XXIX. "Tatuaje"

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Me remuevo incómoda en mi sitio en cuanto siento un extraño pero agradable olor entrar por mis fosas nasales. Me refriego mis ojos y me doy cuenta que me han tapado con una camisa. Es de Harry. El detalle me hace sonreír y no tardo en ponérmela, inhalando su olor.

Me encuentro sola recostada en el sofá, un ruido proviene de la cocina y sé que probablemente sea Harry cocinando.

—¿Qué haces?—pregunto, al terminar de hablar me doy cuenta de lo estúpida que había sido mi pregunta, solo que... no puedo dejar de mirarlo. Me recargo sobre el umbral de la puerta, mi presencia lo asusta ya que da un respingo sobre su lugar, se da vuelta, observándome.

No tiene ninguna prenda cubriendo su torso, llego a la conclusión de que se sacó la camisa para taparme a mí. Ignoro aquel detalle en cuanto me descubro a mí misma observando detenidamente un tatuaje en específico. Es nuevo.

Me acerco a él más de la cuenta, la tinta cubre una parte de su hombro, son letras chinas, no logro descifrar nada ya que no sé el idioma. Llego a pensar que lo hizo así apropósito. Pero la verdad es que es precioso.

—¿Qué es esto?—me tomo el atrevimiento de tocarlo sin ningún pudor.

—Nada—se aleja, continuando con lo que hacía antes de que yo llegara.

Lo observo hacer lo que hace, me molesta un poco el hecho de que no quiera decirme que es. Es un simple tatuaje.

—Pues si no me dices no te dejaré tocar los piecirgs en mis pezones—suelto, molestándolo. Al instante detiene sus acciones y me mira.

—No es como si no los hubiera tocado antes, Abigail. No es gran castigo, que digamos—miente, sé que lo hace por la manera en la que tragar saliva.

—Pero no los nuevos—digo naturalmente, me encamino hacia el refrigerador y abro una lata de cerveza.

No me doy cuenta cuando el cuerpo de Harry impacta contra mío, haciendo que la lata retumbe contra el suelo y yo termine acorralada entre el mesón de cocina y él.

—Ay, que bruto—digo tratando de sonar desentendida mientras revoloteo mis pestañas hacia él fingiendo inocencia.

—No me provoques, Abigail.

—No he hecho nada—envuelvo mis brazos alrededor de su cuello mientras recuesto mi cabeza en su hombro—¿Me dirás que es o ahora tengo que insinuar otras cosas?

Suelta una risa ronca mientras me levanta apretando mi trasero, prácticamente obligándome a sentarme. Lo siguiente que hace es besarme tan fuertemente que mi cabeza se va hacia atrás, pone sus manos en mi nuca impidiendo cualquier tipo de alejamiento entre nuestros cuerpos. Siento mis labios arder contra los suyos, ignoro el detalle concentrándome en él. Solo en él. Me gusta esto. Me gusta saber que sigo provocando el mismo efecto de siempre en él.

Nos seguimos besando y por un momento me hace olvidar todo. Dirige sus manos al cierre de su pantalón y se dispone a sacárselos. Me alarmo, sé lo que él quiere, pero no puedo darselo.

—Estoy en mis días—suelto lo primero que se me viene a la cabeza y trato de ocultar mis nervios.

—Eres mala, Abigail. Me hiciste esto apropósito.

Sonrío tímidamente, al menos creyó mi mentira.

—Te lo mereces.

—¿Por qué?—hace el típico puchero tierno de siempre.

—Por tener a la puta de Sharon desnuda en el segundo piso y por no querer decirme que te has hecho de tatuaje.

Rueda los ojos y se separa de mí. Siento una extraña sensación correrme por la espalda en cuanto no lo siento cerca.

—No le digas así. No es lo que piensas.

—¿Acaso me dirás que no te acostaste con ella?

—¡Claro que no!

—¿La besaste?

Calla. No quiero pensar lo que pienso en este momento.

Solo Harry Styles es capaz de cambiar mi estado emocional de un momento a otro.

—Dime la verdad.

—Sí. Ella me besó en la fiesta, en el baño. Y... aquella vez que nos viste. Pero nunca más volví a hacerlo.

—No te creo.

—Abigail, te lo juro.

—¿Donde esta ahora? ¿Acaso se encuentra arriba durmiendo con una camisa tapándola también?

—Eres muy inmadura.

—Responde.

—¡Se fue! ¿Vale? Se fue. Se disculpó por lo que paso conmigo, lo iba a hacer contigo también pero no quería despertarte.

—Ay que tierna. Dile gracias de mi parte—suelto sarcásticamente—¿Me explicarás porque estaba desnuda cuando llegue?

—Quería darse una ducha porque tenía una entrevista de trabajo temprano. No quería darse la vuelta a su casa y le ofrecí ayuda. Bajo porque su bolso se había quedado colgado en el perchero. Eso fue todo. No fue nada del otro mundo.

Suena convincente.

—¿Por qué estabas con ella?

—Colmas mi paciencia, Abigail. Hablo en serio—se revuelve el pelo mientras se acerca a mi y me da un empujón para terminar de cocinar.

—Responde, Harry.

El tema de Sharon me pone los pelos de punta. Sabía perfectamente que ya no eran celos, ni envidia, ni mucho menos rabia hacia ella. Todos sabían que Sharon era digna de merecer a alguien como Harry, incluso ella. Tengo miedo de que Harry llegue a pensarlo también.

No quiero perderlo a pesar de que ya no sea mío.

—Es mi amiga. Me esta apoyando en la mierda que tengo en la cabeza y en el corazón por ti. ¿Estas contenta ahora?

—Sí. Mucho.

Luego de susurrar aquellas palabras no volvió a hablar, ni yo menos lo hice. Continuó cocinando, y una vez que acabo, comimos en silencio. Quería abrir mi boca para decirle que esta vez se había esforzado porque la comida estaba riquísima, pero el nudo en mi garganta que estaba hace más de diez minutos no me dejaba.

Harry termino su comida cuando yo aún no llevaba ni la mitad, se limpió la boca con una servilleta y sentí su mirada fijamente en mí.

—Es tu nombre.

Conectamos miradas mientras dejo de comer.

—¿Cómo?

—Me tatué tu nombre en chino. No quería ser tan notorio así que...

Lo observo incrédula. Sinceramente aquello seria lo último que se me hubiese ocurrido.

—¿Por qué has hecho eso?

—Porque te amo. Es simple. No puedo estar sin ti y es solo una manera de recordarlo.

Se me llenan los ojos de lágrimas al escucharlo decir eso.

Abigail, es tu oportunidad de ser feliz con Harry.

Y con nuestro bebé, le contesté a aquella voz en mi cabeza que no hacía nada más que soltar exclamaciones felices.

Salgo de mi sitio para sentarme sobre su regazo y cubrir su cuello con mis brazos, abrazándolo

Nada me podía hacer más feliz que esto.

My Exboyfriend » hs (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora