My Exboyfriend » hs (en edición)

LI. "Tiempo"

Para mi, la luna era la definición de una verdadera belleza. La luna era solitaria, aunque llena de vida a su vez. Era brillante, pero aun así, en una parte de ella había escasez de luz.

Me gustaba disfrutar de la vista por horas, porque era perfecta.

Nunca llegue a pensar que llegaría a ver algo más lindo que ella. Pero lo hice.

Abi era como la Luna.

Abi era mi luna. Irradiando mi cielo.

Con ella la noche sabia a perfección, a risas, paz y calidez.

Ella era de esas almas que saben a

...

hogar.

—¿Qué estas pensando?—la voz de Abi sale de sus labios en cuanto los separa de los míos. Debió darse cuenta que su beso me había dejado aturdido.

—Nada importante.

—Estas en otra parte, cariño—se separa de mi y una brisa helada llega. Su lejanía me deja expuesto, por lo que la vuelvo a pegar a mi pecho desnudo.

—¿Sabes que día es hoy?

—¿Miércoles?

Rió.

Carajo, como me gusta su sonrisa.

—Te haz olvidado.

—¡No!—ríe aún más fuerte y yo solo deseo poner en modo repetir la más hermosa de las melodías—Hazme recordar.

—Es trece.

—Harry, ¿en serio creíste que lo he olvidado?–de pronto, su mirada se apaga y me observa desde arriba. Su cuerpo elevado al estar encima de mi.

—No haz dicho nada.

—¿Es necesario?

—Pues de eso se trata. Los novios se dicen cosas lindas en los aniversarios.

—¿Quién lo dice?

—Así lo dicto el amor—bromeo tratando de que su ceño se disipe. Ha funcionado.

Su rostro se vuelve sereno mientras me analiza, tratando de entrar dentro de mi piel.

¿De qué hablo? Ya lo ha hecho.

Su mirada me traspasa. Me mira por minutos. Trato de sostener su mirada. Cualquier sonido en este instante rompería el mágico momento que viven nuestras miradas.

Por favor, nunca dejes de mirarme.

—Te amo—las palabras saben a imaginación. Pero son completamente reales. Lo esta diciendo—Lo hago con locura, Harry. No me importa ser la primera en decirlo. Te amo jodidamente mucho.

Sigue hablando pero no la escucho.

Te amo.

Es la primera vez.

Y ha sido ella.

—Di algo.

—¿Es necesario?—recito sus mismas palabras. Una sonrisa tristona aparece al no contestarle de la misma manera.

¿Cómo ella puede dudar, siquiera, que la amo?

—El amor que siento por ti, Abi, es tan inmenso. Tan puro y tan real. Te amo y no es necesario decirlo.