LII. "Lo siento"

915 37 3
                                    

A medida que avanzo por las solitarias calles hago resonar mis botas, al arrastrarla por la mojada cerámica a causa de la lluvia. Sigo pensando en Harry y en la forma en la que sus palabras me dolieron profundamente.

Te amo.

Sabía que mentía. Siempre lo supe.

La forma en la que relame sus labios y sacude su cabello desviando la mirada, lo delato. Cada vez que lo hacía una parte de mi corazón se rompía, hasta hoy, que ya no quedo nada de él. Estaba hecho añicos. Mi corazón necesitaba sanar y a pesar de que la decisión de alejarlo de mi fue jodidamente difícil, sabía que era lo correcto. Al menos para mi.

Yo ya no pensaba como una adolescente enamorada de Harry. Había madurado. Si, seguía amándolo, pero eso no quitaba el hecho de que primero estaba yo. Se me olvido eso por muchos años, pero ya había aterrizado. Harry era el amor de mi vida pero primero había un amor más importante; el mío.

Dejando mis pensamientos, me detengo al llegar a mi destino. Golpeo la puerta con mis nudillos dos veces.

Mis manos sudaban.

No sabía si esto había sido la decisión, pero ya era tarde.

Zayn se asomó, abriendo la puerta de la entrada de su casa. Sus ojos se abrieron ampliamente al verme. Los míos, en cambio, los deje en su cuerpo. Inspeccionándolo. Usaba unos pantalones a rayas y una playera con una chica en un auto, dejando a la vista sus extravagantes y bonitos tatuajes de sus brazos.

Me aclaré la garganta, las palabras estaban estancadas en ella.

—Hola—no era lo que tenía planeado decir, pero por algo se empezaba.

—¿Qué haces aquí?—el tono de su voz me dejo peor que antes.

—Quería hablar contigo.

Tenía ganas de verte.

—¿Qué te hace pensar que yo quiero hacerlo?

—Zayn, no seas así conmigo, por favor.

Tardo varios segundos en borrar el ceño fruncido de su rostro, pero en cuanto su mirada se suaviza, se hace a un lado, haciéndome una seña con la cabeza para que pase. Me adentro a su pequeña casa, mirando su interior con cautela. No había venido aquí hace mucho. Normalmente, Zayn era él que me visitaba. Él vivía solo. Su madre y sus hermanas no vivían en Inglaterra, por lo que solo nos tenía a nosotros. Su padre los había abandonado cuando el apenas tenía cuatro años. Al igual que Harry. Sus historias eran bastante parecidas, por lo que su lazo siempre fue especial.

Lástima que aquel lazo estuviese dañado por mi culpa.

—¿Quieres algo?—su voz seguía distante, pero me olvidé de ello enfocándome en él, quien señalaba la cocina. Me limité a solo negar con mi cabeza y tomando asiento en su sofá.

—Solo quisiera que vinieras aquí y podamos conversar como los amigos maduros que somos. Si no es mucho pedir—le sonreí. Zayn suspiró pero decidió acercarse a mi. Se sentó a mi lado, a una distancia prudente. Rodé mis ojos ante su actitud—Deberías dejar ya el orgullo y abrazarme. Sé que me has extrañado.

Dejo de mirarlo cuando no responde y su indiferencia me vuelve a golpear.

—Zayn...

—Adelante, estoy esperando que lo digas.

—Lo siento—me acerco a él pero me detiene tomándome por los hombros—Zayn, por favor... perdóname.

—No quiero que te acerques.

—Zayn...—las lágrimas se acumularon dentro de mis párpados, comenzando a bajar casi de inmediato. Me dolió que no se haya inmutado, acostumbrada a siempre ser consolada por él.

Supongo, que esto era el llamado bendito karma.

—Zayn, esta situación me duele. Vine aquí para que me perdonarás pero si estás así, solo lastimando mi corazón, me iré.

—Está bien por mi.

—¿Qué?—me pongo de pie casi por inercia, terminando por derrumbarme.

