XII. "Te amo"

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Jay

Observe como el coche de Harry giraba en la esquina. Suspire. Lo había visto todo. El escandaloso espectáculo de Abi en aquel árbol junto a su ventana hizo despertarme. Los observe en todo el momento que estuvieron en la entrada de casa. Conocía aquella mirada. Aquella que dice que no le importa nada. Ni nadie. Aquella no era Abi. O quizá sí. Sentía cierta felicidad al saber que por fin aquel par podría volver a estar juntos. Pero no terminaba por gustarme la idea. Tenía más que claro que con Abigail actuando como lo estaba haciendo, nada sería bueno. Ni sano. Para nadie. Y lo peor, Abi sería la más herida en esta situación. Y yo no tenía claro cómo podría ayudarla.

Harry

Me encamine con Abi en mis brazos hacia donde seria nuestro cuarto, tumbándola en la cama. Bese su frente con suavidad una vez que estuvo recostada y baje mis besos hacia su cuello. Tiernamente, nada ansioso. Sabía perfectamente que pasaría luego de esto, y no quería ser borde. Quería que fuera especial. Tanto para ella como para mí. Aunque para mí, ya lo era.

—Eres preciosa. Lo más hermoso que han visto mis ojos—susurre.

—Ay, Harry. Estoy colorada—esconde su rostro en el hueco de mi cuello haciéndome reír.

—Pero si me encantas—la bese nuevamente, sin dejar que se separe de mí.

Dirigió sus pequeñas manos hasta mis cinturones y lo desabrocho junto con el botón y el cierre de mi pantalón bajándolo. Me removí cuando sentí como mi amigo de allá abajo comenzaba a despertar. Sonreí y la ayude a sacar la prenda de mi cuerpo. Una vez que yacía en el suelo seguimos con lo nuestro, lleve mis besos hacia su cuello y le deje una nueva marca en la clavícula, gimió y eso hizo que el bulto entre mi bóxer aumentara, maldije en mi mente y retire su camiseta de su cuerpo. Observe su sujetador de encaje rojo. Joder.

—Sabias que esto pasaría, coqueta.

Ríe.

—Cállate y bésame.

Y así hice. Se deshizo de sus pantalones mientras yo acunaba sus pechos en mis manos. No eran tan grandes ni exagerados, pero eran perfectos para mí.

Jugo con el elástico de mis bóxer nuevamente, haciéndome enloquecer. No aguantaba más. A la mierda el romanticismo. Hice un camino imaginario con mis dedos dirigiéndome a sus bragas, las arranque, no pudiendo controlar mi fuerza gracias a mi excitación, rompiendo la prenda.

—¡Harry! —me regaño—Había comprado este conjunto para ti, y tú vas y lo rompes. Me pagaras el dinero que gaste en esta mierda.

La ignoro besándola. No quiero escucharla. Quiero sentirla. No queriendo que la acción comience aún, llevo mi mano a su intimidad y la rozo suavemente con dos de mis dedos. Introduzco uno de ellos haciendo que suelte una exclamación llena de sorpresa. Comienzo a moverlo suavemente, haciendo círculos. Introduzco un segundo dedo comenzando a moverlos más rápidamente. Gime en mi oído.

Dios, esto era el paraíso.

—Gime mi nombre—jadeo—Vamos, hazlo, Abigail.

—Harry... ¡Oh, Harry! —exclama, cuando siente un tercer dedo dentro de ella.

Pone los ojos en blanco, dándome a entender que ya ha llegado. Frunzo el ceño.

No quería eso.

—Mi turno—dice ella.

En un abrir y cerrar de ojos me deja debajo de ella. Confuso sigo el juego ubicando mis manos en su cintura. Lleva una de sus manos a mi pene y aprieta la zona sensible. Gimo cuando comienza a moverla suavemente, haciendo movimientos suaves.

—Oh...

Me muerdo el labio, sus movimientos son cada vez más rápidos y agiles. Justo cuando me percato que estoy por llegar al orgasmo más rápido de mi vida, retira su mano. Hago una queja, queriendo que no pare.

—No aún, bebé—la miro por unos segundos más, memorizando en cómo me ha llamado.

Me encanta.

Se acomoda mejor en su lugar y cuando se lo que pretende, sonrío como enfermo.

—¡Dios! ¡Nunca creí que esto pasaría! —exclamo, no molestándome en esconder mi alegría.

La chica se hace de rogar quedándose sobre mi regazo. Aún con sujetador. Se muerde el labio juguetona y toma mis manos.

—Aún no estoy desnuda.

—Mujer, lo hubieras dicho antes—me encamino hacia el cierre y lo retiro de su cuerpo—Listo, ahora móntame.

Suelta una carcajada.

—Estas ansioso, ¿eh?

—Sí, ahora mismo estoy fantaseando contigo imaginándote en miles de posiciones distintas. Apresúrate.

Suelta un grito sorprendida. Ignoro el detalle y la levanto por las caderas, ya listo para lo que viene. Toma mi miembro acariciándolo y se pone bien encima de mí. Siento como me introduzco lentamente en ella, con ella al mando. Cierro los ojos con fuerza, sumido en un mar de placer incontrolable. Comienza a moverse lentamente, hacia adelante y hacia atrás. Gime, haciendo que yo también lo haga. Se mueve más rápido, ya acostumbrándose. Meneo mis caderas al ritmo de ella, haciendo que llegáramos al borde de la locura. Sus movimientos se hacían cada vez muchísimo más rápido, estoy por llegar, sé que ella también está por hacerlo cuando arquea su espalda.

—Llega junto a mí, amor. Vamos—la acerco mucho más a mí.

Finalmente, llegamos juntos. Cae rendida en mi pecho depositando un suave beso en él. Sale de encima de mí y se recuesta a mi lado, la tapo con la manta. Le doy un abrazo y dejo que recarga su cabeza en mi pecho nuevamente, haciendo que su cabello me haga cosquillas en mi barbilla. Le beso la coronilla, preparado para lo que quiero decirle desde el momento en que volví a verla.

Sentía que ya era el momento.

—Te amo—en cuanto las palabras salen de mis labios, me doy cuenta que ella ha hablado al mismo tiempo que yo, pronunciando las mismas palabras.

¿Qué?

My Exboyfriend » hs (en edición)Where stories live. Discover now