XXXVIII. "Sorpresa"

978 40 1
                                    

Harry

Era hermosa. Ella era hermosa. Había visto y había estado con muchas chicas antes que ella, pero ninguna se comparaba. No había comparación. Ella era unica. Era de aquellas chicas que solo se encuentran una vez en la vida. Ella era capaz de hacerte sentir el hombre mas afortunado por tenerla a tu lado. Valía la pena, la alegría y la vida, ella valía todo. Ella te escucha, te entiende, te hace sentir bien. Tiene algo que te atrapa, te deja a sus pies con tan solo una mirada a aquellos ojos grises con aquellas largas pestañas. Es casi imposible conocerla y no amarla, yo la amo. Y aquí, ahora, teniéndola conmigo en la cama, desnuda, sintiendo su suave piel acariciando la mía, me hacia verlo. Me había enamorado. Y tal vez, desde el minuto en el que la conocí.

Abi

De Harry:
Tuve un recuerdo.

Lo primero que veo al despertar es el mensaje que Harry me ha dejado esta madrugada. Me sorprende que haya estado despierto a esas horas para enviarme un mensaje, me da curiosidad y deseo preguntar pero la puerta de mi habitación es abierta mostrando a un Louis sonriente apareciendo e interrumpiendome.

Como siempre, oportuno.

—¿Qué haces en mi casa tan temprano, Louis?

—Solo quería verte, zanahoria. No tengo nada que hacer y me pareció buena idea, pues...—llego a mi lado y se acostó en mi cama sin pedir permiso—Pasar el día con mi mejor amiga haciendo nada.

—¿Quien te ha abierto?

—Jay. Iba saliendo. Esta muy raro últimamente. ¿Siguen sin hablarse?

—¿No crees que deberías consultar primero si tengo planes antes de venir aquí y plantarte con todo descaro?—le respondo con otra pregunta, ignorándolo.

—Sé perfectamente que no tienes planes. Lo único que sabes hacer en tu vida es pasar pegada a Harry como una goma de mascar en su zapato. He hablado con él y tiene hora a médico y sus primeras sesiones por lo que no podrás verlo—dice, arrugando la nariz y sacando su lengua. Que fastidio.

—Y ahora tengo que soportarte por quien sabe cuanto tiempo—digo, enterrando mi cara en la almohada.

—Te encanta pasar tiempo conmigo, pequeña zanahoria. Tienes que admitirlo ya.

Para Harry:
Ya habrá tiempo para contarme con todos los detalles. Ten un buen día x.

—Louis, ¡ya basta!

—Basta de escándalos, jovencitos—mi madre llega al salón, interrumpiéndonos. Louis no deja de molestarme por mi barriga que ya ha tomado forma.

—Aquí hay una gran cosecha de zanahorias, ¿cuantas almacenas? ¿veinte?

—Cállate, imbécil. Y déjame.

Louis no me hace caso, en vez de eso, ubica su oreja en mi vientre, tratando de escuchar.

—¿Qué dices? Oh, si, te entiendo. Debe ser difícil vivir dentro de este demonio. Pero ya queda poco para salir, bebé. Y entonces pasarás todo el tiempo conmigo, tu tío Louis o si quieres puedes decirme tío Zanahoria.

—Déjame, Louis, o gritaré—digo de manera divertida, pero la sonrisa se me borra de la cara cuando siento fuertes punzadas. Contracciones. Quito a Louis de encima de mi y me siento correctamente tratando de respirar y de poder hacer el dolor un poco mas soportable—Oh, mierda.

—Eh...Abigail, calma. Te traeré un vaso de agua—veo como Louis se levanta nervioso y sin saber que hacer.

—¿Crees que eso ayudara, imbécil? Esto no me hubiera pasado si no estuvieras fastidiando todo el tiempo—mascullo—¡Ah!

My Exboyfriend » hs (en edición)Where stories live. Discover now