Si Harry no había acabado conmigo, Zayn lo hizo.

Me limpié el rostro con brusquedad. Al ver que Zayn no diría nada, caminé hacía la puerta.

Después de esto, yo estaba sola.

—Abi, espera—volteó al sentir la mano de Zayn envolver la mía. Lo miro y su rostro solo dice arrepentimiento—No debí haber dicho eso. Estoy demasiado dolido. Disculpa.

Asentí, caminando junto a él devuelta al sofá. Su mano no ha soltado la mía, por lo que me acerco a él nuevamente, y esta vez, no me aleja. Lo abrazo fuertemente, sintiéndome más que bien. Sus brazos me envolvieron y disfrute de su olor tanto como me fue posible. Lo había extrañado.

—¿Esto significa que me perdonas?—susurré, aunque sin separarme.

—Significa que aún tenemos mucho de que hablar. ¿Qué ha pasado?

—¿De qué hablas?—respondí, separándome.

—Te conozco. Algo te ha pasado. ¿Por qué esa mirada triste?—el Zayn de hace un rato ha desaparecido por completo. En reemplazo de él llego uno dulce, un Zayn que acaricia mis mejillas suavemente.

—No ha pasado nada. Solo quería verte y arreglar las cosas. Sabes que...

—¿Qué Harry es un idiota?

—Aparte de eso—reí sin gracia—Sabes que yo no haría nada que te ocasionará daño. No estaba consciente de lo que Harry era capaz de hacer, hasta ahora.

—¿Qué quieres decir?

—Solo... he abierto los ojos.

—Abi, en serio. ¿Qué ha pasado?

—Hemos discutido—admito—Solo...

—Abi, no tienes que contarme si no...

—Me di cuenta de que no me ama.

—¿Qué? Pero si él...

—Si, lo sé. Sé que él dijo que lo hacía y le creí. Vaya que le creí. Y vivi feliz por unos días pero hoy... lo miré a los ojos y, mierda, cuanto dolió darme cuenta de que me estaba mintiendo.

—¿Por qué estás aquí?

Su pregunta me dejo desprevenida. No sabía muy bien porque estaba aquí. El siempre había sido mi primera opción de consolación. Él... me sanaba. No era como Lou. Ambos eran diferentes. Eran relaciones diferentes. Louis era mi mejor amigo por sobre todo pero él jamás me haría sentir como Zayn. Ese era su trabajo. Reconfortarme como nadie.

—Solo necesitaba arreglar las cosas contigo. No puedo estar sin ti—era cierto. No había día que no pensara en él y en la última mirada que vi en sus ojos. Dolor. Puro dolor. Harry le había hecho daño. Aquel Harry no era el que amaba desde los dieciséis. Este Harry, el que nos hizo daño a ambos, el que me miro a los ojos diciéndome que me amaba siendo mentira y el que se cegó por la obsesión en vez de pensar en una amistad, no era el que amaba. Y no lo quería cerca de mi, ni lo quería cerca de Zayn—¿Puedo quedarme contigo hoy?

—¿Por qué?—solo se limita a decir. Su cuerpo recargado en el sofá y su actitud calmada me deja en un completo estado de tranquilidad.

Probablemente Harry seguiría en mi casa, y no lo quería ver.

—Por favor...—me acerqué a él, abrazando nuevamente su torso—Sin preguntas.

Mueve su cabeza hacía atrás y se recuesta en el sofá. Tira de mi tomándome por un brazo. Nuestros cuerpos quedan lo suficientemente juntos para poder sentir su respiración en mi nuca. Sus brazos me abrazaron y cierro los ojos. Sus manos acariciaron suavemente mi vientre, desde mi ombligo hasta el inicio de mis pechos. Se detuvo allí, espere su siguiente movimiento. Pero él volvió a bajar. Sin invadirme. Respetándome. Y repitiendo las caricias una y otra vez.

Lo deje hacerlo.

Lo deje acariciarme hasta quedarme dormida.

My Exboyfriend » hs (en edición)Where stories live. Discover now