba, el aprendía y reaccionaba a ello, él siempre buscaba saber con qué podía lidiar y solo me permitía eso, él pensaba que estaba listo para lidiar con él, él creía que quizás era momento de plantearme aquello que yo intenté por todos los medios pensar o quizás era solo una acción desesperada por traerme de vuelta, cualquiera que fuera era suficiente para mí.

Sus ojos imposiblemente brillantes enfocaron mis labios, me sentí más que nada arrebatado de mí mismo, cada parte interna de mi cuerpo contrayéndose en anticipación y era real, el asfalto bajo mis pies, las manos rodeando mi cuerpo, mis dedos deslizándose sobre su cabello oscuro como siempre quise hacerlo. Una mano suave y caliente encontró su camino hasta la parte posterior de mi cabeza, empujándome sobre sus labios entreabiertos contra los míos con un leve suspiró de por medio.

Fue esa mirada penetrante que siempre tenía, la forma poco cordial y dulce de hablarme, fue abrir la ventana de un coche en movimiento y dejar el viento frio de una noche en la ciudad golpearme los ojos sin miedo, era la forma de sus manos específicamente llamativa, la profundidad de sus ojos y constante sonido de su voz resonando siempre entre mis recuerdos, era todo, y la vez tan poco tangible que solo podía crecer como algodón dentro de mi pecho.

—Necesitare que lo expliques—me ajuste a decir—En palabras.

—Acepté los dragones y todo lo demás, igual que tu—no me estaba soltando pensé, el no he estaba dejando ir y yo apreciaba eso tanto como no haber sido capaz de irme.

—La cocoa estará fría—había soltado las flores que estaban maltratadas en el piso, las tomé de nuevo, quizás con más cariño que antes.

—La calentare—me besó la frente como lo había hecho en el estacionamiento ese mismo día y me pregunté, ¿Desde cuándo? Y si él me preguntase de vuelta, yo tampoco sabría con certeza.

—La calentare—me besó la frente como lo había hecho en el estacionamiento ese mismo día y me pregunté, ¿Desde cuándo? Y si él me preguntase de vuelta, yo tampoco sabría con certeza

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

Dejen aquí su opinión, comentarios y preguntas. 


Eviten preguntar si tendrá un final feliz, amo dar spoiler pero saben que no lo haré. 

Con amor, Coffee. 


D MAIL [YOONMIN]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें