XXXVI. "Problemas"

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Cuando llego a casa, son poco más de las una de la madrugada. Todo está en silencio y en completa oscuridad. Siento las medias húmedas enfriando mis pies, mi cuerpo da un respingo a causa de mis escalofríos. He pasado horas y horas debajo de la lluvia, muriéndome de frío. Pienso en prepararme un chocolate caliente pero el cansancio me supera. Subo hasta mi habitación, me encierro en esta y tiro mis cosas a cualquier lugar, me desnudo sin ánimos de bañarme metiéndome a la cama luego de ponerme el piyama.

Mis pensamientos divagan hacia Harry, en el cual no he dejado de pensar desde que abandone el barrio de Dylan. Pensar en cómo lo enfrente yo sola aun causa revoltijos en mí.

Suspiro, ya cansada de pensar sintiendo como me comienza a doler la cabeza y cierro mis ojos, tratando de dormir.

Al cabo de caer en profundo sueño, mi cuerpo se desvanece pensando en cómo mi vida sería mejor si, de una vez por todas, Dylan desapareciera.

Al día siguiente me encuentro en pie ya temprano. Tomo un buen desayuno y veo un poco de televisión, mirando la hora cada tres por tres, hasta que tocan el timbre y me levanto mordiéndome las uñas.

—¿Estas lista para un día lleno de emoción?

—Jódete, Louis—le digo mientras lo empujo para cerrar la puerta de mi casa detrás de mí.

Subimos juntos a su auto mientras lo enciende y salimos a gran velocidad. Son las 11:35am y voy más que atrasada.

Hoy sería mi ecografía rutinaria y sabría el sexo de mi bebé. No podría negarle a nadie lo nerviosa que estoy. Sinceramente, me gustaría demasiado poder compartir este momento con Harry, él sin duda es el último capaz de calmarme en toda situación.

Suspiro y salgo de mis pensamientos cuando percato que ya hemos llegado a la consulta. Me dirijo hacia la sala de espera y me siento en uno de los sofás, esperando a mi amigo quien habla con la recepcionista.

—Abigail, ¿qué te ocurre?

—Nada, Louis, ¿que tendría que pasarme?

—No lo sé. Deberías estar feliz en este momento, al fin y al cabo sabrás por...

—¿Sabes que me haría feliz? Que Harry estuviera aquí, abrazándome y probablemente hablando con mi vientre. Pero eso no pasará porque ni siquiera sabe que estoy embarazada. Jamás lo sabrá... ¡por qué no me ama!

—Estoy yo aquí. A veces me gustaría que dejaras de ser tan egoísta y pienses por un momento en lo que realmente tienes y no en lo que nunca tendrás.

—Vete a la mierda.

Me levanto en el momento en el que escucho mi nombre en los altavoces. Le doy una mirada a Louis para que no me siga, agradezco que me haga caso y me dispongo a entrar a la sala del doctor.

—Buenos días, señorita Wilson.

—Hola, doctor—le sonrío levemente, y estrecho mi mano con la de él.

—Por aquí. Cámbiese en aquella habitación y empezaremos—me señala una sala al final del lugar. Me encierro allí cambiándome lo más rápido que puedo. Una vez lista salgo y me encamino hacia donde ya se encuentra el doctor esperándome.

—Y dígame, ¿cómo se ha sentido?

—Dentro de todo, bien. He tratado de estar lo más calmada posible.

—Entiendo—dice sin mirarme, con atención fija en la pantalla a su lado—¿Y el padre? ¿No vendrá?

—Hum, no.

—Mire, Abigail, es importante que en situaciones como esta esté acompañada, es importante que se sienta reconfortada y en tranquilidad. Así que me veo en la obligación de preguntar, ¿el padre no vendrá?

My Exboyfriend » hs (en edición)Where stories live. Discover now