My Exboyfriend » hs (en edición)

V. "Reencuentro"

En cuanto entro a casa me encuentro con Jay comiéndose un enorme sándwich. Hago una mueca de asco, es asqueroso. En cuanto me ve, me llama. Lo ignoro y me dirijo a mi habitación. Decido enviarle un mensaje a Destiny explicándole lo sucedido. Solo responde que quiere absolutamente todos los detalles luego. Ruedo los ojos y me dispongo a ponerme ropa más abrigadora.

Espero impaciente que la hora pase. No por querer verlo, sino por querer salir rápido de aquí sin tener la presencia del peor hermano a solo metros de mí.

Estoy ansiosa y es cuando me llega un mensaje.

De Harry:

Estoy abajo.

Decidí guardar su número telefónico en cuanto me llamo, no sabía muy bien el por qué. No me detendría a pensarlo ahora.

—Saldré, no me esperes despierto—mascullo sin esperar respuesta de parte mi hermano.

En cuanto cierro la puerta de casa siento los nervios subiendo por toda mi espalda, me sudan las manos. Y es cuando lo veo. Está recargado en su motocicleta y en sus manos tiene dos cascos. Me sonríe tiernamente en cuanto llego junto a él.

—Hola—digo, haciendo una batalla mental decidiendo si debo darle un beso en la mejilla o no.

No obstante, él se me adelanta y besa mi mejilla rápidamente. Como si temiera que yo haga algo al respecto.

—Luces hermosa, Abi.

Asiento, sin saber muy bien que decir.

—¿Nos vamos? —decido ignorar su comentario hacia como luzco hoy.

—Oh si, ten—me ofrece uno de los cascos. Y lo reconozco. Solía ser mío cuando estábamos juntos. Me lo regalo cuando cumplimos siete meses.

Suspiro y cierro los ojos, sería más difícil de lo que pensé.

Me subo rápidamente y por acto reflejo apoyo mis manos en su abdomen. No quería sufrir un accidente a estas alturas.

Partimos rumbo hacia la carretera y el viaje se me hace eterno. Hace bastante frio pero ignoro aquel detalle en cuanto reconozco donde estamos.

La cabaña de sus padres.

Anne quería que esa cabaña estuviera dispuesta para Julieth y para él cuantas veces lo necesitaran. Pero la cabaña era más bien de Harry y mía, ya que siempre íbamos allí.

—Absurdo—susurro sin querer que él me escuche.

Abre la puerta y me dispongo a entrar. Esta igual de como la vi la última vez. Solo que luce un poco abandonada y sucia.

—Toma asiento.

Hago lo que me pide mientras él se dirige a la cocina, estoy algo incomoda en esta situación. Decido esperarlo mientras toco mis piernas una y otra vez, algo inquieta.

—Prepare café—Harry deja dos tazas en la mesita, hago una mueca de asco—Tranquila, sé que no te gusta el café, prepare chocolate caliente para ti.

Aquel gesto me hace sonreír. Me encanta como prepara el chocolate caliente.

—¿Tienes frío?

—No, estoy bien.

Se forma un silencio incomodo entre nosotros mientras doy un sorbo a mi taza. Quiero hablar, pero mis labios no pronuncian nada. Lo observo como esperando algo, él se da cuenta y me mira. Me hace un recorrido con la mirada de mis ojos hasta llegar a mis labios. Muerdo mi labio inferior inconscientemente, estoy nerviosa.

—Maldita sea, no hagas eso.

—¿El qué? —susurro y siento que apenas me ha escuchado.

—Morderte el labio. Sabes que enloquezco cuando lo haces.

Era cierto. Me lo había dicho varias veces. Tenía una debilidad enferma cuando las chicas se muerden el labio. Sin embargo, estaba tan nerviosa que ni siquiera lo recordé.

—Lo siento, lo había olvidado.

—Algo me dice que lo hiciste apropósito—no me percato hasta ahora de lo cerca que estamos.

Mi reacción es inmediata.

—Vine aquí a hablar contigo, no hacer de imbéciles.

No se inmuta ni un poco con lo que he dicho, sigue acercándose a mí sin intención de detenerse, mientras yo me alejo aún más.

Lo odio.

Y lo amo.

Una extraña combinación de sentimientos. Pero así era, y tenerlo así de cerca, aquí, junto a mí, me hacía sentir mucho más que feliz.

Estaba en un ataque de euforia.

Pero esto tenía que terminar.

Lo alejo de mí. Suspiro rendido y me preparo mentalmente para lo que se viene.

Y también, físicamente.