My Exboyfriend » hs (en edición)

IX. "Golpes"

Habían pasado ya tres semanas desde que —podría decirse— que había vuelto a mi antigua vida. Me sentía bastante bien, por primera vez en toda mi jodida existencia podía decir que me iba sanando lentamente, y obtenía muy buenos resultados. Mientras con Jay, las cosas no habían mejorado, a pesar de que vivimos en la misma casa no lo he visto en los últimos días. Cada vez que me cruzaba con él lo ignoraba de manera inmediata. Nuestros padres seguían aquí, y no se habían enterado de lo sucedido. No tenía planeado de que lo hicieran.

Respecto a Harry, ¿qué puedo decir? Ha estado todos estos malditos días pegado a mí, siguiéndome a todos lados como si temiera algo, no me molesta, pero debo admitir que me incomoda un poco. O bastante. Había pasado varias veces por mi casa, a lo que yo solo atinaba a hacer un escándalo voluminoso por llegar sin avisarme. Gracias a él me he llevado varias miradas y charlas que me cuestionan porque mi ex novio me visita cada día.

—¡Hija, a comer! —mamá entra en mi habitación interrumpiendo mi jugada en mi móvil.

—¡Mamá! ¡Hiciste que perdiera, iba en el nivel diez!

—Siempre existe la posibilidad de volver a empezar. —me regaña—Vamos, que se enfría.

Bufo y la sigo. En cuanto mi padre me ve, me sonríe y besa mi frente. Decido sentarme a su lado, pero es cuando llega Jay y se sienta en frente de mí. Le miro y lo fulmino con la mirada.

Genial.

Comenzamos a comer, siento una mirada clavada en mí, me doy cuenta que es mamá. Conozco esa mirada, quiere decirme algo.

—Bien, no hagan como si aquí no pasa nada, ¿están enojados? —mamá por fin decide hablar.

Guardamos silencio, por lo que decido ignorarla y seguir comiendo.

Eso le enfada.

—Hice una pregunta, jovencitos.

Miro a Jay por primera vez desde que comenzamos a comer, se muerde el labio nervioso. Sé que se está debatiendo entre decir la verdad, mentir o simplemente no decir nada.

—He golpeado a Abi, mamá.

¿Qué?

—Jay...—susurro.

Lo miro sin palabras, nunca creí que mi hermano se atreviera a decir algo como eso. Es realmente grave para mis padres, y él lo sabía perfectamente.

—¡¿Cómo?! —exclama papá y mamá al mismo tiempo.

—Lo que escucharon. No hagan que lo repita—farfulla.

—Pero... pero, ¿qué sucedió? —mi madre me mira.

—Ya no importa, mamá. Ya paso, lo vamos a solucionar tarde o temprano.

—¡Oh no! —exclama papá—Me dirán ahora mismo que fue lo malditamente grave como para llegar a los golpes.

Suspiro.

No quiero recordarlo.

—Estábamos discutiendo sobre lo puta que es la nueva novia de Jay, la insulte y pues paso—lo digo tan rápido, que apenas puedo entender lo que digo.

Nadie dice nada. De un momento a otro se me han quitado todas las ganas de comer y siento unas repulsivas ganas de vomitar.

—Tendremos una larga charla luego, solo porque tenemos que ir a trabajar. Mientras tú...—mi padre señala a Jay—Tendrás que ir pensando en una manera convincente para que tu hermana te perdone lo terrible que has hecho.

Asiente cabizbajo.

—Retírense.

Hago caso y me dirijo rápidamente a mi habitación en busca de mi móvil y un abrigo. Tengo que salir lo más pronto de aquí.