LX. "Rendición"

885 26 2
                                    

Por milésima vez convierto mis manos en puños, arrugando la fina camiseta que llevo puesta. Me aferré más a ella, como si fuese lo más valioso, como si fuese lo único que tuviese en este mundo.

Y de cierto modo, lo era.

Acerque la tela a mi rostro y roce mi nariz en ella, impregnándome casi de inmediato del olor único de Harry. En un intento de hacer que mi desesperación disminuya, cierro los ojos e imagino que estoy en mi cama. Estamos en mi cama. Sus brazos me acercan más a él, como temiendo perderme y ahora, no es a la tela a lo que me aferro, sino a su cuerpo. Lo abrazo con fuerza, temiendo perderlo.

Un brusco movimiento me saca de mi ensoñación haciéndome abrir los ojos y me doy cuenta que ha sido Louis, quien va manejando.

Me acurruco en mi asiento, deseando sentir el calor de Harry una vez más.

Lo necesito tanto.

—Nos espera al menos una hora más —Zayn va a mi lado, y siento como si leyera mis pensamientos. Como si percibiera mi constante necesidad. No le respondo, pero le agradezco con la mirada.

De reojo, me doy cuenta que intenta alargar su mano hacía la mía, pero se detiene. Estoy por preguntarle porque lo hace, pero caigo en la cuenta casi de inmediato del arma que aún sostengo. Me basta tan solo observarla unos segundos antes de soltarla como si quemara, sintiendo la leve irritación que comienza en mi palma debido a mis uñas que han estado clavadas, al parecer, sin darme cuenta.

Mierda, ¿por cuánto tiempo la he estado sujetando?

—No he... medido mi fuerza —tengo la urgencia de excusarme, pero corto mis palabras al notar la tranquilidad que parece emanar de sus ojos.

—Sabes que no es necesario. Yo te protegeré.

Quisiera decirle lo agradecida que estoy por todo lo que ha hecho hasta ahora, sin embargo, no me salen las palabras. Ambos sabemos que no he tomado un arma para protegerme. Ninguno de nosotros la tiene para eso. Mirarlo, de pronto se convierte en tortura y enfoco mi vista en los árboles del paisaje, los cuales ahora tan solo forman siluetas verdes, debido a la gran velocidad. Eso logra ponerme más nerviosa. Finalmente, me resigno apoyando mi cabeza en el asiento correctamente. Cierro los ojos esperando lograr disipar los sentimientos que se van apoderando lentamente de mi y que los minutos dejen de ser una constante agonía.

—Abi, tranquila —casi me sobresalto por milésima vez al escuchar nuevamente la voz de Zayn en medio de aquel tortuoso silencio— Todo irá bien.

Quisiera creerle. Pero a medida que los minutos pasan, y Louis nos anuncia que tal solo nos quedan un par de metros, lo único que soy capaz de pensar y de sentir, es que jamás me he sentido tan lejos del hombre de mi vida como ahora.

El camino se termina, y me remuevo inquieta al notar que ha estacionado en un lugar lleno de hojas y ramas secas.

—¿Qué se supone que esperamos? —trato que no se note la desesperación en mi voz, pero no lo logro.

—Habrá que caminar. No queremos arriesgarnos.

Abro la puerta con manos temblorosas y con el corazón bombeándome constantemente en la garganta. No sé que es lo que viene a partir de ahora, no sé que es lo que nos espera. Lo único que tengo claro es que quiero que este día termine. Que todo esto termine.

Paz.

Es lo único que he estado anhelando.

—Ven aquí, peque —Louis se acerca a mi con una enorme mochila que parece contener de todo. Veo a los chicos distribuidos por todo el lugar, preparándose. El hecho de que ninguna de las chicas haya venido debería preocuparme aún más, pero lo cierto es que me produce el efecto contrario. Me alegra poder mantener al menos a un pequeño porcentaje de las personas en mi vida a salvo.

My Exboyfriend » hs (en edición)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz